La posibilidad de que la costa noroeste de Cádiz pudiera volver a tener su propio sistema el transporte por ferrocarril, como lo tuvo durante más de un siglo, generó ayer ilusión, comentarios y apoyos de toda índole -ninguno negativo- pero que exigen un esfuerzo solidario.
Aquel tren de la playa -de La Jara, de Rota, la playa o la costa que así era conocido- resulta hoy mucho más necesario sobre todo para una comarca que no está en ninguna ruta de paso y a la que hay que ir expresamente.
La mayor parte de las fuerzas políticas ven con simpatía el proyecto, jaleado gracias al Plan General de Ordenación Urbana por el alcalde del puerto Germán Beardo. Un tema para la campaña de las municipales.
Así es, ese día 31 de diciembre tenía que acompañar a mi madre a llevarla a la estación de Chipiona, la estación de Renfe, porque mi madre se dirigía a Rota a pasar la Nochevieja con mi hermana mayor, y me llevé la gran sorpresa. Llevaba apenas 20 días de alcalde, prácticamente acababa de aterrizar en la alcaldía de Chipiona, no teníamos conocimiento de esa iniciativa, no sabíamos que esa línea se acababa ese día y por casualidad estaba allí en la estación.
El ferrobús iba cargado de usuarios cantando villancicos, tomando polvorones, se bajaron y vieron al alcalde de Chipiona en la estación y nada, se formó allí un guirigay, el tren se paró un rato porque la verdad que fue un poquito sorprendente. Y una desgracia, una desgracia total para esta Costa Noroeste, para Chipiona, Sanlúcar, Rota, El Puerto, para todo el municipio que pedían un medio de transporte que se había ido anulando poco a poco con los cambios de horario, la poca frecuencia de comunicación con El Puerto y con Cádiz pues hizo que tuviese cada vez menos usuarios y el Gobierno decidió eliminar esta vía. Fue una desgracia total porque era una vía de comunicación ideal y centenaria en esa localidad.
La comunicación es hoy la base del turismo, de la economía, de nuestro sector agrícola, del vinícola, Costa Ballena, Chipiona, los hoteles, la cercanía a ese millón de habitantes que tenemos en el área de influencia a una hora de Chipiona… Indudablemente es auténticamente necesario que el Gobierno de la nación, que la Junta de Andalucía y que los cuatro municipios que estamos integrados en la comarca nos pongamos ya manos a la obra. Y ya vamos tarde, y decir esto se tenía que haber hecho hace muchos años y seguir insistiendo en reivindicar una comunicación con Sevilla a través de Lebrija, una comunicación hacia el aeropuerto de Jerez, una comunicación con Rota, Sanlúcar y Chipiona y El Puerto de Santa María y con Cádiz. La comunicación facilita el transporte de pasajeros, del turista y de los trabajadores, y movernos como se mueven en la otra en otras comunidades autónomas que tienen tranvía, trenes cercanías.
Aquí hay muchísimos usuarios que pueden utilizar ese servicio si se adecúa y se crean una frecuencia y los precios. Los terrenos existen y lo que hace falta es la iniciativa política de los que tienen que realizar este este proyecto, que son los gobiernos, sobre todo a la vista del éxito de Chiclana-Cádiz y de otras iniciativas que hay en Andalucía. El futuro demanda totalmente infraestructuras como este tren metropolitano, por la economía que supone, el ahorro energético de los combustibles, es auténticamente prioritario y vital para una zona en desarrollo turístico como es la Costa Noroeste.
La Junta de Andalucía, que es la competente en el territorio, es la que debe de liderar este tipo de proyectos. Y aquí políticas ninguna, aquí hay colores políticos en todos estos ayuntamientos de diferentes signos y todos estos municipios lo que se deben poner de acuerdo que creo que estamos todos unidos, porque hemos tenido varias reuniones, todos llevamos en nuestro programa rescatar el tren de la costa ya sea en forma de tranvía, mucho mejor, o en forma de cercanía. Lo que hay que hacer es actuar todos unidos.
Al principio de lo que se trataba era de trasladar nuestros productos hortícolas, las viñas de moscatel con todas bodegas que había en aquella fecha. No solamente a través de la vía férrea sino a través de embarcaciones que iban hacia América aquí se cargaban las botas de vino en las costas de Chipiona, con lo cual empezó por ahí y después vino la utilización para transporte de los pasajeros que iban a la capital a trabajar, o venían a Chipiona para trabajar, agricultores, estudiantes, amas de casa en definitiva…de todo.
Yo recuerdo que en 1948 mi padre y mi madre vinieron de Sevilla en el tren de la costa y allí llegaron a la estación de Chipiona, muy sombría, alejada de la ciudad donde el transporte que la comunicaba con el pueblo eran coches de caballos. Fue una pena que aquel 31 de diciembre de 1984 acabara una tradición de transporte público, que ahora sería mucho más necesaria.
Una parte de la historia
Juan Luis Naval Molero, cronista oficial de la Villa de Chipiona, recuerda que la construcción de la línea del Tren de la Costa se inicia en el mes de junio de 1892 con la expropiación de los terrenos por donde iría el trazado de la línea férrea, comprendidos entre el límite de Chipiona con Rota, en terrenos del pago de la Ballena, hasta la división con Sanlúcar de Barrameda, en el lugar denominado “La Rehierta”.
Le seguirían tres meses más tarde, en octubre, la expropiación de los terrenos comprendidos entre la que sería la Estación del Ferrocarril y la carretera que une Chipiona con Sanlúcar, “es decir lo que llamamos la Carretera o Avenida de la Estación. Luego más tarde se crea la Compañía Belga de Ferrocarriles Vecinales de Andalucía, que sería la que a la postre realizaría nuestra línea”.
“De esta compañía nos quedan algunos documentos como un talón de transporte de mercancías, un mapa europeo de ferrocarriles y un libro con los croquis de todos los elementos que se necesitaban para la construcción de la red del ferrocarril.
El 17 de noviembre de 1892 se inaugura el trayecto Puerto de Santa María – Chipiona, asistiendo a ella el Diputado por Córdoba, Rafael de la Viesca, el Gobernador Civil, González Abreu y varias comisiones oficiales. En Chipiona el pueblo recibió en masa al Tren con aplausos, vivas a los Reyes, al Gobierno y a Cádiz. Celebrándose varios banquetes con el objeto de conmemorar el acontecimiento”.
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