La residencia de Ubrique: seis contagiados, media plantilla de baja y 'El Turronero' al rescate

Las familias de residentes se quejan por la falta de información sobre la situación del geriátrico Nuestra Señora de los Remedios, que recibe el refuerzo de catorce empleados de la Fundación López Mariscal

El Ejército de Tierra, en la residencia de mayores de Ubrique realizando labores de desinfección. FOTO: RADIO UBRIQUE
El Ejército de Tierra, en la residencia de mayores de Ubrique realizando labores de desinfección. FOTO: RADIO UBRIQUE

Al menos tres personas mayores de la residencia de mayores de Ubrique están ingresadas en el Hospital de Villamartín por coronavirus, a los que hay que sumar el positivo de tres empleadas. La mitad de la plantilla está de baja y muchos de los internos están aislados para evitar nuevos contagios. La situación en la residencia Nuestra Señora de los Remedios, que gestionan las Hermanas Franciscanas del Rebaño de María, es desesperada, aunque en las últimas horas ha recibido la ayuda la Fundación López Mariscal, que preside José Luis López Fernández El Turronero —un conocido empresario local—.

Un total de catorce empleados contratados por la Fundación López Mariscal pasarán a formar parte de la plantilla de la residencia de Ubrique de forma indefinida —“hasta que se normalice la situación”—, como confirma una de las hermanas de la congregación en declaraciones a Radio Ubrique, que se suman así a los 17 efectivos que quedaban sanos. Por el momento se han realizado cinco tests al personal, resultando tres positivos y dos negativos —“sin fiabilidad”—, aunque las informaciones son contradictorias. En la última semana también han fallecido dos residentes, aunque la hermana niega que estas muertes tengan relación con el coronavirus, algo que es imposible de saber una vez fallecen sin haberse sometido a las pruebas.

“No hemos ocultado absolutamente nada a nadie”, sostiene la monja en los micrófonos de la radio municipal, donde asegura que “a los familiares se les ha atendido cuando han llamado siempre que se ha podido, porque los teléfonos están colapsados”. “En el momento que un anciano presenta décimas se llama inmediatamente a su familia”, agrega, “lo que no se puede es preguntar sobre la vida de otros, se da información de su familiar pero de otros, por protección de datos, no podemos decir nada”. El Ejército de Tierra, y también efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos de Cádiz, han desinfectado las instalaciones las habitaciones de la residencia, por lo que comenta que las últimas horas en el centro han sido “muy complicadas”.

El pasado jueves 26 de marzo, sobre las once de la mañana, el párroco de Ubrique y presidente de la Fundación Asilo Nuestra Señora de los Remedios que gestiona la residencia, Roberto Romero, decía en la emisora pública: “No hay ningún caso de coronavirus dentro de la residencia”. Unas pocas horas después, sobre las cinco y media de esa misma tarde, la radio rectificó: “Hemos tenido constancia de que la información que se estaba ofreciendo a la ciudadanía no se ajustaba a la realidad”. Cuando el párroco realizó esas declaraciones, la residencia ya tenía dos casos confirmados y cuatro empleadas en cuarentena por presentar síntomas —él, supuestamente, manejaba los datos del día anterior—.

El revuelo en Ubrique, una localidad de la Sierra de Cádiz de poco más de 16.000 habitantes, es enorme desde entonces por la falta de información. “Queremos más información, porque nos llega a cuentagotas y no está actualizada”, se queja una familiar de un residente en la emisora municipal. "Nos comentan que hay dos trabajadores infectados, cuando tenemos conocimiento de que ya van nueve”, agrega, por lo que pide a las administraciones que pongan los medios necesarios para que tanto trabajadores como residentes se hagan los tests. “Más de la mitad de la plantilla se encuentra de baja en estos momentos y los que están trabajando se están dejando la piel”, reseña esta familiar, quien apunta que “los EPI (equipos de protección individual) han llegado a cuentagotas”.

