Maca lleva 10 años levantando una tienda de juguetes en el centro de Jerez. Sus productos no son los que aparecen habitualmente en la televisión o en los catálogos, sino que “son juguetes hechos pensando en la responsabilidad ética de los consumidores, que se elaboran teniendo en cuenta valores como la sostenibilidad medioambiental o el bienestar de los trabajadores”.
A pesar de poseer un catálogo “alternativo”, esta juguetería también resentirá los problemas de desabastecimiento y de distribución derivados de la pandemia por Covid, de la falta de materias primas y del caos en ciertos sectores de la industria y del transporte. “Estamos ante la tormenta perfecta”, reconoce Maca. “Esto no ha sido de un día para otro, sino que estamos ante un cúmulo de diversas circunstancias. Por ejemplo, hechos muy concretos, como el atasco del buque Ever Given en el Canal de Suez, todavía están repercutiendo en el sector”, explica.
A los problemas derivados de la complicada logística marítima y de la falta de transportistas terrestres, hay que sumarle la escasez de materias primas. “El desabastecimiento se está produciendo a causa de dos factores principalmente: el caos en la distribución y la falta de materias primas, como el papel”, explica la propietaria de ‘Ya voy mamá’. “Esto hace que conseguir algunos juguetes, sobre todo los que están elaborados con ciertos materiales o aquellos que tienen una demanda más alta, sea prácticamente imposible”, confiesa.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, muchas marcas están haciendo un esfuerzo extra para poder formar parte de los distintos escaparates navideños. “Va a haber juguetes que no van a llegar, pero no hay que alarmarse: hemos sido previsores, y tenemos productos de sobra para enfrentar la campaña de Navidad de la mejor manera posible”, asegura la juguetera con optimismo. “Eso sí, los Reyes Magos deben actuar como nosotros: si quieren un juguete muy concreto, tienen que buscarlo con tiempo”, aconseja.
El otro gran hándicap que van a enfrentar Sus Majestades de Oriente este año, va a ser la subida de precios. “Es un hecho”, afirma Maca. “Durante todo el año, los jugueteros de los pequeños comercios hemos soportado las subidas derivadas del transporte, de los fabricantes, de la materias primas… Pero ya es imposible: ahora, las últimas subidas, van a repercutir sobre el Precio de Venta al Público (PVP), porque ya no tenemos margen”.
Oliver Giner, responsable de promoción exterior de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, ha explicado en varias entrevistas concedidas a distintos medios de comunicación que la falta de abastecimiento y el alza en los costes de producción están íntimamente relacionados con las subidas en el PVP. “Los precios de los contenedores marítimos se han multiplicado por cuatro y por cinco. Hay distribuidoras que ni siquiera pueden pagarlos. Es normal que eso repercuta en el precio de los productos”. explica Maca.
Pese a los contratiempos y las dificultades, esta simpática emprendedora muestra la misma ilusión y entrega que cuando abrió las puertas de su tienda por primera vez, hace ya una década. “Esta ha sido una aventura apasionante y muy enriquecedora”, asegura la juguetera, que antes de emprendedora, fue bioquímica. “Cuando tuve a mis hijos, empecé a interesarme por la función pedagógica de los juguetes, y me lancé a montar este negocio, a pesar de que mucha gente trató de desanimarme”, relata. “La incertidumbre de estos últimos tiempos nos ha hecho vivir en una especie de montaña rusa, pero, aún así, sigo amando mi trabajo”.
La pandemia golpeó muy duro al pequeño comercio e hizo que este tuviera que adaptarse al nuevo contexto, ofreciendo servicios como el reparto a domicilio o la atención personalizada a través de videollamadas por Whatsapp. “Fueron momentos difíciles, sobre todo por la incertidumbre, pero surgieron relaciones muy bonitas con nuestros clientes”, cuenta Maca emocionada. “Después de la campaña de Navidad tan complicada que vivimos el año pasado, ahora tenemos que ser optimistas y sobreponernos a las dificultades”, concluye, resuelta a ofrecer lo mejor de sí misma para sacar su tienda adelante.
Como ella, cientos de pequeños comerciantes jerezanos miran con esperanza hacia los próximos meses. Para muchos, la campaña de Navidad es la tabla de salvación a la que se aferran para mantener a flote sus negocios. Golpeados por la pandemia, por la subida en los costes de producción, por el auge de las grandes plataformas y por los problemas de abastecimiento, confían en que sus clientes de toda la vida los sigan eligiendo a pesar de todo, porque esa es la única forma que tienen de resistir.
Comentarios