Una nueva polémica se suma a las que ya rodean a la baliza V-16, el dispositivo que sustituirá de forma obligatoria a los triángulos de emergencia a partir del 1 de enero de 2026. A las dudas previas sobre su homologación, su precio o su eficacia real en carretera, se añade ahora una controversia relacionada con los riesgos potenciales para determinados pacientes.
La cuestión ha puesto el foco en las posibles consecuencias del uso de la baliza en personas portadoras de marcapasos o desfibriladores, un colectivo especialmente sensible a los campos magnéticos. La inquietud se ha visto reforzada por las propias advertencias incluidas en las instrucciones del dispositivo.
La advertencia sobre el imán y los dispositivos médicos
En el manual de uso de las balizas V-16 se señala expresamente que “este dispositivo lleva una base magnética altamente inductiva, evite colocarlo cerca de fuentes que reciban o emitan radiación magnética”. Esta indicación ha despertado dudas entre los conductores con implantes cardíacos, ante la falta de información clara sobre cómo actuar en una situación de emergencia.
El debate surgió durante un programa de RAC1, cuando una oyente planteó directamente la cuestión a Ana Blanco, subdirectora adjunta de circulación de la DGT, preguntando por la seguridad del uso de la baliza en personas con marcapasos. La consulta puso sobre la mesa un aspecto poco abordado hasta ahora en la implantación del nuevo sistema.
Riesgos señalados por especialistas sanitarios
En ese mismo espacio la referida emisora, el jefe de la Sección de Cirugía Cardiovascular del Hospital Clínic, Manel Castellano, advirtió de los posibles efectos del potente imán del dispositivo sobre estos implantes médicos. El especialista explicó que la baliza V-16 puede interferir en su funcionamiento y señaló que “Cambia la programación del marcapasos y la pone a 60 pulsaciones por minuto de forma fija. El aparato deja de estar programado tal y como lo había establecido el médico”.
Según los especialistas, el campo magnético de la baliza no solo podría afectar a los marcapasos, sino incluso anular el funcionamiento de los desfibriladores implantables. Por este motivo, los médicos recomiendan que las personas portadoras de estos dispositivos no se acerquen a menos de 15 o 30 centímetros de la baliza, una precaución que plantea interrogantes sobre su manipulación en situaciones de emergencia vial.