Un anuncio publicado en Andalucía Orienta recogía la necesidad de personal de la residencia Nuestra Señora de los Remedios y solicitaba trabajadoras especializados en el cuidado de personas mayores, limpiadoras, enfermeras y personal de lavandería. La delegación territorial de Políticas Sociales en Cádiz, en un comunicado, asegura que ha proporcionado 50 equipos de protección individual (EPI) a los trabajadores del centro y que se ha contratado a más personal, aunque una de las monjas de la residencia lo desmiente.

Una familiar contactada por lavozdelsur.es considera que el cruce de acusaciones entre Junta y Ayuntamiento es “muy desconsiderado” en estos momentos de incertidumbre, en los que oficialmente hay seis casos confirmados de coronavirus en la residencia —tres trabajadoras y tres personas mayores—, aunque extraoficialmente ya se conoce que hay nueve vecinos del municipio ingresados en el Hospital de Villamartín. Es difícil precisar una cifra por la falta de datos oficiales y por la inexistencia de tests, por eso piden que se hagan las pruebas a todos los residentes y empleados y que se aísle a los internos que no están contagiados.

“Hay días que llamamos entre 15 y 20 veces y no hay manera de saber nada de mi abuelo”, refiere la citada familiar en declaraciones a lavozdelsur.es, que tiene a su abuelo aislado tras sufrir un ataque de tos. “Él siempre ha tenido tos porque es fumador, pero no sabemos si está contagiado porque no se hacen tests, que es lo que queremos”, agrega. “Nos dicen que está estable, pero no hablamos con él directamente desde hace 15 días”, cuenta, al mismo tiempo que critica la “disputa política” entre Administraciones. “No queremos eso ahora”.

La residencia, gestionada por las Hermanas Franciscanas del Rebaño de María, tiene a la mitad de su plantilla de baja, y oficialmente cuenta con tres personas mayores ingresadas por coronavirus en Villamartín, además de tres empleadas, por lo que en los últimos días ha pedido voluntarios para poder ayudar en las labores de cuidado de estas personas. El Ayuntamiento de Ubrique, tras la última junta de portavoces, señala en un comunicado emitido el 29 de marzo que había pedido a las delegaciones territoriales de Salud y Familias y de Políticas Sociales y Conciliación, que garantizara la plantilla necesaria. La Junta contesta que ha contratado a personal y una monja de la residencia lo desmiente.

El Consistorio ubriqueño también solicita al Gobierno andaluz que realice las pruebas de detección del coronavirus a todo el personal de la residencia, y la dirección del centro que emita un comunicado público diario de seguimiento y evolución de la situación que informe detalladamente del estado de salud y evolución de cada residente a sus familiares.

La Junta, tras este comunicado, muestra su “sorpresa” por las peticiones del Ayuntamiento, ya que entiende que ambas administraciones han mantenido una coordinación muy estrecha, y señala que desde que se tuvo conocimiento de la situación se puso en marcha el centro de salud de la localidad para realizar un seguimiento de los internos, por lo que acusa al Ayuntamiento de exigir actuaciones ya realizadas y de mostrar una falta de lealtad institucional con la Administración regional.

La alcaldesa de Ubrique, la socialista Isabel Gómez, decía el sábado en un extenso comunicado que su ausencia en redes sociales se debe a “una imposibilidad material”, ya que está desbordada a llamadas. “Cuando existe una crisis hay que informarse por los canales oficiales porque no se trata de consideraciones personales u opiniones, sino de lo que se debe o no se debe hacer por parte de todos y máxime cuando eres un representante público”, apunta.

“Gracias a varias llamadas que me han abierto los ojos, de nada sirve estar continuamente demandando, exigiendo, transmitiendo, ofreciendo si no se cuenta”, relata Gómez. “Si cada vez que he pedido que se informe a mi pueblo me dicen desde la Junta de Andalucía que el freno es porque no les deja informar el Gobierno, imagínense que hace una alcaldesa de pueblo para llegar a todos los frentes y buscar información; todo ante la continua frustración de que no puedes dar lo que se te exige porque la información que al final consigues resulta ser contradictoria”, expresa.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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