La Unión de Hermandades ha cerrado el ejercicio con un pleno de hermanos mayores en el que, como es preceptivo, se ha presentado el estado económico y se procedió al reparto correspondiente a la última Semana Santa .
Se esperaba que cada hermandad recibiera al menos 6.000 euros en total, sumando los 2.000 euros que se les adelantó antes de la Semana Santa a cada una de ellas; el resto se entregaba en este pleno de cierre.
Sin embargo, el Consejo ha tomado la decisión de restar 95.000 euros como retención por el posible pago del IVA de los abonos de alquiler de palcos. Esta cantidad ha disminuido el montante a distribuir entre las cofradías en 2.000 euros por lo que el reparto de esto año se queda en unos 4.000 euros.
Las resoluciones emitidas por el Tribunal Económico Administrativo de Andalucía (Teara) y del Central (Teac) eximía del cumplimento fiscal a la hermandades por la explotación de las carreras oficiales. Sin embargo, Hacienda ha ido recurriendo cada resolución consiguiendo sentencias dispares.
El último dictamen dejó claro cuál sería el camino a seguir con una decisión que pocos comprenden y menos aún los que se quedan afuera del supuesto de exención: la carreras oficiales cerradas, como sucede en Sevilla, no pagan el IVA; las que sean abiertas, como la de Jerez y la mayoría de ciudades donde existe un recorrido común, sí lo pagan.
La decisión deja con la boca abierta a propios y extraños al no entenderse el argumento de ‘peso’ que justifique que no se pague el impuesto en un trazado cerrado y privatizado, aunque sea por razones de seguridad; mientras que se ordena lo contrario en los que el tránsito de personas está permitido.
Ante este lío jurídico-fiscal, el Consejo ha ido reteniendo el porcentaje del IVA en una cuenta aparte por si había que responder ante el fisco. Ese dinero se provisionaba en el ejercicio siguiente y no en el que estaba en curso por lo que no afectaba al reparto a las hermandades. Ahí se encuentra la causa por la que ese año el reparto ha sido el más corto que se recuerda.
Lo que parece claro es que el Consejo actual quiere dar carpetazo al asunto del IVA acogiéndose al último dictamen, es decir, pagar. Pero antes de tomar una decisión final, va a crear una comisión en la que participará el gabinete jurídico del obispado y expertos fiscales, que se verán en breve con una representación de la Agencia Tributaria para llegar a un acuerdo y sobre todo defender que se pague solo el IVA correspondiente a 2023 y no los anteriores dado que el dictamen se ha conocido este mismo año.
El presidente José Manuel García Cordero ha comentado a este medio que hasta ahora “hemos ido dando palos de ciego” por lo que la decisión final pasará, según estime la comisión, en recurrir la resolución última del Teac o pagar el IVA de 2023, “pero siguiendo criterios de los expertos en la materia y no recurrir una notificación como sucedió hace algunos años, un camino que no sirve para nada”.
La publicidad no llega a lo previsto
Otro asunto que se refleja en las cuentas del año ha sido el de la publicidad. La Unión de Hermandades emprendió en su primer año una iniciativa que fue la de patrocinar soportes de edición o en los palcos de tal forma que supusieron un ingreso atípico. Según las cuentas presentadas, por este capítulo, se han conseguido más de 5.000 euros, que aún está pendiente de recibir el organismo cofrade.
Para el presidente, esta cifra, aunque sigue sin llegar a los objetivos que se tenían, es positiva porque supone un aumento en relación con el 2022, que fueron 3.750 euros. “La previsión es seguir ascendiendo pero cambiando la fórmula”. Para el próximo curso la explotación se establecerá por paquetes separados. Es decir, adjudicar a diferentes empresas la gestión de la guía de la Cuaresma, la guía de horarios e itinerarios y la publicidad en la trasera de los palcos.
Este último ‘producto’ ha sido el más débil en cuanto a contratación, así como en el diseño de los anuncios. Hay que recordar que la pasada Semana Santa hubo que retirar los que se situaron en Cristina por ser totalmente antiestéticos, nada acordes con la celebración. Un fiasco absoluto.
Por lo demás, García Cordero considera que ha sido “un año muy bueno y sobre todo normal. Ahora estamos viendo y recibiendo a los nuevos hermanos mayores que están siendo elegidos en las muchas elecciones que hay en las hermandades”.
Comentarios