El equipo directivo del CEIP Blas Infante de Trebujena —podía suscribirlo muchos otros centros públicos de Andalucía— escribía a las familias con alumnos matriculados en este colegio: "Os pedimos comprensión ante esta situación tan compleja para nosotros, porque no hay directrices claras con las que trabajar para una vuelta al cole lo más segura posible. Aun así, nuestro claustro y especialmente el equipo directivo, está dando lo mejor de cada uno/a para conseguirlo. Estamos deseando poder volver a ver a nuestro alumnado y familias en las mejores condiciones. No dejaremos de intentarlo". El pasado viernes, desde el perfil del Facebook del AMPA del mismo centro, publicaban fotos del estado actual de las clases, atestadas solo de mobiliario escolar.
"Esta es la distancia que tendrán las clases durante este curso en nuestro colegio. Son clases de 27 y 28 niños y niñas. Donde ahora mismo lo que están son las sillas y mesas, ¿te lo imaginas con los niños, maestros, maletas, materiales, etcétera? ¿por dónde pasan? ¿cómo mantienen la distancia que nos piden? Señor Imbroda —Javier, consejero de Educación—, ¿cómo lo hacemos.? Más inversión en educación porque con la salud de nuestros niños no se puede jugar".
La realidad es tozuda: es difícil encontrar a un maestro o un miembro de un AMPA que no quiera una vuelta a clase presencial el próximo jueves, que no entienda que el mejor sitio donde pueden estar los niños en edad de escolarización es en un aula de un colegio. Pero también es imposible encontrar ahora mismo a un miembro de la comunidad educativa de cualquier centro educativo que no tema la vuelta escolar en las condiciones que está planteando la Junta de Andalucía frente a la pandemia más grave en los últimos cien años.
Por supuesto, el equipo de Imbroda ya ha lanzado vídeos donde se ven clases idílicas de colegios de ensueño, con un fondo blanco inmaculado que impregna la escena, aséptico, con niños a metros de distancia y clases semivacías con pizarras con palabras en inglés. Con grandes cartelones sobre inversiones extraordinarias que habrá que ver si llegan. La propaganda institucional del Gobierno andaluz trata de convencer de que aunque el riesgo cero no existe en estos momentos, la vuelta al cole será segura.
En todos estos meses, se ha dicho poco. Y según la comunidad educativa, se ha planificado menos. En las últimas semanas, no dejan de sucederse mensajes en positivo y algunos tan contradictorios como el baile de nuevos docentes que se incorporarán a los colegios para reforzar los centros y bajar la ratio, el número de alumnos por clase. Eso que el presidente Juan Manuel Moreno Bonilla decía esta semana que no es tan esencial como llevar la mascarilla.
Otra vista del CEIP Blas Infante, en Trebujena.
Tras concluir el pasado viernes la Mesa Sectorial de Educación para estudiar el inicio de curso, y si bien es cierto que desde sindicatos como Ustea no se albergaban grandes expectativas, "la realidad las ha venido a confirmar y la Consejería tan solo ha puesto inicialmente sobre la mesa la contratación de 551 docentes más sobre la propuesta inicial, para posteriormente “subir la oferta”, en torno a los 800 docentes o incluso insinuando que algunos más, menos de 1.000 en cualquier caso, una parte de la cual iría a los centros privados concertados".
Así pues, el curso escolar 2020/2021 comenzará, "sin contemplar un aumento de las plantillas no docentes, bajo mínimos en numerosos centros públicos desde tiempo inmemorial; sin plantear refuerzos para la insostenible situación de la Educación Infantil; sin dar solución alguna al personal sensible que será obligado a trabajar en aulas masificadas, sin garantizarse las medidas de seguridad y, en consecuencia, arriesgando su vida; sin presentar un estudio serio de los recursos necesarios para bajar la ratio y sin terminar con la vergonzosa, escandalosa e irresponsable realidad de las aulas con ratio ilegal: a estas alturas ni siquiera conocemos, ni por vía oficial ni extraoficial, el número de unidades públicas que se suprimen este curso con respecto al anterior".
https://twitter.com/EducaAnd/status/1286615902763520000
Ante este escenario, Ustea entiende que la Consejería "ha roto de facto cualquier atisbo de negociación que se pudiese haber interpretado que existía, por lo que, como organización sindical responsable y que prioriza los derechos fundamentales a la salud y a la educación sobre cualquier otro elemento, no nos queda más remedio que llamar a la huelga y fijar un calendario de movilizaciones, haciendo un llamamiento a la mayor unidad de acción posible del conjunto de la comunidad educativa para revertir esta situación".
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