"Transcurridos los años, miro atrás y veo que el barrio ha evolucionado porque todo esto era un cacho de madera", dice Rafaela, una de las pocas vecinas que nacieron en el barrio gaditano de Puntales y que sigue con vida. "Yo cuando vine a Puntales tenía 9 años y estaban todos esos barracones. Nos íbamos las niñas a la base, la puerta de la base militar estaba abierta por aquí y por allí...", cuenta Angelita, una de las pocas supervivientes de la Casa Cuna cuando en Cádiz se produjo la explosición del 18 de agosto de 1947, una de las mayores tragedias de la historia gaditana. "Con la explosión de Cádiz, la gente la realojan y empiezan a formar muchos partes de lo que es el barrio de Puntales... Sí, el último barracón se tiró aquí en el 2002 ó 2004", narra Isabel, actual presidenta de la asociación Arrabal de Puntales.
Todos estos testimonios son historia viva del nacimiento y desarrollo de los barrios del extramuro gaditano. Relatos que bien recoge el libro Mujeres de nuestros barrios. Historias de vida y lucha, creado y editado por la Asociación EQUA, con la colaboración de entidades, profesionales, organizaciones amigas, del ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y de la Junta de Andalucía, y con la financiación de la delegación de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz para la publicación física de 170 ejemplares. EQUA, con la intención de dar a conocer la construcción de los barrios más desfavorecidos de la capital gaditana, inició una serie de investigaciones y entrevistas. Y, por el camino, el grupo motor del proyecto se dio cuenta de que, a lo largo de los años, los procesos de lucha siempre estaban encabezados por mujeres.
Pepa Fernández al fondo, junto a Mª Ángeles Córdoba y Chari Díaz, durante la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA.
"Nos dimos cuenta de que estábamos conociendo historias de mujeres invisibilizadas. Y este libro es una forma de que se les reconozca el trabajo que han hecho y que siguen haciendo por sus barrios", expresa a lavozdelsur.es Mª Ángeles Córdoba (El Puerto, 1976), dinamizadora comunitaria en la Asociación EQUA. Ejemplo de ello son Pepa Fernández (Cádiz, 1959), fundadora de Amigas al Sur, un comedor social que lleva funcionando más de 12 años en el Cerro del Moro; y Chari Díaz (Cádiz, 1983), miembro de Madres del Parque, un grupo de madres que nace en 2014 para abastecer de recursos lúdicos (pistas de fútbol y baloncesto, columpios...), seguridad y saneamiento al barrio de Puntales. Ambas gaditanas se convirtieron en activistas casi sin darse cuenta.
"Yo empecé un taller de costura para mujeres en el Cerro de Moro". En aquel espacio, mujeres con problemas de agorafobia, drogas o violencia de género, compartieron ratos de sororidad. Y entre todas, surgió la idea de hacer un taller de cocina, "lo que terminó siendo una cocina solidaria". El comedor social Amigas al Sur surgió por pura necesidad. "Primero vino una vecina que estaba de okupa y cuando nos dimos cuenta, se formó unóa cola de gente esperando en la puerta para ver si sobraba comida de la que preparábamos en cada curso", relata Pepa. Si bien en un principio ayudaron a ocho familias, la cifra ha crecido en esta última década, ya que Amigas al Sur —formado por 14 voluntarias— presta un servicio de comida a casi 140 familias.
Chari Díaz (izq.), Mª Ángeles Córdoba y Pepa Fernández. FOTO: MANU GARCÍA.
Astilleros, Puntales, Loreto, Cerro del Moro, La Paz, Guillén Moreno... "Son los barrios más vulnerables de Cádiz, donde hay más paro y drogas. Pero también donde está la juventud", destaca Mª Ángeles. Es por ello que desde EQUA llevan a cabo cursos de formación y, en estos momentos, están asesorando a la asociación Amigas al Sur, que acaba de montar una empresa de insercción laboral a través de un catering. "Hemos creado trabajo", sonríe Pepa. "Pero queda mucho por conseguir todavía. Reivindico que la cola del hambre tiene que terminar", continúa, ahora, cabizbaja. Y es que aunque estén creando puestos de trabajo, al comedor aún siguen llegando personas que sin recursos económicos suficientes para comer a diario.
"La solución no es darle comida a la gente, sino acompañarla, ayudarla a que consiga trabajo", concluye la activista gaditana, que consiguió que el comedor recibiera subvenciones públicas desde hace tan solo dos años. En el caso de Chari, las madres que cada tarde se reunían en Puntales junto a sus hijos, le propusieron un proyecto al Ayuntamiento para limpiar el barrio, colocar porterías... Al fin y al cabo, darle vida la barrio y recuperar el espacio público para los vecinos. "Conseguimos que cerraran el parque, que pusieran pistas de fútbol y de baloncesto, que colocaran mesas de merenderos y columpios... Antes estábamos como apartados del resto de Cádiz, ahora hemos abierto el barrio", manifiesta la gaditana.
Un detalle del libro, durante la entrevista concedida a lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA.
En Mujeres de nuestros barrios. Historias de vida y lucha, se recogen las voces de mujeres como Chari, Pepa, Mª Ángeles, Rafaela, Isabel o Anita, una vecina de Puntales de 79 años de edad que siempre ha sido empresaria aunque nunca se ha sentido como tal. "Yo creo que para ser empresaria hay que tener ansia. Yo siempre he dicho pa'lante, pa'lante... Hay momentos en los que te vienes abajo por son muchas cosas, son muchísimas cosas, pero yo soy de las que me recompongo... Así es la vida, yo navego sola por tos laos...", expresa Anita con arte. Son mujeres andaluzas tejedoras de la gran resistencia para levantar los ánimos y la vida ante la adversidad. Mujeres que luchan para "cambiar las condiciones de vida de los suyos". Mujeres empáticas que solo saben vivir en comunidad, en valores sociales. Y este libro, escrito desde la memoria y para la ciudadanía, las dignifica como constructoras de la realidad de Cádiz.
Tras presentar Mujeres de nuestros barrios. Historias de vida y lucha en la zona de extramuros, la asociación llevará a cabo una segunda presentación este jueves 20 de diciembre en Distopía Café, en calle Enrique de las Marinas 1, Cádiz, a partir de las 18:00 horas.
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