María Moreno, una bomba en su soleá

La bailaora gaditana demuestra que es el presente de la nueva generación de la danza flamenca. 'More (no) more' es un montaje donde exhibe todo su caudal dancístico pero que adolece de sentido narrativo

Una bomba de relojería en busca de autor. María Moreno, en uno momento de la primera parte de 'Moreno (no) More', que presentó este pasado lunes en el 26 Festival de Jerez.
Una bomba de relojería en busca de autor. María Moreno, en uno momento de la primera parte de 'Moreno (no) More', que presentó este pasado lunes en el 26 Festival de Jerez. MANU GARCÍA

Caben pocas dudas al final de la función, con ese amago de metadanza, el espectáculo dentro del espectáculo, de que estamos ante la silueta de una de las grandes esperanzas del futuro (que ya es presente) de la danza flamenca. Una artista ambivalente, tan marcadamente clásica como rabiosamente contemporánea. En apenas cinco años con compañía propia, esta bailaora gaditana reconcentrada en diferentes bailaoras, a ratos quebradiza y profunda, a ratos frenética y exuberante, ha levantado tres espectáculos y ha cosechados premios como gran revelación en el Festival de Jerez y en la Bienal de Sevilla.

Precisamente desde su estreno en Sevilla ha traído algo más de año y medio después a la muestra jerezana More (no) More, una creación para la que ha contado con el aporte escénico de Rafael R. Villalobos, un joven aunque curtido creativo del mundo de la ópera, y el diseño de vestuario de Palomo Spain, uno de los nuevos gurús de la moda española. Sin embargo, más allá de estos nombres propios que sientan tan bien al programa de mano y al marketing de un espectáculo, María Moreno es un festín dancístico del talón a la cabeza y solo por verla bailar sobraría todo lo demás.

Pero no es cuestión de quedarse solo en eso. No solo porque veamos que le sale por los poros mucho más, sino porque a pesar de lo excelso de números como su soleá, en la recta final del montaje, con su impresionante carrerilla, con su voluptuosa escobilla, en la que los gestos, la boca entreabierta, la mirada, el braceo, nos retrotraen inequívocamente a su gran maestra, Eva Yerbabuena, no debería quedarse solo en eso.

Mejor la intención de ese corte abrupto de las bulerías del principio para ser mecida con melancólica resignación por el cante de Pepe de Pura e Ismael de la Rosa que ese número con el cajón, donde parece que importa más la forma, el gag, el guiño, el efectismo, que el fondo. Diremos que este trabajo de Moreno es de transición, pues aunque su baile es a menudo vibrante, sin desatender esos agradecidos refugios para el sosiego y la poética (cuando gira, gira y gira con su mantón como una bailarina en una caja de música, o cuando mece sus muñecas en absoluto silencio), el hilo argumental flaquea. La puesta en escena no pellizca en ningún momento. Con instantes desconcertantes y otros pasajes que decaen o que, directamente, se vuelven planos tirando a intrascendentes con los seis personajes en busca de autor.

Si algo puede aprenderse de maestros como Andrés Marín, otra de sus fuentes de inspiración, es que el riesgo es la única arma verdadera con la que cuenta la creatividad frente a la medianía. Y en More (no) More hay fogonazos escenográficos que quedan en apuntes (¿la luna?, ¿el fuego?), sin hilazón (las sillas del principio no vuelven), y un intento de discurso —un “políptico hagiográfico”, eso reza en la sinopsis, literal— que no concluye en relato estructurado, con sentido narrativo (al menos que percibamos), más allá de la mera exhibición musical y coreográfica.

Hay, en definitiva, una María que es una fiera técnica, una artista versátil que domina cuerpo, tiempo y espacio, que deja hermosas imágenes a golpe de esculpir su cuerpo, pero que tendrá que dar nuevos pasos al frente para seguir exprimiendo este enorme potencial hasta consagrarse. De recreadora, de portentosa ejecutante, a creadora con identidad en busca insaciable del espectáculo redondo. Con propuestas donde no solo se rete a sí misma, sino que nos interpele como espectadores más allá de sus propios límites, más allá de su incuestionable baile rotundo.

María Moreno: 'More (no) More'

Baile: María Moreno. Guitarra: Óscar Lago, Juan Requena. Cante: Pepe de Pura, Ismael de la Rosa. Percusión y palmas: Roberto Jaén. Dirección artística: María Moreno. Coreografía: María Moreno. Dirección: Rafael R. Villalobos. Dirección escénica: Rafael R. Villalobos. Diseño de vestuario: Palomo Spain. Música: Óscar Lago, Juan Requena. MúsicaOff: Rafael Riqueni. Diseño de iluminación: Antonio Valiente. Diseño de sonido: Ángel Olalla. Técnicos de monitores: Enrique González. Regiduría: Naty Moreno. Fotografía: Óscar Romero, Claudia Ruiz, Susana Girón. Diseño gráfico: Daniel de García - Superlativa. Producción: SaraDezza Producciones, Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, INAEM. Fecha: 21 de febrero de 2022. Hora: 20.30 horas. Lugar: Teatro Villamarta. Aforo: Media entrada.

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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