"Jerez tiene que tener un proyecto en torno al flamenco durante todo el año"

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La directora del Teatro Villamarta, Isamay Benavente, acude a los 'Desayunos de lavozdelsur.es', donde analiza el futuro del coliseo, mientras asegura que el Festival de Jerez debe "utilizar la ciudad como escaparate".

En vísperas de la vigésima edición del Festival de Jerez, en el que participa desde sus inicios, y en plena vorágine institucional por la disolución de la entidad que gestiona el teatro –esta misma semana Hacienda aprobó que se funda con otra fundación municipal–, Isamay Benavente (La Línea, 1965), directora del Villamarta y de la muestra jerezana de baile flamenco y danza española, acude a los Desayunos de lavozdelsur.es para hablar del presente y del futuro del teatro. Su mayor acierto desde que gestiona el coliseo jerezano es "sobrevivir", "he sido la directora de la crisis", y cree que ha fallado en llevar a la plantilla "al límite, con demasiadas propuestas que a lo mejor era difícil de asumir con los que somos". Apuesta por "repensar" el proyecto de la Ciudad del Flamenco ya que "durante estos años hemos sido exportadores de talento, pero ahora hay que traer riqueza a la ciudad".

Se cumplen 20 años de Festival de Jerez, ¿cómo afronta esta edición tan especial?

Con muchísima ilusión, porque llegar a 20 años en una empresa cultural no es ninguna tontería y más habiendo atravesado estos años que han sido tan complicados. Luego tenemos una sensación agridulce por todo lo que está pasando con la Fundación. Como han surgido tantas cuestiones colaterales, pues se ha desviado un poco toda la atención que yo le quería dedicar al 20º Festival, pero la verdad es que en cuanto a programación sigo pensando que tenemos un pedazo de edición, con poderío, con fuerza, con muchas actividades complementarias. Incluso miro el programa objetivamente y digo: qué pedazo de programa. No porque lo hayamos hecho nosotros, sino por los artistas que hay convocados este año, por los que traen trabajos bajo el brazo, por un montón de cosas.

Además del cartel, el Festival este año hace una operación de volcarse hacia la ciudad, ¿no?

Era un poco el lema del Festival este año, ocupar la ciudad, y ocuparla en el mejor sentido de la palabra: Con arte, con fotos, recorrerla con flamenco. Poner en valor ese patrimonio histórico que tenemos, que es muy desconocido, incluso para los propios jerezanos. Llevo 20 años viviendo aquí y he visitado sitios que no conocía dentro de las bodegas. Una de las potencialidades que tiene el Festival aún por desarrollar es esa, utilizar la ciudad como escaparate y como foco de atención.

"Llegar a 20 años en una empresa cultural no es ninguna tontería y más habiendo atravesado estos años que han sido tan complicados"

Desde el minuto uno ha estado en el equipo de diseño del Festival, echando la vista atrás, ¿cómo recuerda esos inicios? ¿Imaginaba que iba a adquirir esta dimensión, incluso a nivel internacional?

No lo imaginábamos. Es verdad que trabajábamos muchísimo y creíamos mucho en el proyecto, pero empezó de una manera pequeñita. También es verdad, y en eso aprendí mucho de Paco –López–, que fue diseñador y creador de las líneas básicas del Festival, que a veces hay que tener claras las líneas y luego ir desarrollando. Paco hizo varias cosas muy bien, lo de unir formación y espectáculo, lo de que pasaran muchas cosas en un tiempo intenso, porque eso hace que a la gente que viene de fuera le cunda el viaje y el esfuerzo económico que hace. Está bien pensado desde el inicio. Me acuerdo que en el primer Festival lo que hicimos fue un curso, sin estar abierto a que la gente de fuera se matriculara, pero tenia que haber ya formación. Hicimos algunas exposiciones de fotos. Vino Isabel Muñoz, una de las primeras fotógrafas, que ahora mismo es Premio Nacional, es decir, que ya se apuntaban muchas líneas que luego se han ido desarrollando. Otro de los secretos creo que ha sido la continuidad. Cuando a un trabajo artístico se le da espacio y tiempo los proyectos crecen, pueden desarrollarse. Eso es lo que le ha pasado al Festival.

