El CEIP Luis Vives de Jerez se caracteriza por ser un centro escolar con carácter integrador y con un modelo de aprendizaje muy particular donde las familias están muy involucradas. El mayor ejemplo es el de David Pozo Alvarado, un padre de dos alumnos que también es antiguo alumno y que, además, es trabajador del mismo.
David es muy conocido y querido en el colegio por su gran implicación y ha recibido una gran sorpresa en forma de placa conmemorativa. Estará colocada en el centro porque el equipo directivo, formado por Eloy Andújar, Paco Márquez y Almudena Navarro, ha premiado su gran labor llamando con su nombre a la pista deportiva.
"La idea surge entre otras cosas porque el equipo directivo queríamos tener un detalle con David e intentarlo con algo material era difícil. Es una persona que representa a nuestra comunidad, donde la participación de las familias es fundamental para el funcionamiento correcto de todo. Es antiguo alumno, padre, trabajador y está participando activamente. Lleva más de 18 años trabajando en el centro y gracias a su buen hacer el deporte es la llave para que los niños y las niñas se sientan incluidos en un centro muy plural. Los alumnos que llegan tienen casuísticas muy diferentes y el deporte es clave para que se encuentren bien y vean que la diferencia es la normalidad", explica Paco Márquez, jefe de estudios del colegio.
El CEIP Luis Vives está muy relacionado a la Asociación Tharsis Betel, que ayuda a refugiados y exiliados. Muchos de los niños que entran en el centro cada año son de familias que a través de este colectivo conocen la sensibilidad del colegio. "Cuando llega alguna familia una de las primeras opciones es nuestro centro, siempre que por la cercanía al domicilio sea factible. El curso pasado había como 40 nacionalidades", afirma Márquez.
David trabaja en un elemento integrador fundamental como es el deporte y la idea del equipo directivo fue muy bienrecibida: "La comunidad lo ha aceptado con consenso. Él pasa muchas horas en el cole, cuando no está trabajando está de voluntario. Los que llevan poco tiempo con nosotros no saben si David es un padre, trabajador o un maestro. Y ése es el resultado de su esfuerzo".
David está muy orgulloso por haber recibido este reconocimiento. Lleva 18 años como coordinador de los servicios complementarios, como es el comedor o los extraescolares. "Es un colegio donde se trabaja con el corazón. Trabajamos también para el día de los Reyes para que a los niños no les falte nada. Me he encargado de hablar con asociaciones para ayudar a las familias más necesitadas", señala.
Con la ayuda del patrocinador Roansa y de la Asociación Patricia Bazán Luna ha conseguido que los niños del colegio participen en un campeonato municipal de fútbol sala donde han sido campeones en benjamín y alevín. David organizó el pasado fin de semana una entrega de premios que tendría que haber sido una una sorpresa para los niños y al final el sorprendido fue él. "Mi sorpresa es que la placa con mi nombre se queda en el colegio y que la pista se llamará con mi nombre", explica.
"Es lo más grande, después de ese día no pude dormir. Yo me desvivo por mi colegio, por los niños y que le hayan puesto mi nombre significa que valoran mi trabajo. Saben que he hecho muchas cosas como por ejemplo en la pandemia, donde lo pasamos bastante mal. Busqué empresas para que no le faltara de nada a los niños. Yo nunca he hecho estas cosas pensando en un reconocimiento, pero ahora trabajaré todavía con más ganas", reconoce.



