“¡Carga de trabajo! ¡Carga de trabajo”, gritan repetidamente los asistentes a una asamblea organizada en Puerto Real, frente al edificio donde se encuentra la dirección de Navantia. La Coordinadora de Trabajadores del Metal de la Bahía de Cádiz inicia una serie de movilizaciones para pedir más carga de trabajo para los astilleros y que se cumpla el convenio colectivo. “La incertidumbre es grande, de aquí a octubre no hay nada previsto. Somos nosotros los que tenemos que defender estos astilleros, que son los que nos dan de comer. Si no somos nosotros los que nos unimos no va a venir nadie a hacerlo, que lo tengamos claro”, expresa un trabajador durante la masiva asamblea celebrada este martes.
La Coordinadora del Metal anima a los trabajadores de la industria auxiliar a participar en las movilizaciones —la próxima está prevista para este jueves 16 de julio frente a la planta de Producción—, ya que considera que han sido “olvidados” y también “dejados a su suerte” por parte de “los sindicatos de la casa”. Tres son sus reivindicaciones: que se cumpla el convenio, que se cumpla el protocolo por el Covid-19 y que haya carga de trabajo.
“Se están realizando horas extra cuando la carga de trabajo cada vez viene a menos, exponiendo a los trabajadores a estrés térmico”, reseña la Coordinadora de Trabajadores del Metal de la Bahía de Cádiz en un comunicado. “Hay empresas inmersas en ERTE y no se reparte de forma solidaria el trabajo que hay. No se está pagando plus de turnicidad y nocturnidad por parte de algunas empresas”, reclama. Además, critica que “se está dejando a muchos trabajadores sin realizar test, permitiendo la exposición y los trabajos sin guardar las distancias de seguridad”. La carga de trabajo “va disminuyendo y no hay ninguna noticia de que haya nuevos pedidos. Los sindicatos de la casa como siempre mirando para otro lado”.
“Lucha por tus derechos, nadie lo hará por ti”, remata el comunicado emitido por el nuevo sindicato. Durante la citada asamblea, celebrada frente a Navantia, dos trabajadores encabezan las reivindicaciones. “Tenemos que coger relevo de nuestros padres y abuelos”, expresa uno, “menos criticas en la máquina de café y más unión, hay que tener un poco de inteligencia colectiva, no mirarnos al ombligo, sino mirar por el compañero y por los que vienen detrás”. Este empleado agrega: “Nos están devastando, incumplen convenios como quieren y no hay nadie que diga a la empresa de turno que esto no es así, por miedo a represalias”.
“Creemos que en Cádiz nos merecemos carga de trabajo sostenida”, señalan los portavoces de una movilización que es la primera de muchas. “Necesitamos vuestro apoyo, dándonos ideas, objetivos…”, agrega. Su compañero lo secunda: “Queremos trabajar. Hemos demostrado que somos una potencia y no quieren traer proyectos. Podemos generar bastante trabajo y tenemos mano de obra cualificada. Nos hace falta que la gente que nos ayude”, expresa un miembro del recién nacido sindicato, que quiere volver a ser “una herramienta de los trabajadores”. “No seremos subvencionados por el Estado, las decisiones serán asamblearias, no firmaremos nunca un ERE y todo aquel delegado que coja horas para su bienestar será automáticamente expulsado”, reseñan a modo de presentación.
El comité se reúne con Diputación
Representantes del comité de empresa de Navantia Cádiz se han reunido este miércoles con la presidenta de la Diputación de Cádiz, Irene García, y el vicepresidente primero, José María Román, a los que han informado sobre la situación actual de la carga de trabajo en este astillero, dedicado a la reparación de buques, y de la industria auxiliar.
La representación laboral les ha transmitido la necesidad de garantizar la carga de trabajo de la factoría y de la industria auxiliar naval. Para ello consideran imprescindible que se desarrolle el plan industrial firmado entre Navantia y el Gobierno de España, encaminado a conseguir que la empresa pueda seguir produciendo y adaptarse a las nuevas demandas tecnológicas. Ambas partes entienden que la Junta de Andalucía debe implicarse en el mantenimiento del astillero y de las empresas auxiliares.
El astillero ha visto descender su actividad como consecuencia de la pandemia del coronavirus, a lo que se añade el incremento de los gastos extraordinarios para la factoría y las empresas auxiliares, obligadas a adaptar su producción a los protocolos de actuación para prevenir el contagio y la seguridad laboral, y a modificar los procedimientos de trabajo con el consiguiente encarecimiento.
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