El rey emérito Juan Carlos I premió a dictadores condenados por asesinatos y secuestros como el argentino Jorge Rafael Videla, el peruano Francisco Morales Bermúdez o el uruguayo Gregorio Álvarez. Estos tres dictadores fueron condecorados a finales de los setenta y principios de los 80 con la máxima distinción que otorga el Estado español, el Collar de Isabel la Católica.
El por entonces monarca español firmó los decretos para distinguir a estos tiranos, sobre los que ya pesaban grandes acusaciones de atentar contra los derechos humanos. La dictadura de Argentina dejó más de 22.000 muertos en el camino. Videla fue acusado a cadena perpetúa por el asesinato de 31 presos. Gregorio Álvarez fue procesado en 2007 y condenado más tarde por homicidio y desaparición forzada de personas durante la dictadura entre 1973 y 1985 en el país sudamericano. Mientras que Morales Bermúdez fue condenado a cadena perpetúa por el secuestro de 13 opositores y atentar contra los derechos humanos.
A pesar de tales crímenes, las condecoraciones nunca han sido retiradas, una cuestión que va a ser abordada en el Congreso tras la petición de Unidas Podemos, que ha presentado una iniciativa para que se quiten de una vez por todas estos galardones. "Dentro de los condecorados hoy nos encontramos con una lista de personajes que han vulnerado los límites del derecho interno e internacional, así como líderes de regímenes totalitarios que han cometido graves violaciones de los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad", destaca la propuesta de la coalición de izquierdas.
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