Respecto al título, Paco Márquez aclaró que nunca deseó que fuese un título ostentoso. Siendo su primer poemario, no quería un título enrevesado, sino uno que tuviera verdadero significado en el libro. De hecho, uno de los poemas es Pequeños trazos. “El libro son pequeños trazos de mi vida. Todo mi paso por este mundo lo considero como una obra pictórica, escultórica, poética en este caso. Y todo ese tipo de obras empiezan por un esbozo, por un modelado, una pintura o unos versos. Y estos son mis primeros versos…”El libro está dividido en colores: trazos rojos para el amor y la pasión, negros para la muerte, luego grises, azules, blancos… El autor nos leyó varios poemas de cada capítulo, acompañado por la música de Óscar Clavijo. Poemas de amor y erotismo para el rojo, con playas idílicas de fondo… Y poemas de amor también dedicados a la madre que espera a un nuevo ser. Los trazos negros dieron paso a momentos cargados de emoción. El color negro permite expresar el paso del tiempo y el recuerdo de los seres queridos que ya no están aquí. Francisco aborda la muerte cara a cara, incluyendo momentos personales muy tristes. Pero escribir “es una forma de esperanza, de inmortalizar”, nos recordó. Aunque la ley del mar no tiene piedad… El azul representa la nostalgia y la melancolía. Al poeta, cuando contempla a su hijo, le asaltan recuerdos que el escritor tenía dormidos, recuerdos que se mezclan con la experiencia cotidiana hasta el punto de no saber a quién pertenecen. Y, cómo no, aparecen los días de colegio, el pupitre, la pizarra, el niño de la última fila… En los trazos blancos el poeta intenta no dejar su esencia en el poema, quiere alejarse de su escritura. Óscar Clavijo, que había puesto música a los colores anteriores, reconoció la dificultad de elegir un tema que insinuara ese alejamiento metalingüístico… Francisco José Márquez, por último, agradeció los consejos de Pedro Sevilla, poeta de Arcos de la Frontera. Gracias a la mirada crítica y sabia de Pedro, los versos perdieron la hojarasca, lo accesorio, para atrapar la esencia de la poesía. No faltaron los agradecimientos a los miembros de la Luna Nueva por ofrecer su jardín, un espacio ideal para vivir la literatura.La ley del mar
El mar nunca se cansa de mecerel cuerpo de sus náufragos…
Los hunde y los arrastra,luego son arrojados a la orillaallí junto a conchas, caracolasdespobladas y algas moribundas,que pisan ignorantes los bañistas.
Las olas nos imponen su constante justicia…Justicia de agua y sal,ciega y antigua leyque nunca distinguió huesos de hojas o espinas.


