"Cada vez que empiezo un cuadro termino con la imagen de un ser humano", confiesa Bernadette Bonnet (Sain Etienne, 1942). Son las cinco de la tarde y Berny —así firma sus obras esta artista plástica francesa— se encuentra en la sala El Molino del Alcázar de Jerez, custodiando su exposición Humain, disponible hasta el próximo 30 de septiembre. A modo de guía artística, Berny pasa los días en el conjunto monumental jerezano para explicarle sus obras a los visitantes. Dice que siente la necesidad de contar el porqué de cada cuadro, la historia que hay detrás de los colores que ella misma impone los lienzos con sus manos, con un trozo de madera o una tela.
"Me gusta hacer algo diferente, sacar cosas diferentes... Experimentar con técnicas, con materiales", expresa la artista. Y es que en Humain, compuesta por piezas pictóricas, esculturas y grabados, es una amalgama de todo lo que fluye por la mente de Bonnet, representa sus inquietudes y muestra la búsqueda de la libertad en el arte. "Nunca hago dos cuadros iguales", incide.
Berny junto a varias de sus obras. FOTO: CLAUDIA GONZÁLEZ ROMERO.
Bernadette Bonnet, que reside en Jerez desde 2012, estudió en la Escuela de Arte de Saint Etienne, su ciudad natal, situada cerca de Lyon. "Cuando era niña no estaba bien con la educación ordinaria porque tenía dislexia y disgrafía. Y yo, que vivía enfrente de la escuela de Bellas Artes, veía que la gente salía muy contenta de allí... Y me dije, ¿será posible que yo también pueda ser feliz allí?", narra. Y fue así cómo desarrolló la inteligencia artística y creativa para poder expresarse. "Hay muchos artistas que son disléxicos", señala.
Para sus obras, Berny se deja llevar por las emociones y los sentimientos que le mueven. Y se sirve de elementos naturales a la hora de pintar. "No trabajo con pinceles, solo para algún detalle. Trabajo con esponjas, telas, manos… Me gusta coger las cosas y crearlas, sin intermediarios", asegura. No obstante, la pintora francesa no vive de su arte, aunque sí se ha dedicado profesionalmente en este campo, trabajando como decoradora de interiores e ilustradora. "Nunca he podido vivir del arte porque no hago cosas comerciales, cuando hago una cosa, nunca pienso en vender, sino en crear una cosa nueva", asegura.
La artista francesa junto a otras de sus obras en la sala del Alcázar de Jerez. FOTO: CLAUDIA GONZÁLEZ ROMERO.
En su exposición Humain, Bonnet explica que "es un trabajo de reflexión. Es extremadamente delicado..., cada cuadro ha sido una parte de mi vida. Y hay veces que los cuadros tienen su propia vida". Pero que sobre todo es una muestra que trata lo humano, la magnitud de la humanidad. Tras vivir tres años en Marruecos y después de que falleciese su marido, Bernadette Bonnet decidió mudarse a Jerez, "al Marruecos más europeo", dice.
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