Todavía no se ha publicado el libro Reconciliación, las memorias del rey emérito Juan Carlos I, pero ya está generando un intenso debate. Fragmentos filtrados de la obra, que verá la luz próximamente, revelan aspectos inéditos de la relación del exmonarca con su hijo, el rey Felipe VI, y con la reina Letizia, así como reflexiones personales sobre los años más difíciles de su vida pública.
En uno de los pasajes más comentados, el emérito se refiere a la decisión de Felipe VI de retirarle la asignación económica como monarca jubilado. Según narra, interpretó aquella medida como una decisión condicionada por factores externos. “Supuse que debía enfrentar presiones provenientes del Gobierno, y que actuaba, ante todo, como siempre le he dictado, para preservar los intereses de la Corona”, escribe.
“Este anuncio significa que me repudias”
Juan Carlos I reconoce en el libro que los escándalos personales que protagonizó podían dañar la imagen de su hijo y, por extensión, la estabilidad de la institución. “Los escándalos que me concernían podían afectar su credibilidad. Sabía que había cometido errores en el plano personal. Ser públicamente excluido como rey era comprensible”, admite. Aun así, describe la decisión de Felipe VI como “un golpe doloroso” y confiesa haberse sentido “solo frente a los ataques mediáticos y a un diluvio de noticias falsas”.
El texto también relata el encuentro entre padre e hijo en 2020, cuando el actual monarca le comunicó oficialmente su decisión de distanciarse. La reunión tuvo lugar en el antiguo despacho del emérito y, según detalla, contó con la presencia del entonces jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, a quien señala como uno de los impulsores de la medida. “Imaginaba tener una reunión de explicaciones a solas con mi hijo, así que me contrarié al verlo allí. Para no agravar la situación, no dije nada”, confiesa en sus memorias.
Durante ese encuentro, el emérito relata haber pronunciado unas palabras que marcan uno de los momentos más tensos del libro: “Este anuncio significa que me repudias –le dije, mirando a mi hijo impasible–. No olvides que heredas un sistema político que yo forjé. Puedes excluirme en lo personal y financiero, pero no puedes rechazar la herencia institucional sobre la que descansas”. Según su relato, Felipe VI no respondió.
En otro fragmento, el emérito aborda sus diferencias con la reina Letizia, reconociendo que su llegada al entorno familiar “no ayudó a la cohesión de nuestras relaciones familiares”. Aunque evita profundizar en los detalles, admite que las discrepancias personales marcaron la dinámica interna de la Casa Real durante años.
Por último, Juan Carlos I dedica un pasaje a su relación con Corinna Larsen, sin mencionarla directamente por su nombre. “Esa relación fue un error que lamento profundamente”, reconoce. Explica que estuvo “cegado” y que aquella situación afectó tanto su reinado como su vida familiar. “Erosionó la armonía y la estabilidad de esos dos aspectos esenciales de mi existencia, llevándome finalmente a tomar la difícil decisión de abandonar España”, concluye.
Las revelaciones de Reconciliación dibujan el retrato de un rey emérito introspectivo y dolido, que busca, a través de sus memorias, dejar constancia de su versión sobre los episodios más controvertidos de su vida y de su relación con la actual Corona.