"Tiene el cuerpo negro y verde y es rebelde una historia y un relieve que recoge en sus arterias carbones almas y ferias, y es rebelde.
Ella es la favorita de la lluvia y señorita que el Cantábrico corteja al rozar su silueta.
Ella sabe la manera capaz de atraer al viento más fuerte que siempre acude y se queda colgado de una arboleda y enredado hasta que muere"
El cantautor se ocupa de la voz y la guitarra acústica. Le acompañaban Luis Mendo a las guitarras, Pedro Pérez a los vientos, Manuel Aguilar al bajo, Miguel Sanz "Judas" a los teclados, Juan Carlos Medrano a la española y Rafael Pérez a la percusión. Dicen que Pedro Ontiveros, el de Guadalquivir, también se dejó ver por el estudio. Producía García-Pelayo y la portada, como tal vez haya intuido el lector, se la debemos al padre de Hijos del agobio, Máximo Moreno. Qué tendría la hierba de aquel tiempo para generar tanto culo inquieto. Daniel, que había añadido legalmente “Astur” a su apellido, fallecería en 2010. Se desvelaron entonces cuatro canciones de un proyecto inacabado, Canciones para otros, y fragmentos de una suite a su patria chica de la que existe en algún sitio una partitura. La editorial Hipálage publicaría su poemario Emanaciones-Nude. Aunque su magnum opus (reeditado en 2005) adolece de brevedad y temas de relleno, dos características que no casan muy bien cuando se juntan, la campeadora Compañeros es uno de los mejores temas breves del progresivo ibérico. En ella la exaltada voz de Vega se expresa con toda su fuerza.“Compañeros que me oís, pido que cuando yo muera no me enterréis, amarradme mi bandera.
Amarradme a mi bandera y poneos tras de mí, que os pueda así servir de muralla y podeos ayudar así en la batalla, que aunque esté muerto es mi batalla”
Nunca la morriña había sonado tan fiera.
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