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Lucía Ariza Molina y Lucía Miranda Menacho son las anfitrionas de este espacio tan singular como acogedor. Un proyecto creativo donde tienen cabida diferentes disciplinas del Arte.

Los lugares especiales existen y están mucho más cerca de lo que se piensa. No es necesario viajar a los confines de la Tierra para encontrar la magia, la creatividad y la ilusión más pura. Y si no me creen es que no conocen La Garabata, en Puerto Real. Se trata del sueño, ya real, de dos artistas verdaderas, de dos emprendedoras valientes que se propusieron un día, añadir color al mundo. Y lo han conseguido. 

Lucía Ariza Molina y Lucía Miranda Menacho son las anfitrionas de este espacio tan singular como acogedor. Se trata, según las palabras de ellas mismas, de un proyecto creativo donde tienen cabida diferentes disciplinas del Arte, donde se imparten conocimientos a personas con inquietudes, creándose un clima de aprendizaje y colaboración. 

La Garabata es una ilusión hecha realidad, fruto del tesón de dos artistas que necesitaban encontrarse. Está concebida como un espacio de búsqueda y crecimiento para todas aquellas personas que quieren incluir el Arte en sus vidas. Y ya es todo un referente en el ambiente cultural de la Bahía de Cádiz, cuyo eco traspasa fronteras y alcanza a todo aquel que sea capaz de abrir la mirada. En La Garabata, las clases de pintura para grandes y pequeños, la escultura,  las exposiciones, así como presentaciones de libros, recitales de poesía, conciertos y todo tipo de eventos culturales encuentran su sitio. Allí se crea hogar para la cultura. Y en estos tiempos es un mérito y un lujo. Conozcamos de cerca a las dos Lucías, mujeres admirables, enormes personas. Ellas son el alma de La Garabata. 

Lucía Miranda Menacho (artista plástica): "Soy licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y master en Arte, idea y producción, artista plástica y especialista en Técnicas Pictóricas. He sido seleccionada para varias becas del panorama artístico como Plein Air 11 de la Fundación Tres Culturas y en certámenes de pintura. Mi trabajo ha sido expuesto en una de las galerías más importantes de Córdoba como es Arte Efímere, y en espacios de Cantabria, Madrid, Córdoba y Sevilla entre otros.Lucía Ariza Molina (artista plástica y restauradora): "También soy licenciada en Bellas Artes con la especialidad en Restauración y conservación de obras de arte y Máster en Gestión Cultural por la universidad de Sevilla. Desde mi estancia en Atenas con la Beca Erasmus he sabido encontrar inspiración en todas esas vivencias que los lugares nuevos me hacen descubrir. Soy amante de las aventuras y los retos. Me considero una persona auténtica que solamente pretende que la honestidad llene los campos de mi vida 

¿Y qué le pedís al Arte?

L.M.M.: Sobre todo, en el momento actual, pido visibilidad y más oportunidades a artistas emergentes. Es difícil terminar la carrera y salir a buscar espacios donde mostrar tu obra. Se  necesitan proyectos como el nuestro para dar lugar y cabida a artistas que comienzan

L.A.M.: Hasta ahora el arte me lo ha dado todo, mi vida gira en torno a él, así que lo mínimo que quisiera es que continúe aportándome todas esas cosas maravillosas por las que seguir.

¿Para qué sirve?

L.M.M.: El Arte sirve para comunicar y expresar. Es mi vida y es la mejor forma que tengo de ser lo que soy. De conocerme.

L.A.M.: El Arte es una gran herramienta y vía de transporte de emociones. Emociones que van de un transmisor a un público receptor y receptivo. Para un artista lo más motivador es saber que a través de su obra es capaz de hablar con un lenguaje sensorial. Y lo importante no es tanto el mensaje o la concreción en el significado sino el propio medio que contiene todo ese sentido.

¿Cómo encontráis el panorama cultural?

L.M.M.: Por un lado, hay bastantes certámenes y becas nacionales e internacionales que dan la oportunidad a jóvenes artistas a exponer su trabajo, pero a la hora de emprender un proyecto las becas están mucho más acotadas y es complicado.

