Reconoce que 2016 ha sido su año. No obstante, en solo un mes, el de octubre, recibió cinco premios en apenas 20 días, cuando lo normal, dice, es que eso lo gane prácticamente en un año. Juan Manuel Sainz Peña (Jerez, 1970) soñaba con ser jugador de baloncesto e incluso llegó a hacer las pruebas en el Real Madrid de la mano de su tío, el exseleccionador Lolo Sainz. Pero pronto se dio cuenta de que no tendría futuro como deportista, así que siguió cultivando una de sus grandes pasiones desde la infancia, la escritura.
Su primer relato lo escribió con nueve años. Apenas cuatro páginas de una historia de misterio al más puro estilo Agatha Christie en el que el asesino, cómo no, era el mayordomo. Una temática muy infantil. “A esa edad tu madurez personal se refleja en tu obra. Un tío con 20 años no escribe igual que con 60, pues con nueve pasa igual, escribe cosas infantiles. La madurez la dan las experiencias, y con esa edad mi experiencia, como mucho, era ver la tele”.
Su primera obra “medio seria” la escribe en el colegio, un micro relato. “Se la enseñé a mi profesor de Lengua sin decirle que era mío. Cuando se lo dije le sorprendió, porque en clase la verdad es que era un auténtico trasto”. Luego llegarían sus primeros relatos cortos y alguna que otra carta de amor dirigida a esas chicas a las que le daba corte transmitirle sus sentimientos en persona. “Me dieron buen resultado”, señala. También llegaron sus primeros premios. Con 17 años gana el primero, por una obra de temática taurina, un mundo que, precisamente, afirma no gustarle, pero del cual tenía conocimientos gracias a esas tardes de toros en la tele acompañado de su abuela. “Gané una moto”.
Desde entonces, Juan Manuel Sainz Peña ha escrito ocho novelas, unos 700 artículos de opinión y ha ganado 80 premios literarios desde 2009, cuando empieza a presentarse a concursos de manera más continuada. A pesar de ello, afirma que todavía le da “vergüenza” definirse como escritor. “Puede ser porque no me llego a ganar la vida en esto —trabaja en el Teatro Villamarta— o porque no tengo una gran firma editorial detrás, que no estoy en las ferias del libro… Quizás tenga un planteamiento equivocado, pero me da pudor. Y no quiero pecar de falsa modestia. Decía Golda Mair eso de no seas tan humilde, no eres tan grande, y a mí me pasa un poco eso. Cuando me premian estoy contento y creo que son por relatos que merecen la pena, pero no termino de encajarlo bien”.
El escritor —sí, lo dice el que suscribe— reconoce que de la literatura “viven cuatro y el resto muy mal”, algo que se ha notado aún más con la crisis, cuando autores que sin ser famosos vivían de escribir, pasaron a formar parte de los que escribían para ganar un dinero extra, con todo lo que ello conlleva. “Se apuntaron al carro de los concursos, y eso genera una competencia dura, porque escriben muy bien. Y es lícito que lo hagan, ¿eh? Uno de estos ganó un premio de 500 euros y a las dos semanas había ganado el Café Gijón, que es uno de los más importantes que hay en España”.Sainz reconoce que escribe “por necesidad vital”, pero que participa en concursos “por dinero. En el fondo los concursantes somos muy mercenarios. Yo no me gasto un céntimo en algo que no me vaya a reportar beneficios”, explica quien ya ha perdido la cuenta de a todos los que se ha presentado. Sabe que es de los más premiados, aunque no el que más. “Conozco a uno que tiene 90 años y acumula unos 3.000. Se apunta a concursos desde antes de que inventaran la tinta china”, bromea, a la vez que considera que “nunca gana el mejor, sino el que más le gusta al jurado”. En este sentido, critica la poca profesionalidad de algunos que no tienen el nivel suficiente, o el ‘tongo’ —“maniobras comerciales”, dice él— que suele darse en los grandes concursos, sobre todo de novelas, de grandes firmas editoriales, que prefieren un autor conocido a uno desconocido. Sabe de lo que habla. La editorial Planeta tuvo en la mesa de edición una obra suya, El Taxidermista, que no llegó a publicar porque, así le reconocieron, “no era un autor conocido”.
"Ya escribo calmado, no escribiendo capítulos para mandarlos a Planeta"
Aun así, El Taxidermista verá la luz para el gran público la próxima primavera de la mano de Anantes, una pequeña editorial de Sevilla “maravillosa, de gente honrada que cuida al autor y al libro”, piropea Sainz Peña. La obra, un thriller, continuación de su novela El criado de Velázquez y ambientada en el Madrid de los Austria, vuelve a tener como protagonista a Parmenio Bablia, jefe de alguaciles y personaje al que el autor reconoce que le ha cogido gran cariño, el que más de todos los que ha creado. No obstante, recuerda sus valores e historia que ya contó en El criado de Velázquez, una persona que pierde a su esposa e hijos en dramáticas circunstancias y que, a pesar de sentirse querido por otra mujere, sigue siendo fiel a su difunta en tiempos donde la promiscuidad era algo normal en su época y a pesar de sus problemas con el alcohol.
Juan Manuel, satisfecho del trabajo hecho, piensa que todavía su gran novela “está por venir”, y piensa que será una de género costumbrista: “Se me da bien la vida en los pueblos en los primeros años del siglo XX. Será, salvando las distancias, algo así como Los Santos Inocentes, de Delibes. Desde luego, ese punto de madurez del que hablábamos al principio de la entrevista no le ha llegado. “Lo tendré cuando tenga muy claro lo que quiero hacer y se me quite la ansiedad, cuando solo escriba por puro placer, cuando se me acaben las aspiraciones”. En este punto, reconoce que esa “ansiedad” de que lo fichara una gran editorial ya pasó. “Ya escribo calmado, no escribiendo capítulos para mandarlos a Planeta o a alguna del grupo Mondadori. ¿Tú sabes lo tranquilo que escribo? Yo a estas alturas de mi vida, con 80 premios, con ocho novelas publicadas, no tengo que demostrar a la gente que medio sé hacerlo bien”. Eso sí, aunque esa ansiedad ya no la tenga, el “sueño” de publicar en editoriales grandes lo mantiene. Ahí está el caso, por ejemplo, de otro jerezano, Juan Pedro Cosano, al que Planeta lo fichó ya pasados los 50 años. Seguro que su constancia y talento tendrán recompensa.
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