"El flamenco es el sistema más eficaz para calar en el corazón del hombre. En ningún otro arte se puede llegar a plasmar la realidad y crudeza de la vida como en el flamenco. Es ternura y coraje, desesperación y esperanza, florecer, vivir y morir al mismo tiempo. Es la manera más hermosa para denunciar, porque el flamenco sobre todo es rabia: no se puede cantar bien si no se hace con rabia". (Entrevista con Francisco Moreno Galván, Revista Sevilla Flamenca, nº 84). El pintor y poeta de La Puebla de Cazalla Francisco Moreno Galván (1925-1999) es uno de los grandes personajes que ha ofrecido al mundo la cultura de Andalucía en el último medio siglo. José Manuel Caballero Bonald ha dejado escrito sobre él: "El pintor Francisco Moreno Galván es, a mi entender, quien con mayor clarividencia ha ahondado en la entraña humana y artística del flamenco. Pertenece a una estirpe de artistas andaluces de los que ya sólo quedan ejemplos aislados: esos que por ser estrictamente de su pueblo, son también estrictamente universales." Estamos, y es un consenso generalizado, ante el mejor artista expresionista andaluz y ante quien más cabalmente ha reflejado en el arte el universo dramático jondo. Una gran muestra de su trabajo plástico en torno al flamenco puede verse en la exposición de carteles que se celebra desde el 22 de febrero en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, en Jerez. Para muchos —entre los que me incluyo— los carteles de Francisco Moreno Galván son los mejores que se han editado para anunciar el arte flamenco. Algunos de estos carteles reproducen cuadros suyos, y otros muchos fueron expresamente diseñados para cada festival. De forma especial, se recorren en la muestra las distintas ediciones de las Reuniones de Cante Jondo que, auspiciadas por él, se realizan en La Puebla desde el año 1967. Y La Puebla de Cazalla mantiene casi 20 años después una auténtica y merecida veneración por la figura de Francisco, como todo el mundo le llama: en un reciente viaje hace unos días a La Puebla pude visitar el "templo" del Bar Café Central, regido eternamente por Fernando Guerrero —que algunos han definido como el mejor tabernero del mundo—, Francisco paraba en este bar, aquí se celebraban multitud de reuniones flamencas, aquí cantó y bailó, e incluso aquí conoció al joven José Meneses, iniciándose una relación artística simbiótica entre ambos que duraría toda la vida. Francisco incluso remodeló físicamente por completo el bar, y en él se conservan multitud de dibujos del artista, así como el recuerdo vivo de los parroquianos mayores, que aún lo echan de menos. Pude comprobarlo. Y se guarda igualmente en La Puebla la memoria de su obra, en el Museo de Arte Contemporáneo José María Moreno Galván, que perpetúa el legado artístico de ambos hermanos, y donde Francisco cuenta con una hermosa sala. Porque Francisco Moreno Galván, Francisco para los amigos, aunaba altísimas calidades en muy diversos campos: fue un gran pintor andaluz, que desde muy niño manifestó unas dotes extraordinarias para el dibujo, y tras estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, inició una carrera intensa como muralista y realizó también los decorados de grandes superproducciones cinematográficas como El Cid, Rey de Reyes, Lawrence de Arabia, etc. Francisco era el hermano menor de José María Moreno Galván, quien fue uno de los mejores críticos y teóricos del arte contemporáneo en España, y juntos convivieron con todos los artistas de vanguardia en el Madrid de los años cincuenta y sesenta, y también juntos quedaron deslumbrados por el descubrimiento de Picasso, que marcaría a ambos para siempre.  Y Francisco fue progresivamente fijando el eje temático de su obra como pintor en el arte flamenco, arte que amaba desde niño, que cantaba por lo bajito, y que le ofrecía un espectáculo de insuperable fuerza plástica. Y esa fuerza se codifica  en la pintura de Francisco Moreno Galván mediante un trazo vigoroso,  expresionista, y mediante un uso atrevido del color. Pero aparte de gran pintor, Francisco Moreno Galván  fue uno de los más excelsos letristas del flamenco desde que se conoce ese corpus —joya poética de Andalucía— que en un primer momento recopiló Demófilo. Sus letras han actualizado, como vino nuevo en odres viejos, el corpus de motivos tradicionales de la lírica flamenca, volviendo a incidir en los sentimientos universales del ser humano, el amor, el dolor, la enfermedad, la muerte, la soledad, el frío, y ha traído además un nuevo acento en las cuestiones sociales y políticas, que son nuestros problemas y sentimientos colectivos. En su obra lírica encontramos, pues, coplas que parecen anónimas y centenarias, y que merecen estar entre las mejores del corpus clásico, y a la vez encontramos  coplas de rabiosa actualidad sobre el momento de España en que fueron escritas, bajo la dictadura de Franco. Pero su copla social tiene siempre una carga poética, un léxico primordial y una belleza estilística tales que son igualmente letras eternas:

