Hospedarse en el Arenal

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Los hoteles, como tantas cosas en Jerez, vienen y van.

Los hoteles, como tantas cosas en Jerez, vienen y van. Un proyecto hotelero no siempre cuaja aunque si se evalúa bien el riesgo, lo probable es que cuaje. Jerez es hoy una de las ciudades con más afluencia turística de Andalucía y así se muestra tanto en su demanda como en su oferta hotelera. Hace poco, se hizo público la apertura de un nuevo hotel en la calle San Pablo. No muy lejos de allí, en otro tiempo se encontraban algunos de los hoteles más singulares de la ciudad, como por ejemplo el Hotel Victoria, que se encontraba entre Lancería y la propia Plaza del Arenal, en el espacio que luego fue el edificio de la Caja de Ahorros de Jerez, hoy Caixabank.

Lo cierto es que todo lo que fue zona de la antigua parroquia de San Miguel se caracterizó (y se caracteriza) por un elevado número de establecimientos de hospedaje. Hoy podemos encontrar numerosos hoteles y hostales en el triángulo que conforma San Miguel, Angustias y Esteve, pero también podemos recordar algunos que existieron en el pasado.

Posadas, mesones o fondas. Si nos remontamos un poco más atrás, a principios del pasado siglo, la definición de hotel y de hospedaje dista mucho de la actual. En Jerez los foráneos, aunque bastante menos habituales que en la actualidad, existían y necesitaban alojarse en algún establecimiento de la ciudad. Uno de ellos era la antigua posada de San Dionisio, que lejos de situarse a las faldas del templo homónimo, se situaba en la plaza del Arenal, nada más y nada menos en el lugar que hoy ocupa el edificio de los sindicatos. A sus pies también existía un tabanco llamado la Goleta donde tanto foráneos como nativos podían refrescarse el gaznate durante sus idas y venidas. Una estampa de otro tiempo que queríamos rescatar para hacernos una leve idea de lo que ha cambiado Jerez (y el mundo) en menos de un siglo.

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