¿Tiene techo?

De momento no se lo veo. Tiene muchísimo por desarrollar, por crecer, por explorar líneas de trabajo… Fíjate este año la línea que se ha abierto con la gastronomía, que todavía no la habíamos tocado. El patrimonio histórico puede dar mucho, pero que se convierta también en revulsivo de cara al turismo nacional, un turista que venga un fin de semana que sea como el fin de semana del Carnaval de Cádiz o el fin de semana de los patios de Córdoba. Es algo que veo posible y no demasiado lejos en el tiempo. También estamos pasando una época muy difícil, con techos económicos, y entonces cuesta mucho poner en pie determinadas líneas con pocos recursos, es un hándicap que tenemos, pero creo que los tiempos cambiarán.

¿Se podría pensar en otro tipo de Festival enfocado ya en el verano?

No voy a hacer varios festivales a lo largo del año, el Festival tiene que ser uno. Lo que sí que creo es que podemos desarrollar ese Festival a lo largo del año con muchas líneas paralelas. Pero el Festival de flamenco de Jerez creo que se puede desarrollar como tentáculo, a lo largo del año, pero no hacer otro Festival.

Todavía hay quien piensa que el Villamarta cierra, ¿cree que se llegará a ese extremo?

No puedo hablar con propiedad, ni categóricamente, de este tema, porque la solución no está en mis manos. Dicho todo esto, la ley de sostenibilidad, más que sostener, a nosotros nos va a destruir. Es muy injusta porque solamente afecta a empresas del sector público local, cuando donde está el mayor déficit es en las empresas autonómicas o nacionales. Además, es una ley que el objetivo es que no existan empresas con pérdidas, pero da igual lo que hagan esas empresas. Da igual que nosotros diéramos bocadillos y alimentáramos a 1.000 niños, tendríamos que cerrar porque hemos tenido pérdidas en 2012 y 2013. Me parece injusto, porque en los peores años de la crisis obligarte a que equilibres tus cuentas en dos años... Además en esta ciudad, con los problemas económicos que tiene. El objetivo de la ley está bien, hay que sanear, pero con un margen de tiempo un poco mayor. Pero sobre todo me parece innecesario. Si la alcaldesa ha conseguido apoyos privados, que no afectan a las arcas municipales, y se ha planteado un presupuesto estabilizado para el futuro de la Fundación, entre las subvenciones públicas y privadas, obligarnos a cerrar y desmontar la Fundación la verdad es que es complicado y difícil de asimilar.

¿Sería la solución ideal fundirse con otra Fundación?

No sé si es ideal o no, creo que es de las pocas soluciones que permite la ley. No sería mala solución, puesto que aunaríamos esfuerzos si nos fusionamos, en torno a un objetivo cultural. Crear una fundación que podría gestionar no sólo el Villamarta, sino otros eventos culturales que pasan a lo largo del año, y además llevar los museos. A mí en principio me parece que sería viable, y además seguiríamos trabajando bajo el marco de una fundación, que es una forma jurídica que te permite funcionar casi como una empresa privada, pero con la posibilidad de recibir patrocinadores con muy buenas condiciones.

¿Cree que desde el gobierno municipal deberían haber actuado antes?