¡Qué pena tan grande que no cambia el tiempo, y no se mueve ni una nubecita que acabe con esto!

Y también fue Francisco Moreno Galván un magnífico urbanista, que pudo aplicar en La Puebla de Cazalla sus ideas de renovación urbana y rescate de la tradición: diseñó directamente espacios urbanos como la Plaza de Andalucía, el Café Central, la restauración de la Casa del Pósito, etc., y recuperó para el urbanismo de La Puebla los materiales tradicionales, eliminando muchos adefesios. Este texto suyo sobre La Puebla ejemplifica sus preocupaciones estéticas y urbanísticas: "La Puebla nuestra. Ya no son olivares tus contornos, ni álamos ni chopos por tus arroyos andan. Ahora lindan contigo el hastío y la ceguera, la ignorancia y el firme desprecio a tu textura. Soterraron foronguillas y cañuelos, demolieron molinos que fueron tu sustento, mancillaron tus cales con losetas infames y despeinaron el tocado de tus moriscas tejas. Me duele la rota geometría de tu Cilla, piedra angular de tu existencia, y me duele todo lo que con ella se ha marchado; el hierro de forja y la veleta y el cruzar por el cielo la cigüeña. Y me duele la basura que abriga tu corteza." Pero, además de todo lo anterior, Francisco Moreno Galván fue un enorme maestro de cante, que orientó e impulsó las carreras artísticas de jóvenes cantaores de entonces como —especialmente— José Menese, pero también Diego Clavel y Miguel Vargas, a los que enseñó lo mejor del cante clásico, comenzando por su adorado Juanito Mojama, y a estos jóvenes cantaores ofreció todo su repertorio de nuevas y magníficas letras flamencas que no sólo hablan de los sentimientos individuales, sino también de las esperanzas colectivas, en un momento oscuro de España. Y escribió letras flamencas para un buen número de Lps, realizando también  las portadas de la mayoría de estos discos. Cuenta el cantaor Diego Clavel: "Nos hacía escuchar los cantes en su estudio —digo nos hacía, porque también estaban Menese y Miguel Vargas— y en un papel indicaba las subidas y bajadas de la melodía, los ayes... Como él cantaba un poquito, también nos hacía lo que estábamos aprendiendo. Nos ponía los discos de los clásicos y cantábamos encima con la letra nueva. Y así lo montábamos todo, porque con el guitarrista no nos veíamos hasta el día antes de grabar. Francisco era muy exigente porque tenía una concepción de mucha pureza". Y por último —and last but not least—, además de todas estas facetas, fue desde muy joven un luchador incansable por las libertades en España. Miembro del Partido Comunista, participó activamente en las luchas y reivindicaciones de libertad y democracia en España, y continuó su compromiso hasta el final. Como dice una copla suya:

Firme me mantengo, firme hasta la muerte, confirmo y afirmo que no he de cambiar, que como firme me he de sostener, cuando muera dirán siempre: murió pero firme fue”

