Virginia Lozano es una joven sevillana que recientemente realizó un viaje a Disneyland París para celebrar su 25 cumpleaños y la finalización de su carrera universitaria y el máster. Dos años llevaba organizando un viaje que no pudo hacer antes por culpa de la pandemia. Al final, lo que "se supone que iba a ser un viaje mágico", como cuenta la propia Virginia, se convirtió en "una auténtica pesadilla".
La joven es usuaria de silla de ruedas y al llegar al aeropuerto francés de Orly su silla, valorada en 3.500 euros, no estaba y nadie se hacía responsable de su pérdida.
El viaje, efectuado con la compañía Transavia, le costó 3.000 euros y debería haber sido una experiencia única. "Mis padres han tenido que hacer un gran esfuerzo económico y al final ha sido un viaje completamente arruinado", detalla en redes Virginia.
En el referido aeropuerto, tras extraviarse su silla, le dieron una manual que se encontraba en muy mal estado, algo que le dificultó mucho los traslados en el parque de atracciones.
Aunque primero trataron de marearla comentándole que la silla se había quedado en Sevilla por el peso, desde el aeropuerto de la capital hispalense sí confirmaron que la silla había volado en el avión hacia París.
Virginia puso una reclamación tras todo lo sucedido. Ya han pasado siete días y nadie se ha puesto en contacto con ella. "Yo solo quiero que aparezca mi silla y me devuelvan mi independencia", ha señalado.