Creo que han actuado pero que las soluciones no han sido aceptadas. Mi teoría es que actuaciones se han hecho, tanto el gobierno anterior como éste, lo que pasa es que las actuaciones no han sido o suficientes o aceptadas. En el caso de la Corporación anterior se tomaron algunas medidas pero fueron insuficientes para resolver el problema: se aumentó un poco la subvención municipal, pero no lo suficiente para cubrir el déficit, se nos pidió un ajuste salarial que nosotros hicimos, una serie de medidas que no fueron suficientes para resolver el problema. También han sido unos años complicadísimos y este gobierno desde que tuvo conocimiento del tema se planteó una solución al Ministerio de Economía, pero no aceptó esa solución, o sea que este gobierno también ha estado proponiendo soluciones. A este gobierno cuando se le dice que no antes de desviar otra partida presupuestaria para resolver el problema del Villamarta se le da la posibilidad de que se busque externamente, y yo no he tenido más potenciales patrocinadores que este último mes y medio, de diciembre a noviembre. Pero cuando se le plantea el plan de viabilidad, el Ministerio se agarra a la letra de la ley que, efectivamente, es muy tajante, y dice que si no hemos equilibrado el presupuesto en el 2014 vamos a la disolución.

¿Qué autocrítica hace el teatro en cuanto a su programación? ¿O todo está equilibrado y lo que ha faltado es el apoyo municipal o de otras administraciones? ¿Es suficiente el papel que tienen en la Fundación y en la programación del teatro?

Tenemos una subvención municipal que no cubre los gastos estructurales del teatro. El 1 de enero, si no echo a nadie o no enciendo la luz, ya tengo pérdidas, da igual lo que haga. Esto viene siendo así desde hace varios años, por eso estamos en la situación en la que estamos. La plantilla del teatro no está sobredimensionada. Si miramos otros teatros creo que tenemos una plantilla muy justa para toda la programación que tenemos. Dicho esto, si nos dedicamos a hacer una programación local, no hacemos el Festival, no hacemos musicales, ópera… A lo mejor sí que sobramos la mitad porque para abrir y cerrar y atender a grupos sencillos no hacen falta las 25 personas que estamos ahora mismo en plantilla. Si comparas con lo que hacen otros teatros de alrededor, tenemos una plantilla mínima para todo lo que hacemos. Aunque dicho esto, es una decisión que no me compete a mí, yo no soy la jefa de personal del teatro. A mí me parece que por lo que pone el Ayuntamiento esta ciudad tiene un grandísimo proyecto cultural, pero yo no soy la que tiene que decidir eso. El proyecto del Villamarta atrae todos los fines de semana a un montón de gente al centro. Si no se puede poner más dinero habrá que tomar decisiones de una manera o de otra. Lo que falta ahora mismo para llegar a un presupuesto equilibrado no es demasiado. Haré el proyecto cultural que me pidan y ajustado al personal. Pero el Ayuntamiento no paga todo el dinero. Este mes he escuchado cosas como que el Ayuntamiento pagaba el 95%  del presupuesto de la Fundación. Si lo pagase no tendríamos problemas, si solamente tuviéramos que generar el 5%, ¿de qué estamos hablando? El Ayuntamiento lo que paga es el 30% del presupuesto de la Fundación y nosotros generamos prácticamente el 70%. Dime qué servicio municipal genera el 70% de su presupuesto.

"La ley de sostenibilidad, más que sostener, a nosotros nos va a destruir"

¿La programación ahora mismo es rentable?

Claro, es rentable, y cuando no lo es busco que lo sea. Yo en junio siempre veo cómo ha ido el semestre y en otoño tomo decisiones, a veces muy drásticas. Estuve dos año y medio suspendiendo la lírica porque perdí la subvención, la recuperé porque entró un patrocinador y entre eso y las entradas podía pagarlo. Menciono la lírica porque todo el mundo piensa que vale mucho dinero. La hago porque la puedo pagar con la taquilla y los patrocinios, si no pues no la hago

¿La bajada del IVA cultural favorecería la llegada de más espectáculo al Villamarta?

Muchísimo. A nosotros nos devolvían antes cada tres meses un montón de dinero de IVA y ahora mismo con el 21%, nada. Abarataría los precios. Lo del IVA ha sido y está siendo nefasto para todo el sector, al margen de la destrucción de empresas y de industria cultural, está demostrado por todas las asociaciones de cine y teatro. No ha generado más ingresos para el Ministerio, sino muchos menos.¿Reduciría el precio de la entrada?