Esta copla fue profética. Como dice con emoción Manuel Bohórquez: "Francisco Moreno Galván y La Puebla son una misma cosa, y tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un morisco con su corazón y su compromiso en favor de los más débiles, de los explotados, de los hambrientos de cultura...Y un andaluz con las ideas tan claras sobre la dignidad humana". Gracias, Francisco, por tu arte, que ilumina Andalucía, y gloria jonda te sea dada por toda una vida dedicada al Arte, al Flamenco y a la Libertad.Nota: El Centro Andaluz de Documentación del Flamenco tiene abierta, desde el 22 de febrero hasta el 11 de mayo —de lunes a viernes, de 9:00 a 14:00 horas— una gran exposición de carteles flamencos, discos, y libros de Francisco  Moreno Galván. Todos los carteles que se exponen pertenecen a los fondos del propio Centro, que durante 30 años ha ido recopilándolos en su archivo gráfico. Palacio de Pemartín. Plaza de San Juan, 1 -Jerez --horario especial durante el Festival de Jerez, de 23 de febrero a 9 de marzo: de lunes a viernes, de 9´00 a 18´00 horas sábados y domingos: de 10´a 18´00 horas --desde el 10 de marzo al 11 de mayo: horario, de lunes a viernes, de 9´00 a 14´00 horas
Selección de coplas flamencas de Francisco Moreno Galván
Todas esta coplas han sido cantadas, en su mayoría por José Menese, también por Diego Clavel y Miguel Vargas, cantaores con los que Francisco tuvo una gran relación de tutelaje y promoción. En los créditos de los discos, firma como letrista Paco Moreno.

A tres leguas de Triana y por los campos juyío, échame una mano que vengo por los jeres perseguío.

*

Si me rebelo, chamuyo cosas que yo no quiero.

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Mira que yo no me creo na de lo que tú publicas: preicá y repartí trigo son dos cositas distintas

*

Aquel que sube de golpe no le quean las manos limpias; no crece  un río de pronto si no es con agüitas turbias.

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Soy castillo de frontera, mientras tenga un muro en pie siempre estaré en pie de guerra.

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Por tierras desconocías pasa fatigas y sudores, la tierra donde has nacío pa cotos de cazadores.

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El que nace con mal fario, si come naranjas chinas le sabe a limones agrios.

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Termina la larga noche, ya clarea la mañana, ya se va lo oscuro y triste, ya alumbra la luz del alba.

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Viéndolo y no lo creía, veinte mil misas de réquiem cantás en un sólo día.

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Le falta pa sé completa a la torre de tu pueblo las campanas y la veleta.

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Por darle que hablá a la gente, me puse a pescar estrellas con una caña en la fuente.

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Ay, navegara si pudiera navegar en un barco con tu nombre y siendo yo capitán.

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Si me pierdo que me busquen a la orilla de la mar, leyendo en el horizonte la palabra libertad.

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Cuando tu mare te llame entorna la puerta, haz que suene la llave y déjala abierta.

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Y esta gitana... si se alegra barrunta llanto mañana.

*

Corazón corazón, esta noche jaremos encajes de bolillos con puntillas tú y yo.

*

Mira qué loquito era que quiso jacé una guerra sin pólvora y si bandera.

*

Qué doló de pueblo, lo que ha soportao, golpes y golpes —y más golpecitos— en el mismo lao.

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Si me pusieran mare, a la luz del día, se clarearan como en los cristales las penitas mías.

*

Que no volverías a verme casi muerto te juré, y hoy vuelvo poquito a poco paso a paso a tu queré.

*

Ay, qué martirio que lágrimas no puean darme un alivio.

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Una gotita de agua no abre joyo ni en la arena, y una gotera continua abre agujero en la piedra.

*

Miro yo a las alturas buscando consuelo y no me respondían santitos ni justos de los altos cielos.

¡Qué pena tan grande que no cambia el tiempo, y no se mueve ni una nubecita que acabe con esto!

*

Tiros al aire, que el toro que anda suelto no hay quien lo amarre.

*

Son grandes fatigas dobles que a mí me salen al camino y me van arrodeando como una cerca de espinos

*

To el que le canta a la luna es porque en la luna está, que los que pisan la tierra a la tierra cantarán.

Sobre el autor:

Joaquín Carrera.

José Joaquín Carrera

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