L.A.M.: La cultura se encuentra en un momento extraño. Si nos paramos a analizar el sector a nivel general habría que decir que la inclusión de la tecnología nos ha hecho ser mas libres y nos ha acercado muchísimas cosas a las que antes no teníamos acceso, pero funciona como un arma de doble filo y a veces es difícil discernir lo que es válido y nos aporta calidad al conocimiento y lo que no. Tampoco es cuestión de valorar la cultura denominada “alta cultura” pero sí que es cierto que la sensibilidad a veces se puede ver saturada por tanta información, algo que es muy preocupante en edades tempranas puesto que puede tener como resultado el efecto contrario y hacer que nada nos emocione o nos inspire. Hoy en día podemos admirar el trabajo de artistas de todos los rincones del mundo prácticamente  en directo gracias a las redes sociales, conocer de primera mano y en tiempo real lo que se hace en el estudio del artista es algo impresionante. Toda esta curiosidad nos hace ser personas más inquietas y al fin y al cabo más conocedoras de nuestro entorno y nuestro tiempo.

Y una utopía, o una tontería, ¿puede el Arte salvarnos, salvar el mundo?

L.M.M.: sí que el Arte puede salvar el mundo, ¿por qué no?. Es nuestra forma de vivir y el Arte es una terapia perfecta para desconectar de los problemas. Mediante la pintura, la escultura y otras disciplinas artísticas podemos ver mejor el mundo y nos puede ayudar en todos los sentidos.

L.A.M.: El Arte en general y al hilo de lo que el panorama cultural actual nos ofrece hoy en día, es un modo de comunicación y puede ser una vía perfecta de diálogo. No se concibe el Arte como conflicto y quizá podría llevar a unir mas que a separar ya que los problemas de nuestro planeta son esas fronteras y esos muros que los humanos estamos empeñados en construir. No tiene fronteras y es un lenguaje de emociones entendible por todos. El Arte  concebido como mensajero de paz es posibleY hablando de actualidad, de temas candentes como la lucha por la igualdad, sois dos mujeres entre pinceles, y es maravilloso…

L.M.M.: El hecho de unirnos para conformar lo que ahora nombramos como nuestra pasión, por el que apostamos y creemos, nos ha constado bastante esfuerzo y sacrificio, pero hemos estado muy bien arropadas y esto nos ha hecho capaces de seguir creciendo.

L.A.M.: Lo conformamos con tanta ilusión y ganas que creo que lo mostramos al mundo y a la gente, ya que ha día de hoy nos ha ido todo sobre ruedas y cada día sigue aumentado nuestro alumnado. Dos mujeres y el destino de compartir un espacio vital tan maravilloso. La dos estábamos predestinadas a ello y seguramente todo el camino que hemos recorrido hasta llegar aquí ha sido necesario, esto lo digo así porque a veces me da la sensación de que todo lo que tenía en la cabeza para crear un proyecto de este calibre estaba relacionado con mi otra mitad. Ahora no concibo la forma de enseñar sin compartirlo con mi compañera. Creo que esto tiene  mucho que ver con la manera en la que concebimos el Arte, siempre de una forma generosa y abierta a los demás. En ese sentido hemos encontrado la una en la otra la horma perfecta a nuestro zapato, la complicidad y la manera tan exacta de diseñar la programación y los objetivos nos hace ser un equipo muy compenetrado, ya no sólo de dos sino también incluyendo a otro compañero en nuestro proyecto  para completar las disciplinas.

A la hora de trabajar, de soñar, de ser, ¿a quiénes seguís?  ¿Cuáles son vuestros referentes?

L.M.M.: Pues mi más, mejor y cercano referente lo tengo al lado cada día: mi amiga y compañera de batallas, Lucía Ariza Molina. Admiro su constancia, dedicación y pasión por lo que hace. También hay artistas nacionales e internacionales que son parte de mi formación y que me han ayudado como artista. La joven artista Cristina Gamón tiene un manejo del color y juego de formas que crean una abstracción expresionista con gran frescura y fluidez. Su obra ha hecho que la mía evolucione, creando un lenguaje propio y personal donde las formas orgánicas se adueñan de cada espacio del papel.