Por supuesto. En la peor época de crisis hemos tenido que subir los precios porque el 21% de las entradas va para Hacienda, ni para nosotros ni para el artista.

¿El arte es caro?

Yo no creo que sea caro, pero podría ser más barato si el IVA fuera menor, pero es que si yo no tengo subvención ni siquiera para cubrir los costes, la programación la tengo que sacar de algún sitio. Cuanto más subvencionado esté un espacio, más barato puedes poner el precio de las entradas porque no depende de la taquilla. Pero en Jerez dependemos de la taquilla o patrocinios para hacer la programación y por eso vale más caro. Por eso también muchos artistas están viniendo a taquilla, porque no tenemos dinero para contratarlos. Si lo comparas con lo que la gente se gasta en una entrada de fútbol y otras cosas, a mí no me parece tan caro. La entrada media del teatro está entre 15 y 20 euros, pero hay descuentos para grupos de estudiantes, asociaciones… Nosotros no hemos perdido el público en ningún momento. Con la crisis la venta de abonos de la lírica y música ha bajado, pero eso tiene una explicación. El teatro es grande y la gente sabe que va a haber acceso a última hora, pero nos interesa tener público abonado, fiel, porque eso nos garantiza saber con qué contamos. El precio de la butaca de lírica aquí, a nuestro nivel, es el más barato de toda España.

Sin ánimo de comparar, cuando ve que la Bienal tiene un presupuesto de más de 1,5 millones de euros y para el festival 75.000 euros, ¿qué piensa?

Yo no me compararía en ese sentido con la Bienal porque está como nosotros. Pero es que casi 600.000 euros son lo que compramos por curso. El resto es la parte proporcional de los gastos de estructura nuestros, los 75.000 euros de la Junta, lo que me dé el Ministerio, que no lo sabré hasta que pase el Festival, y los patrocinadores privados. Ese es el presupuesto del Festival y la Bienal está por ahí. Lo que pasa que sí que es verdad que no somos capital de provincia y eso nos penaliza mucho.

Hay poco apoyo del Gobierno, ¿no?

A mí me gustaría que fueran más sólidos esos apoyos y me gustaría recuperar a la Junta para el proyecto lírico. Nosotros recibíamos hace cinco años casi 600.000 euros de la Junta para el proyecto lírico y eso se ha convertido en cero. Me gustaría que entrara la Diputación, que vinieran muchas más empresas… El otro día hablaba con la gerente de Sevilla de Abengoa, que decía que con lo potente que ha sido la empresa nunca había conseguido que patrociara nada en el teatro. Hay poca cultura del patrocinio en el sur. En el norte patrocina todo el mundo todo. Hay más cultura de participar, aunque con poco, pero aquí cuesta mucho.

En estos años el teatro ha abierto muchísimos días al año, imagino que en más de una ocasión a usted le habrán entrado ganas de que no abriera porque le habrán colado más de algún evento, no solo no idóneo, sino a coste cero.

El gran problema del teatro no es ese. Ahora, sí que ha habido actuaciones que no han favorecido que los presupuestos estuvieran más redondos, más equilibrados. Ha habido muchísimas peticiones de asociaciones para temas benéficos, de hermandades, y es verdad que el teatro se ha utilizado sin que haya repercutido beneficiosamente en su presupuesto. Y claro, abres las puertas, enciendes las luces, pones la calefacción, contratas a personal… eso no ha beneficiado. Nosotros no estábamos acostumbrados a eso.

¿Se ha abusado mucho de eso en los últimos años?

