entrevista_pepe_ravelo_03
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La calle Francos era el escenario ideal para una de las tiendas de deportes más emblemáticas de la ciudad. A Deportes Ravelo han acudido diversas generaciones para adquirir las prendas deportivas que los colegios solicitaban o que cualquier niño necesitaba para jugar al fútbol. A través de su escaparate, los jerezanos se paraban para observar las ofertas o promociones que Pepe Ravelo (La Laguna, 8 de febrero de 1944) ofrecía al público. Ya jubilado, a través de su mostrador ha visto el cambio que se ha producido en la ciudad principalmente en el centro, lugar en el que ha trabajado durante más de cuarenta años. “El problema que existe en el centro son las multinacionales. Están acabando con el pequeño comercio que trata de salir hacia adelante como puede”.

Hoy su tienda está completamente vacía, los cristales que en su día ofrecían una amplia gama de productos ahora reflejan el paso de los peatones que circulan por la calle. Encima del edificio de su antiguo local reside junto a su familia. Un hogar, del que no se ha movido en cuatro décadas, donde las risas de sus nietos e hijos inundan por completo el día a día del actual presidente del Xerez Deportivo Fútbol Club.

A sus 71 años, Ravelo ha vivido diferentes épocas históricas en España. Desde la dictadura de Franco a tener que marcharse hacia Venezuela para jugar al fútbol junto a su hermano. Su primer trabajo consistió en montar jaulas metálicas para gallinas, una labor que comenzó a aprender con tan solo doce años mientras su mente soñaba con marcar los goles del Tenerife, equipo en el que siempre quiso jugar desde pequeño. “El Charcón era el barrio de La Laguna donde vivía. Allí estaba a tan solo cien metros del campo de fútbol y me paraba para imaginarme jugando al fútbol en el futuro”.

Enamorado del fútbol y de su familia, ahora disfruta en su día a día de sus nietos, a los que les inculca el deber de estudiar para que sean personas con un futuro mejor. Su museo personal recoge los datos históricos de su vida profesional y personal. Fotografías, trofeos, placas, camisetas… son cientos de elementos los que se pueden encontrar en el piso superior y que narran por sí solos la vida futbolística y personal de este jerezano de adopción.

Más de 40 años en Jerez, ¿ha conseguido cambiar las papas arrugás de su tierra por el fino o la cola de toro?

Suelo ir a Tenerife todos los años y siempre que voy disfruto de este plato gastronómico de mi tierra. De todos modos tengo un secreto que contar, planto en mi azotea las papitas buenas y todas las navidades consigo recolectar unos cuatro o cinco kilos para guisarlas en casa. Me gusta la agricultura y en mi azotea tengo otros productos como cebollas o pimientos.

¿Siempre soñó con ser futbolista?

Han pasado 71 años desde que nací y desde que empecé a tener conciencia quise ser futbolista. Vivía a cien metros de un campo de fútbol y en aquella época no había televisión o videojuegos. Lo único que podíamos hacer los chicos de mi edad era jugar al fútbol sobre todo cuando estábamos de vacaciones, nos pasábamos todo el día jugando. Teníamos que hacer nuestros propios balones porque no había mucho dinero. Cogíamos trapos o papeles y formábamos el balón. Cuando alguien tenía balón era el verdadero rey y esperábamos en la puerta de casa del que tuviera para jugar con la pelota.

"Teníamos que hacer nuestros propios balones porque no había mucho dinero. Cogíamos trapos o papeles y formábamos el balón".

¿Cuándo llegó su primera oportunidad para jugar al fútbol?

Fue a los 17 años. Por desgracia, en aquella época, todos los que éramos jóvenes y ya sabíamos leer y escribir empezábamos a trabajar. Comencé a jugar en la selección juvenil de Tenerife, donde esperaba la oportunidad para jugar en el equipo principal de la ciudad. Comencé a tomarme más en serio el fútbol en aquella selección, a cuidarme más. Tuve la suerte de que mi hermano mayor jugaba en Venezuela al fútbol. En Tenerife, o te fichaba por aquella época el principal equipo de la ciudad o tenías que jugar en regional. Me marché a Venezuela a jugar con mi hermano, él llegó a ser internacional con la selección y me protegía nada más llegar a tierras venezolanas.

¿Y sus padres no le decían que dejara el fútbol?

Mis padres no sabían lo que era un balón de fútbol. Mi papá por aquella época tuvo que marcharse a Venezuela para ganar dinero y poder mandarlo a casa. Fue mi madre la que me crió.

¿Le fue mal en Venezuela jugando al fútbol?

Para nada. Allí jugué hasta en la selección además de muchos partidos. Formaba los extremos junto a mi hermano. Yo era el exterior y el interior. Se me ocurrió venirme a España porque en Córdoba estaba Eduardo Toba, fui a visitarlo y me quedé a prueba en el equipo. Por aquella época no es como ahora que los equipos desde los cinco años ya están formando jugadores y tienen todo el historial. Hice las pruebas y salió todo muy bien. Logré jugar con el Córdoba tres años en Primera.

