La Guardia Civil ha desarticulado una red criminal que promovía el consumo de drogas alucinógenas bajo el disfraz de retiros espirituales. La operación culminó con la detención de tres personas y la investigación de otras cinco que formaban parte de la organización. Estos individuos, en su mayoría, gestionaban una empresa en Pedreguer (Alicante) que ofrecía paquetes vacacionales de medicina tradicional curativa, donde los participantes consumían sustancias peligrosas como ayahuasca, cactus de San Pedro y veneno de sapo Kambó.
La detención de los tres cabecillas, un hombre y una mujer de 33 años, se llevó a cabo por su presunta implicación en un delito de tráfico de drogas, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal. Estos individuos, además de liderar la organización, se encargaban de la gestión económica, de la publicidad masiva en redes sociales y de la preparación de las sustancias para el consumo.
Anuncios masivos en redes sociales y retiros "místicos"
La investigación se inició en marzo después de que un afectado denunciara la actividad ilícita. Los agentes descubrieron que la organización se anunciaba ampliamente en internet como una referencia internacional en el ámbito de los retiros espirituales, ostentando premios falsos de reconocimiento. Los paquetes vacacionales ofrecían una experiencia mística y supuestamente beneficiosa para la salud, prometiendo a los clientes la curación a través de sustancias alucinógenas.
Estos retiros se realizaban en grupos de hasta veinte personas, quienes, además de alojamiento y manutención, consumían las peligrosas sustancias. Los precios de los paquetes variaban según la duración del retiro, que podía ser de entre tres y cinco días, y alcanzaban precios superiores a los mil euros.
Suministro y consumo de sustancias peligrosas
Lo que parecía ser una oferta de bienestar se transformaba en un gran riesgo para la salud de los asistentes. Durante los retiros, los participantes eran acompañados por los denominados "guías espirituales", quienes se encargaban de administrar las sustancias y acompañar a los clientes durante sus "viajes astrales". Sin embargo, lo más preocupante es que los "guías" carecían de cualquier formación sanitaria que les permitiera intervenir en caso de una intoxicación o emergencia médica.
La Guardia Civil ha revelado que la preparación de las sustancias, lejos de ser una práctica profesional, se realizaba en un laboratorio casero y rudimentario, sin condiciones higiénicas mínimas. Esto multiplicaba los riesgos para la salud de los clientes, ya que las sustancias no solo eran tóxicas, sino también manipuladas de forma insegura.
Hallazgos en los registros y sustancias incautadas
Durante la operación, se llevaron a cabo dos registros en fincas de la partida rural de Pedreguer, uno de ellos en el chalé destinado a los retiros espirituales. En el lugar, los agentes encontraron 11 litros de ayahuasca lista para su consumo, junto con 117 cactus de San Pedro, secreciones de sapo Kambó y kilogramos de otras sustancias, como Mimosa y Harmala, todas ellas conocidas por sus efectos alucinógenos y peligrosos para la salud humana.
Además de las sustancias, los agentes incautaron 945 comprimidos de Ritalín (metilfenidato), una droga psicoestimulante, y una considerable cantidad de dinero en efectivo. También se halló numerosa documentación relacionada con la actividad ilícita de la organización.
Los riesgos de las sustancias alucinógenas
Las sustancias involucradas en esta red de retiros espirituales, como la ayahuasca, el cactus de San Pedro y el veneno de sapo Kambó, son conocidas por sus efectos impredecibles y altamente peligrosos para la salud. Su consumo puede provocar alteraciones graves en el sistema nervioso, efectos psicológicos dañinos y, en casos extremos, la muerte.
La ayahuasca, por ejemplo, es una bebida alucinógena obtenida de plantas originarias de la Amazonía, y su consumo descontrolado puede tener efectos físicos y psicológicos devastadores. Similarmente, el cactus de San Pedro y las secreciones del sapo Kambó son sustancias extremadamente potentes que, si no se administran correctamente, pueden llevar a intoxicaciones graves e incluso a situaciones de emergencia médica.
Los investigadores han estimado que, solo en el último año, la organización habría generado varios cientos de miles de euros en ingresos, que cobraban en su mayoría en efectivo para evitar dejar rastro de las transacciones. Además, la red empleaba múltiples cuentas bancarias en diversos países para llevar a cabo el blanqueo de capitales y dificultar la detección de sus actividades ilegales.