La historia dorada de las empresas de videojuegos arcade en España contada por el gaditano Jesús Relinque a través del libro 'Continue play? Historia de las recreativas españolas'.

Hubo una épocada dorada durante las décadas 80 y 90 en la que las empresas nacionales elaboraban exitosos videojuegos para los salones recreativos. Los jóvenes de antaño acudían con sus pesetas -por entonces no existía el euro- y tenían que depositar una moneda para poder jugar (de 25, 50 o incluso 100 pesetas). Las prestaciones gráficas de estos juegos superaban ampliamente a las de los primeros ordenadores con los que se podía jugar en casa, por lo que era un lugar de visita obligada en la adolescencia. Y uno de los que acudían asiduamente a salones recreativos era Jesús Relinque, al que se le conoce como Pedja por su parecido con Pedja Mijatovic, el que fuese futbolista de Real Madrid y Valencia entre otros. Nació en Cádiz en 1980, una fecha considerada como el inicio de la época de oro del software español.

"Nací un año señalado. Fernando Yago logró plasmar el primer videojuego comercial en España en 1980. Es una persona que practicamente apenas conoce nadie. No está nada reconocido". Y ese es uno de los motivos por los que se decidió a elaborar el libro Continue play? Historia de las recreativas españolas, en reconocimiento de aquellas personas y empresas que hicieron crecer la industria del videojuego en suelo nacional. Se trata de la continuación de su primer libro publicado: Génesis. Guía esencial de los videojuegos españoles de 8 bits. 

"En el primero se repasa una parte de la historia de los videojuegos españoles, mientras que éste se centra en las máquinas recreativas, en los salones arcade. Más en concreto en todas las que se fabricaron en nuestro país, que son bastantes desconocidas. La gente quizás sí se acuerda de ellas, pero a lo mejor no las identifica como españolas porque, entre otras cosas, los títulos de los juegos de recreativas siempre eran en inglés porque el objetivo de muchas de las empresas de la época era exportarlas al extranjero", comenta Jesús Relinque, quien ha escrito el libro junto a su insaparable José Manuel Fernández.

La obra es producto de una ardua tarea de investigación. El escritor gaditano cuenta que "hemos entrevistado entre 20 y 25 personas que han formado parte de la historia arcade. Hay gente que ha permanecido en la historia y son muy importantes, como por ejemplo Javier Valero, que lideró Gaelco, la compañía más longeva, y Fernando Yago, pionero en 1980 al plasmar un videojuego comercial en España". En el mismo sentido, añade que "cada capítulo aborda una empresa distinta. Son capítulos narrativos que van narrando por cada empresa la evolución a través de los años. Para describir y completar esta evolución se van insertando las opiniones que ha vertido cada persona", explica.

Durante aquella época no existían demasiadas empresas nacionales dedicadas a la industria del videojuego para máquinas recreativas. "El libro tiene trece capítulos y son once o doce empresas las que repasamos. No era como las compañías de 8 bit que sí existían más porque era mucho más fácil programar para ordenador que para arcarde. Además entiendo que el rendimiento económico que le sacaron a las máquinas recreativas no creo que fuese más allá salvo excepciones que comentamos en el libro. Hay un par de empresas que hicieron época, por así decirlo, pero el resto pasaron de puntilla". Y entre las mas exitosas se encuentra Gaelco, seguro que los nacidos en aquella época recuerdan los famosos Big Karnak, World Rally, Radikal Bikers o Gaelco Football, éste último llamó la atención porque se jugaba pateando un balón de fútbol de verdad. "La más longeva fue Gaelco, pero a mitad de la primera década del siglo XXI dejó de fabricar juegos y se dedicó a hacer dianas electrónicas conectadas a internet, de esas que se han podido ver en cualquier bar". Y es que ninguna de estas empresas siguen vigentes hoy en día.

Jesús Relinque: "Hay ciertos videojuegos que se han perdido para siempre"

En la actualidad, y gracias en buena parte a los emuladores, existe una corriente retro que aprovechan algunos usuarios para disfrutar de la jugabilidad de aquellas perlas de las recreativas. "Eso está ocurriendo en todos los ámbitos. Está de moda el retro ochentero y noventero, no sólo en los videojuegos, incluso en la decoración y la música parece que vuelve otra vez a la palestra. En este caso enfocado al videojuego, está claro que está muy de moda tanto en el coleccionismo como en los emuladores, que facilitan mucho la tarea de preservar todos estos juegos. Te bajas el emulador, localizas el juego y puedes probarlo sin ningún problema". En esa misma línea, añade que "en nuestro libro destacamos que hay ciertos juegos que se han perdido para siempre. A no ser que salga alguien que diga conservo tal placa recreativa y se puede preservar, que lo vemos muy complicado, porque esas placas que están por ahí documentadas de forma muy exigua se han perdido porque nadie conserva la placa funcional, entonces es imposible emular ese juego y nadie puede recordarlo tal como era. Nosotros hacemos reseña de bastantes juegos en este libro, pero podíamos haber ahondado en otros si hubiésemos tenido la posibilidad de probarlos", lamenta.

Colecciona máquinas recreativas

Actualmente es ingeniero informático, pero desde muy temprana edad se vio seducido por el mundo de los videojuegos: "Creo recordar que con 6 años ya tenía mi primer MSX, mi primer ordenador personal, y por ahí conservo un par de cuadernos en los que apuntaba lista de juegos e incluso empezaba a escribir y realizar una especie de análisis. Esa vocación me venía de muy pequeño. Por otro lado está el tema de coleccionar juegos de otras épocas, me alienta bastante hacer arqueología del videojuego. Este tipo de libro recopila la historia del videojuego, pero tambien pertenece a la aventura de investigar y recuperar datos y juegos que están perdidos en el pasado como si fueran reliquias", explica Jesús Relinque.

Reconoce tener máquinas recreativas en su domicilio: "Se la compré a una persona que la había recuperado de un bar que había cerrado. No está ni restaurada, prácticamente con los mismos componentes de hace 20 ó 30 años. En general hay muchas asociaciones que guardan y conservan estas máquinas. En Sevilla hay una que se llama Sevilla Retro que tiene toda una nave industrial llena de estas máquinas y tiene una especie de promoción para los fines de semana y pagando 5 ó 6 euros puedes jugar todas las horas que quieras". El escritor gaditano también confiesa que alterna los videojuegos actuales con los de aquella época: "Voy alternando. Tengo mi habitación llena de ordenadores y máquinas antiguas, no en plan museo, pero si quiero jugar a alguna, la pongo en la mesa y juego del tirón. No sólo me gusta emular las máquinas antiguas y escribir sobre ellas, sino volver a probarlas. La colección que tengo la utilizo para volver a recordar esos tiempos". Y ahí deja testimonio en su segundo libro, de nuevo con la editorial Héroes de Papel, que ya se puede adquirir en establecimientos o a través de internet.

Sobre el autor:

Luismi

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