Se ha aumentado muchísimo. Veníamos de una época en la que no se utilizaba el teatro para nada. En la época en la que se inauguró, con Pacheco, sus gobiernos municipales hicieron un uso cero del teatro, no se utilizaba para otra cosa que no fuera la programación cultural. Luego en la última etapa de Pacheco se le cedió a las hermandades para los pregones de Semana Santa y cuando cambió el gobierno municipal se utilizó también para el día de la ciudad. Pero bueno, a mí eso hasta cierto punto me parece normal, que haya uno o dos días para actos de especial relevancia municipal. El problema es cuando se ofrece el teatro para cualquier asociación o hermandad, porque abrir sus puertas tiene un coste alto, y si no tiene ese coste cubierto, pues todo lo que se use lo que hace es encarecer más su coste. Es así de simple.

¿Influye entonces el color político del Ayuntamiento a la hora de gestionar?

Ummm, a ver cómo te respondo a esta pregunta. Vamos a ver, nosotros hemos tenido bastante independencia en la producción con todos los gobiernos. A mí lo que me han pedido los delegados de Cultura, algunos más que otros, es programar a más artistas locales, pero a mí eso me parece normal también. Tampoco he tenido muchas quejas porque creo que nosotros hemos hecho una labor importante con los artistas locales, con los de flamenco y con los de lírica ni te cuento, hay gente que está haciendo carrera gracias a nosotros. Nunca he tenido interferencias en la programación con ningún gobierno municipal. Hemos sido bastante respetados en ese sentido, aunque sí se ha hecho un uso en algunos gobiernos mas que en otros del espacio, pero no en la programación.

Desde 2008 que lleva al frente del Teatro, diga su mayor acierto y su mayor error.

El mayor acierto: sobrevivir. Me lo digo todas las mañanas cuando me levanto. Siempre digo que soy la directora de la crisis y es que cuando entré fue cuando se cayó Lehmann Brothers y de repente desaparecieron todos los patrocinadores, me empezaban a llamar para decirme que me dejaban el patrocinio al 20%... todo esto con la programación ya a la venta y contratada. Las subvenciones cayeron, la taquilla bajó… Yo, que venía con muchos proyectos artísticos, lo que tuve que hacer fue arremangarme y ver cómo sacar dinero. Fueron momentos durísimos los primeros años de la dirección del teatro, entonces de lo que estoy más contenta es de haber sobrevivido, y no es mérito mío solo, también es del equipo. En los peores momentos, cuando no vino el personal de la empresa de servicios, el jefe de administración bajó a hacer la sala, yo me he puesto a cortar entradas, el subdirector también… Es decir, que cuando hemos tenido problemas hemos estado todos a una. ¿Y de qué me arrepiento? De muchas cosas, quizás de llevar a veces a la gente un poco al límite, de eso he aprendido. Me puede el tema artístico de hacer más cosas de las que podemos cubrir, no te hablo económicamente, sino de trabajo.

Con la situación actual, ¿qué margen de maniobra tiene para innovar?

Creo que hay muchísimo. Llevo 20 años en Jerez y me iré diciendo lo mismo que cuando llegué. A mí me parece que esta ciudad tiene un potencial tremendo y que está sin explotar, sobre todo en el tema cultural. Es una ciudad desconocida, a la que tienen que llegar vuelos low cost porque sería una ciudad para fin de semana maravillosa. Por ponerte un ejemplo: era impensable cuando llegamos que no hubiera nada como el Festival de Jerez, y ahora mismo sería impensable perderlo. Creo que quedan muchos segmentos por explorar: el verano, el otoño, las navidades, que ya están empezando a dar frutos… Pero ahora tenemos un reto con la zambomba, que no se convierta en una botellona, que tenga un punto de autenticidad, que la programación sea diversa… Tenemos muchos retos culturalmente en esta ciudad. Mucho por explorar y desarrollar. Me parece muy potente la ciudad. Somos una mezcla perfecta entre Sevilla y Cádiz. Tenemos esa flexibilidad que tienen los gaditanos y una forma de hacer cultura muy parecida a Sevilla. Tenemos mucho que decir.

"La plantilla del teatro no está sobredimensionada; si miramos otros teatros creo que tenemos una plantilla muy justa para toda la programación que tenemos"

Finalmente parece que la Ciudad del Flamenco será poco menos que un parque, ¿qué le parece?

