Primero, una niña sobreexpuesta a los focos, un talento infantil explotado hasta la saciedad. Después, una presencia incómoda, que hablaba de la lucha de las mujeres o declaraba abiertamente su militancia comunista, y que terminó por apartarse de la vida pública. Una mujer inmersa en un constante conflicto con su propia fama y con el mito en que se había convertido.
Explicar o intentar acercarse a la figura de Marisol es por ello toda una hazaña. Décadas de estrellato la convirtieron rápidamente en un icono del cine y de la cultura popular española, pero la mujer que se escondía detrás del personaje continúa siendo un misterio. En un intento por acercarse a ella, Marisol, llámame Pepa, un documental dirigido por la cineasta Blanca Torres y producido por Tu luz y mi calma y Sarao Films, se estrena esta tarde en el Festival de Málaga.
Así, la ciudad que vio nacer a la artista y que ha sido su refugio, "una ciudad que la respeta y la quiere tanto", en palabras de Torres, acoge esta tarde el estreno mundial del documental. "La proyección de hoy es emocionante para nosotros, pero queremos pensar que también va a ser emocionante para todos los que van a ir", expresa la directora.
En 2020, la Academia de Cine le otorgó el Goya de Honor a Pepa Flores y la artista decidió no acudir a recogerlo. En ese momento está la raíz de este documental: entonces, la directora y uno de los productores, Chema de la Peña, comenzaron a hablar sobre "lo vigente y lo vivo que está el mito de Pepa". Luego vendrían dos años de trabajo de documentación y búsqueda en archivos.
"Teníamos el reto de hacer un documental sobre una mujer que ha decidido desaparecer, y eso teníamos que respetarlo. A la hora de contar su historia le dimos muchas vueltas a desde qué lugar podíamos ser lo más fieles posible, y ese es el por qué de que el documental esté contado en primera persona, rescatando las palabras que ella dijo en diferentes medios durante su vida pública", explica Blanca Torres. "Nos parecía que, ya que Pepa nos dejó ese rastro, el rastro de su leyenda, ella debía ser la voz", aclara la cineasta, que contase su propia historia.
La cinta trata de aproximarse así a una mujer fascinante que, desde 1985, vive alejada del foco público. "No había un trabajo tan exhaustivo de archivo sobre ella, sobre todo teniendo en cuenta que ha sido una de las mujeres más retratadas de este país", relata.
Para volver a traer a la pantalla a esta figura única, el equipo ha llevado a cabo un gran trabajo de documentación y rastreo, encontrando material inédito y tesoros como "imágenes de aeropuertos de todo el mundo con masas de gente esperando a la artista", señala su directora.
El documental recorre así esa vida pública de la Marisol niña y adolescente, para llegar a la Pepa Flores adulta, a través también de testimonios de reconocidas figuras de la cultura como la escritora Elvira Lindo, el fotoperiodista César Lucas o la cantante Amaia, entre otras. "Uno de los aspectos fundamentales que nos planteamos de todos los personajes que apareciesen es que, en una época de su vida, ya fuera en la infancia o más adelante, la figura de Marisol o Pepa Flores hubiera sido fundamental para ellos", señala la directora de la cinta. Así, buscaban que lo que uniese a todos los implicados en el documental fuera "el cariño que teníamos hacia ella", en sus propias palabras.
Para dar voz a la persona detrás del personaje, el documental se basa en un amplio archivo de reportajes de prensa y de imágenes, inéditas en su mayoría, para intentar construir esa figura tan conocida y tan misteriosa a la vez. Muy pocas personas saben, por ejemplo, que Pepa Flores fue quien protagonizó el primer desnudo en portada de la democracia española, o que contrajo matrimonio en Cuba apadrinada por Fidel Castro.
La artista encarna como ninguna otra figura el viaje de las mujeres en España en las últimas décadas. "Pepa Flores es un icono colectivo, que representa muy bien la historia de las mujeres en los últimos cincuenta años en este país", apunta Torres.
"Ese viaje que ella hizo, desde la Marisol que representaba un modelo femenino más vinculado al régimen franquista, hasta luego en los setenta, cuando empieza a buscar su propia identidad, a reclamar su figura como Pepa Flores... Puede ser una metáfora de cómo todas esas mujeres iban en búsqueda de su propia identidad como mujeres libres", explica la cineasta.
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