L.A.M.: Mis referentes son personas cercanas, artistas en los que puedo ver y comprender el esfuerzo del día a día. Siempre me ha gustado aprender de todas las experiencias vitales y tengo la suerte de vivir en un ambiente artístico en el que ir absorbiendo de todos y cada uno. La más importante y cercana, es mi compañera Lucía Miranda Menacho. Es inevitable admirar su forma de comunicar, su cercanía en el trato y su constancia en el trabajo. Ella ha aportado frescura y color a mi forma de entender el Arte, espontaneidad y originalidad de una manera extrema. Admiro la autenticidad que sabe transmitir con sus preciosas acuarelas. También estoy inmersa en la ilustración como eje fundamental de mi trabajo, tengo varios artistas de referencia a los que acudo e incluso alguno de ellos a los que he podido conocer personalmente como son: Benjamin Lacombe, Maria Hesse o Mark Ryden.

Técnica o inspiración.

L.M.M.: Ambas son importantes a la hora de investigar tu proyecto artístico, ya que hace falta una buenas técnica y manejo del material para conformar una buena obra aun así, me quedaría con la inspiración ya que en mi trabajo sin esa cualidad no podría hacer nada.

Trabajo mucho a través de los sentimientos. AsÍ que necesito siempre la inspiración para trabajar.

L.A.M.: Depende mucho del momento, aunque las dos van cogidas de la mano. Yo soy una persona de vibraciones y a veces me hago un ovillo de emociones tanto negativas como positivas. Creo que en mi proceso creativo tiene mucho que ver ese ovillo y del momento de deshacerlo para ir saboreando hasta las emociones tristes, que por supuesto inspiran mucho. La técnica a su vez es muy importante y eso sí que está en constante transformación, porque siempre hay cosas nuevas que poner en práctica.Sois optimistas. Estáis caminando juntas y consiguiendo grandes retos. ¿En qué os veremos pronto, o a largo plazo? ¿Seguís soñando?

L.M.M.: Sigo soñando.  Ahora y siempre, pues quién me iba a decir hace dos años que conformaría este proyecto precioso junto a mi compañera. Siempre estoy creando en mi imaginación cosas todo el tiempo, asi que tengo muchos sueños en mente y proyectos. Uno de ellos y con el que llevo bastante tiempo trabajando e investigando es el Tesoro Sumergido, un proyecto cuyo tema principal es el mar de la bahía de Cádiz, en especial un tipo de planta llamada Fanerogama marina, la cual sirve de vehículo en varias de mis obras.

L.A.M.: Sueño con seguir soñando siempre. Con tener ilusiones diarias, Siempre me he basado en pequeñas metas que a la larga se han convertido en grandes logros. Ya me siento muy satisfecha con todo lo que hemos llegado a conseguir y sería injusto pedir más pero personalmente me encantaría poder afianzar mi carrera como ilustradora y llevar a cabo alguna publicación propia.

¿Qué les diríais a los jóvenes ilustradores?

L.M.M.: No siento que sea la más indicada para aconsejar, ya que hoy día sigo aprendiendo e investigando. Pero sí que les diría que trabajen con un objetivo, con las ganas de superarse cada día en su trabajo y que la constancia y perseverancia en este proyecto de vida es esencial para poder llegar a conseguir sus objetivos.

L.A.M.: El único consejo válido es constancia y autenticidad. Creer en lo que uno hace y nunca desistir es la fórmula perfecta porque a veces no se llega a la meta pero al menos por el camino se aprende y se crece como persona y como artista

Lo más bonito que os ha ocurrido en La Garabata.

L.M.M.: En nuestro espacio hemos tenido eventos importantes y bonitos que recordaremos siempre. Cada exposición es una sorpresa para nosotros y para el público en general, nos da la oportunidad de conocer al artista y su trabajo de forma más pausada. Sorprendente ha sido conocer a personas debutantes en el mundo del Arte que han llenado nuestras paredes con su trabajo y que han llegado a crear bastante expectación en el panorama artístico local.

L.A.M.: La Garabata es bonita de por sí. Todos los matices sentimentales que están inscritos en ese nombre,  tienen para mí una carga emocional muy importante. Podría contar muchas anécdotas pero quizás lo mejor ocurre cada tarde cuando abrimos las puertas y vemos a esos pequeños con la ilusión en sus ojos, locos por entrar.

Sobre el autor:

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Claudia González Romero

Periodista.

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