El proyecto de la Ciudad del Flamenco me parece maravilloso pero nadie contaba con que llegara una crisis tan terrible. Ahora mismo me parece muy difícil, pero no me parece que haya que desechar esa idea y ese proyecto, pero habrá que reinventarlo. En la ciudad hay un potencial de personas muy potente que podrían ayudar. Hay que repensar ese proyecto con las posibilidades que tenemos ahora, que no son las mismas que hace 10 años. ¿Pero es necesario para la ciudad? Absolutamente. Tenemos que liderar un proyecto en torno al flamenco.

¿Ha faltado empuje municipal de gobiernos que no han considerado suyo el proyecto?

No lo sé. A este proyecto le pilló la crisis en su momento incipiente, cuando todavía no tenía los compromisos cerrados de las administraciones supramunicipales y entonces llegó la crisis y creo que no pudo tirar adelante por falta de financiación. Es lo que creo, pero tampoco he trabajado en ese proyecto. Me parece que se podrían coger ideas y repensarlo con expertos, que los hay, y ver qué posibilidades tenemos de llevarlo adelante. Me parece un proyecto interesantísimo para la ciudad y hay que conseguirlo, creo que se puede conseguir. Luego, que algunas corporaciones lo han liderado más o menos… Cuando las corporaciones empezaron a ver que las administraciones supramunicipales no iban a estar con el proyecto lo dejaron apalancado.

La cronología es que realmente el gobierno se vuelca con el gobierno en la crisis, en 2009, incluso había fórmulas de construirlo a nivel público-privado. Está claro que el PP en 2011 decide darle un puntillazo por esa connotación política. Plurianualmente estaba presupuesto, en pequeñas cantidades, pero ahí se va a quedar un solar de 17 millones de euros…

Cuando hablamos de proyectos culturales no es el edificio, sino lo que genera. Sí creo que Jerez tiene que tener un proyecto en torno al flamenco y mantenido a lo largo de todo el año. Tiene que ser un foco de atracción turística y cultural, de riqueza para la ciudad. Durante estos años hemos sido exportadores de talento, pues ahora hay que traer riqueza a la ciudad.

¿Qué le queda por traer a la programación del Villamarta? ¿Qué se le ha resistido?

Hay artistas que me hubiera gustado tener o proyectos que me hubiera gustado abarcar. Ahora, con el coro, me hubiera gustado montar una especie de escuela en colaboración con la Escuela Municipal de Música, tanto clásica como flamenco.

El coro es una de esas entidades ocultas de la ciudad y hace una labor increíble, ¿no le parece?

Sobre todo de formación gratuita y de cohesión social. Viene gente de toda la Bahía, hay profesionales de todo tipo, estudiantes, abogados, amas de casa, gente parada… Y luego desde que tenemos a este director, a Joan Cabero, la formación ha cobrado una importancia increíble. Es que se viene por las mañanas a darle clases gratuitamente a la gente del coro y les está dando formación gratuita de solfeo a quien no la tiene. Eso mismo nos hubiera gustado hacerlo también con escolanías, ir haciendo coros adolescentes, pero no hemos podido abarcarlo todavía. Y me parece que un proyecto de ese tipo en colaboración con los barrios, con las asociaciones, podría dar lugar a algo muy potente en la ciudad.

¿Cree que es consciente el jerezano de la importancia del Villamarta?

Quiero creer que sí, que el jerezano si no viene a una oferta viene a otra. Creo que el Villamarta es un atractivo para que la gente venga al centro, me parece un elemento muy importante de formación, formación del alma, cultural, y también es un foco de hacer cabezas pensantes y mejores ciudadanos. A mí me hace ese efecto, quiero creer que a mucha gente también. Salgo siempre transformada y creo que como yo, mucha gente. Es un reducto de resistencia y un refugio para muchas cabezas, un consuelo para el alma.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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