El verano del 82 en el que un Jerez posfranquista se llenó de libertad y de rockeros fumando porros

Mecano 82
Mecano 82

En 1982 Jerez no tenía universidad, ni circuito de velocidad y ni siquiera unifamiliares. De hecho, para el resto de los mortales, más allá de la Sierra de San Cristóbal y al otro lado del Guadalete, tampoco existían ni el deuvedé ni internet. Es lo que recuerda José Joaquín Carrera, director del Área de Cultura del Ayuntamiento de Jerez durante el primer ayuntamiento democrático de la ciudad que gobernó Pedro Pacheco. "Felipe González aún no había llegado al poder", comenta rodeado de aficionados al pop y al rock que se han acercado a un encuentro enmarcado dentro de la conmemoración del Alcazaba, que se empezó a celebrar en 1982 y continuó en años siguientes.

En una ciudad cuya oferta cultural era muy limitada y restringida prácticamente a la música y a las fiestas tradicionales, una serie de jóvenes se reunieron para traer "aires de modernidad" a la ciudad, una apuesta que fue aceptada por el alcalde Pedro Pacheco y el delegado de Cultura, Mariano León. Así nació Alcazaba, I Concurso de pop-rock de Andalucía.

La Guarida del Ángel durante el encuentro. FOTO: MANU GARCÍA.

Pero, ¿qué fue Alcazaba? Dos meses de música nunca antes vista por los jerezanos en plena Alameda Vieja. Un total de 51 grupos de toda Andalucía, a propuesta del periodista Pepe Contreras, que pretendían ser, tal y como Pedro Pacheco señaló en la rueda de prensa de su presentación "un revulsivo en la vida cultural de Jerez". Un torbellino de música moderna que impactó profundamente en los jerezanos de la época. "Imaginad que en aquel momento no había tenido lugar ningún pasacalles en la ciudad desde los tiempos de la II República; había gente que nunca había visto algo similar", explica Carrera, que recuerda cómo se promocionó el certamen por la calle Larga. Un cartel con bandas musicales que simbolizan toda una época, la de la Movida, y la de los años 80, que recaló en Jerez para disfrute de miles de jerezanos.

“Tres muchachitos bastante esmirriados, por cierto, que le dijeron a la gente “maquíllate, maquíllate”, hicieron el ridículo más atroz”, decía el periódico del Movimiento, La Voz del Sur, de forma bastante desacertada sobre la actuación de Mecano, que se precipitaron hacia el estrellato aquella década. "Tenemos que tener en cuenta que estábamos en un contexto muy diferente, en una ciudad sin recursos, muy conservadora y con poderes fácticos contrario a este tipo de iniciativas", comenta Carrera, recordando cómo la prensa hablaba de esta particular movida jerezana: "Muchachos, alguno con más pinta de cuidado que de cuidadores, circulaban entre el público con llamativas camisetas a las que se ha estampado el precioso -es un decir- anagrama de los festivales”, decía sobre el ambiente el periódico, haciendo una mueca de desagrado sobre la libertad que tachaba casi de libertinaje con "histerismos colectivos": “Había quien fumaba cada porro que tiraba de espaldas”.

Sobre Mecano, precisamente, otra anécdota inimaginable hoy día  en Jerez. Una dura huelga en plena vendimia de los trabajadores de la bodega Domecq provocó que todas las fuerzas políticas municipales apoyaran en pleno municipal apoyar a los trabajadores , y  donó al comité de empresa de trabajadores  la recaudación del concierto de los hermanos Cano y Ana Torroja. "Teniendo en cuenta que la entrada eran unas 250 pesetas y que acudieron unas 2.000 personas... hablamos de medio millón", explica el que fuera gestor del área de Cultura del consistorio jerezano en 1982.

La exposición en la Sala Paúl de la 'Movida jerezana'. FOTO: MANU GARCÍA.

Tito Gil, bajista del emblemático grupo de rock progresivo jerezano Los Solos, asiente y sonríe a su lado. Como técnico de sonido le tocó vivir un verano inolvidable en todos los aspectos. El músico empezaba a trabajar a las diez de la mañana y acaba su jornada a las seis de la madrugada siguiente, con la actuación de hasta catorce grupos diarios. "La hernia discal que tengo es de aquella época", bromea. "Había bandas muy buenas y otras muy malas", ríe mientras canta a voces una de las letras que recuerda. "Una letra de un grupo decía algo así como que me vuelvo a mi casa a la hora de comer y le pregunto a mi madre, ¿qué es lo que hay de comer? Mi madre me dice: potaje, potaje... qué coraje, qué coraje", espeta despertando las carcajadas de toda la sala.

José Joaquín Carrera Moreno enseña uno de los folletos editados para la I Edición de Alcazaba. FOTO: MANU GARCÍA.

A la presión mediática y las atroces críticas de la prensa local se le sumaba la propia situación de la época, en una España posfranquista en la que la juventud era mirada con lupa. Tito recuerda cómo identificaban a los policía secreta: "Iban de hippies pero no eran hippies, estaban demasiado perfumados; la gente los identificaba, los rodeaba y mientras los señalaba gritaba: ¡Policía! ¡Secreta!".

Contreras recuerda el clima y lo que provocó tanto en ese año como en los siguientes la proyección del festival también fuera de la ciudad: "En Madrid, Jerez sonaba demasiado, pensaban que aquí se movían muchísimas cosas", ríe. En aquellos años, Pepe Contreras fue uno de los mayores difusores y promotores de la música y el ambiente alternativo en el entorno. A Josema García-Pelayo, dueño del estudio de producción musical La Bodega ubicado en Damajuana, le pregunta sobre el ambiente y proyección musical del Jerez de hoy. "Tenemos muy buenos músicos y muchísimo talento", dice rotundamente. El productor, que descubrió entre otros a Los Delinqüentes, cree que lo que le sucede a Jerez es similar a lo que le sucede al conjunto del país, una falta de autoestima. "Siempre tendemos a pensar lo peor de nosotros mismos y no sabemos lo que tenemos", dice en referencia a la calidad del flamenco y la escena alternativa de la ciudad.

https://youtu.be/SrnUZv577bc

Todos ellos coincidieron en que aquel verano del 82 marcó el inició de algo distinto para la ciudad, que 37 años después es difícil de asimilar. Por las distintas ediciones de Alcazaba pasaron desde Danza Invisible hasta Mecano, como Gabinete Caligari, 091, Loquillo y los Trogloditas, Glutamato Yeyé, Radio Futura o los inolvidables Imán Califato Independiente, rock andaluz prácticamente de la casa. Unos tiempos que el actual Ayuntamiento de Jerez ha querido recordar con un programa de actividades que ha incluido desde una exposición en la Casa de la Juventud de la Sala Paúl, a cuyo responsable Rafael Lobo y gestor de DobleCero Club agradecemos el material gráfico, hasta un concierto al aire libre y totalmente gratuito en la Alameda Vieja con Danza Invisible, La Tarambana, Fitoscopia y Medina Azahara. 

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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