Un conjunto de fallos crea un estilo. Si es talento, has de de derrocharlo. Karl Popper fue tajante al respecto: "La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de negarse a adquirirlos".
Todos poseemos una serie de habilidades y virtudes. Si nos preocupáramos de cultivarlos y desarrollarlos nuestras vidas sería más reconfortantes y, con ello, la sociedad lo agradecería. Viviríamos en un mundo un poco mejor.
Sin embargo, el común de los mortales ignora el tesoro interior que les fue dado. Muchos de ellos pasan demasiado tiempo censurando a los que destacan. En nuestro país es deporte nacional. Hacemos gala de una zafiedad inusitada. Más que envidiar, despreciamos. Ahora el mentidero lo tenemos en Twitter. Para algunos el mal es Eduardo Inda acariciando al gato de Schrödinger (rollo Vito Corleone). Para otros, en cambio, el mal es algo más rebuscado y conspiranoico: el sistema, la casta. Esta noche tienen una cita con Jordi Évole y ese programa ejemplar para el periodismo patrio llamado Salvados.
Alicia Giménez Bartlett ganó este viernes el Planeta (con 601.000 euros es el premio literario mejor pagado del mundo tras el Nobel) por su novela Hombres desnudos. ¿De qué va? Pues, en palabras de su autora, la novela "cuenta cosas de la realidad, de la crisis. De hombres jóvenes que han perdido su trabajo y han acabado bailando en un striptease". Es decir, prostitución masculina y conciencia social. El jurado del premio reseña que "Giménez Bartlett ha escrito una novela de corte realista y compromiso elegante". ¿Algo más? La susodicha recogió el premio con una llamativa sudadera fluorescente con la palabra "merde" impresa. “Ya que no podemos hacer la revolución… fue una pequeña broma”.
Con saraos así, siempre me pregunto, ¿qué hubiera dicho Manuel García Viñó de todo esto?
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