La familia del flamenco ha vuelto a recibir en la mañana de hoy una de esas noticias que gustan poco conocer. A los 78 años, el cantaor Diego de los Santos Pastor ‘Agujetas’ (Jerez, 1947) nos dejaba para siempre en su domicilio de Rota. Hermano del irrepetible Manuel Agujetas, centró su trayectoria artística en defender este arte desde su génesis y defendía la visceralidad de las formas de antaño en cada uno de sus recitales.
Defensor a ultranza del cante por seguiriyas, soleares, fandangos y malagueñas — reconocía cantar al menos una hora y media todos los días para no perder la forma— su trayectoria discográfica solo recoge intervenciones en discos corales, salvo el volumen LXII de la serie Flamenco y Universidad, en la que en 2020 se recogen sus grabaciones en solitario, junto a la guitarra de Pepe del Morao.
Cantaor de cuarto de cabales, su impronta y rajo vocal le hacía ser uno de los cantaores de la dinastía Agujetas que más visceralidad le imprimía a su cante. Junto a su hermano Luis y Moraíto se iniciaba en las producciones discográficas en 1995 y en 2002 se editaba Una noche con los Agujetas, en el que participa junto a su primo Gitano de Bronce y su hermano Paco.
La noticia de su fallecimiento provocaba un sinfín de muestras de condolencias en las redes sociales, mostrando su pesar por esta pérdida que, junto a la de su sobrino Antonio el pasado mes de diciembre, hacen que los cambios de año sean una fecha señalada en esta dinastía cantaora que lleva a gala conservar los orígenes más ortodoxos y clásicos del flamenco en su genética.
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