El calor se distribuye por la tierra a través de la circulación de las masas de aire que se concentran en la atmósfera. Es decir, las temperaturas, la humedad o las precipitaciones dependen de estas bolsas de aire que se activan cuando toman tierra. Así, los veranos en Andalucía son de poniente o de levante, de aire templado o de aire seco y niveles altos de insolación.

De forma extraordinaria, este año tenemos un verano de poniente, de aire fresco, aunque lo más común es que tengamos veranos de levante con aire seco y altas temperaturas que superan los 40 grados. Esta es la razón de que estemos teniendo un verano primaveral en Andalucía y de que recurramos a la olvidada rebequita por las noches, especialmente en el Valle del Guadalquivir y en la fachada atlántica.

Manolo Mejías, jefe de Meteorología en Canal Sur, subraya que, aunque estas temperaturas no son habituales, “no es extraño que suceda” y recuerda que el verano de 2013 también fue de temperaturas suaves. El climatólogo, en conversación telefónica con lavozdelsur.es, señala que el verano de poniente que estamos teniendo en Andalucía no afecta a toda la geografía andaluza por igual, remarcando que la Costa del Sol, donde habitualmente las temperaturas veraniegas son más llevaderas, ha tenido días estivales donde el termómetro ha marcado temperaturas de 33 y 34 grados, muy altas para la fachada mediterránea de nuestra tierra.

Del mismo modo, esta circulación de las masas de aire, que provoca que el anticiclón de las Azores se quede bloqueado y no se extienda por Europa, es la causa de que en Suecia se hayan dado episodios de 32 grados, temperaturas muy altas para el país escandinavo. Del mismo modo, en Japón o en Rusia también las temperaturas están siendo demasiado elevadas, al contrario que en el sur continental.

Mejías pronostica que en la primera quincena de agosto “no debería haber variaciones importantes” y, aunque con menos exactitud, considera que “no es probable” que haya un vuelco radical en la circulación de las masas en la segunda quincena de agosto. No obstante, avisa de que es “arriesgado” aventurarse a dar una previsión con más de dos semanas de antelación.

Cambio climático

El climatólogo cree que es pronto para vincular la circulación de las masas de aire a un proceso climático, pero señala: “Parece que es una probabilidad”. Manolo Mejías dice que si en los próximos años el comportamiento es igual que este verano, estaríamos hablando de una “consecuencia” del cambio climático. Este comportamiento de la circulación de las masas de aire es lo que explica también que hayamos tenido una primavera excesivamente lluviosa.

Sobre el autor:

Raúl Solís

Raúl Solís

Periodista, europeísta, andalucista, de Mérida, con clase y el hijo de La Lola. Independiente, que no imparcial.

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