Ahora jubilado, dedica todo el tiempo junto a su familia y mujer, sus grandes héroes. FOTO: PABLO URIEL.

¿Cómo llega a Jerez?

Llegar aquí fue una verdadera odisea. Fueron en hasta cuatro ocasiones a ficharme pero no me convencieron ninguna de las primeras propuestas. Una vez que descendí con el Córdoba a Segunda, se plantó en tierras cordobesas Reyes con 50.000 pesetas de las antiguas, me hizo firmar un papel donde se decía que me entregaba ese dinero y a los pocos días de comenzar el campeonato liguero en Jerez, me compré un coche por 35.000 pesetas y me vine a esta ciudad. A mis 25 años no había ganado dinero con el fútbol y aquí me ofrecieron el doble de lo que ganaba en Córdoba. Son las cosas que pasan en la vida, a los 18 años no había salido de mi isla y a los 25 había recorrido parte de Sudamérica y gran parte de España.

¿Ha sido un flechazo lo que siente por esta ciudad?

Jerez ha sido siempre una ciudad importante, siempre ha habido mucho señorío y es la quinta ciudad de Andalucía. La gente me trató con mucho cariño desde el día en que llegúe. En el Xerez CD llegué a jugar nueve temporadas, un total de 348 partidos. Cuando colgué las botas decidí meterme a entrenador pero siendo sinceros no me gustaba aquello porque no tenía futuro. Si eres entrenador ya puedes trabajar de manera honesta todos los días que si la pelotita no entra la culpa es tuya. Decidí montar la tienda de deportes en Tenerife pero mi mujer no quería, me convenció para quedarnos aquí y nos ha ido muy bien. Estoy orgulloso de vivir aquí porque le tengo mucha gratitud a este lugar.

"Si eres entrenador ya puedes trabajar de manera honesta todos los días que si la pelotita no entra la culpa es tuya".

A través del mostrador de Deportes Ravelo, ¿ha visto mucho cambio en la ciudad?

Demasiados cambios, además del grave problema que existe con las multinacionales. Acaban con todo y el pequeño comercio tratar de luchar para salir hacia adelante. Los centros comerciales acaparan todo, y la gente no va a comprar allí, va a echar el día entero.

Pero a Deportes Ravelo no le ha ido mal.

Aquí hemos estado más de 40 años y siempre nos ha ido bien. La gente cuando entraba siempre tenía palabras de cariño hacia nosotros y con ellos hacíamos lo mismo. Aún hay gente que cuando paseo por la calle me dicen que echan de menos la tienda o incluso personas mayores que me cuentan cuando compraban su ropa deportiva.

¿Lo echa de menos?

Te diría que sí pero la vida pasa. Ahora estoy jubilado y muy contento. Tengo tiempo para todo, mis hijos, mis nietos…creo que mi mujer y yo trabajamos todo lo que había que currar. Soy un hombre muy familiar y todo lo que he hecho en esta vida ha sido jugar al fútbol mientras mi mujer se quedaba cuidando a los niños. La familia siempre es la perjudicada en este aspecto y ahora estoy todo el tiempo con ellos. El único rato del que me puedo escapar es cuando juego al fútbol sala con amigos.

Padre y abuelo ex futbolista, seguro que a alguno de sus nietos le pica el gusanillo del fútbol.

Con mis nietos, al igual que con mis hijos, nunca he querido que sean futbolistas. Me he preocupado para que estudien y gracias a Dios han tenido la suerte de estudiar y sacar sus diplomaturas o licenciaturas. Hay que tener mucha suerte para vivir del fútbol toda tu vida.

De todos modos, el balompié ha cambiado muchísimo.

No solo ha cambiado el fútbol sino la propia vida. El fútbol se ha profesionalizado muchísimo, con el tiempo las cosas han ido a mejor y han progresado. El FC Barcelona de hoy en día coge al de hace años y le hace 30 goles. La preparación física de los clubes de fútbol actuales es increíble. Por ejemplo cuando en mi época jugabas en los infantiles y te veían beber agua a las 12 de la mañana en mitad de un partido te decían que eso era malo, que te podía dar un problema de salud, y nadie caía en la cuenta de que estabas deshidratado.

Con todo ese cambio, ¿se ha perdido el romanticismo del fútbol?

A lo mejor algunos lo ven así pero hoy en día lo que predomina es el fútbol de toque corto, coger la pelota y tirar a gol como el baloncesto. En la época en la que yo jugaba al fútbol había jugadas por banda, remates de cabeza sin cesar e incluso chilenas en cada partido.

Sigue metido en los líos del fútbol ahora como presidente, ¿es complicado ser presidente de un equipo?

No es complicado ser presidente porque un equipo con una masa social tan importante como la que tenemos, estando en una categoría tan baja, pues es una alegría para todos. Tenemos un gran equipo también, no podemos tener jugadores de andar por casa. Siempre pensamos que hay que salir a ganar porque nuestra meta de aquí a unos años es estar en Tercera y con el club saneado.

"Al Xerez CD, equipo de toda la vida, han ido llegando a lo largo de sus años de historia señores que se han preocupado más en llenarse los bolsillos que en solucionar los problemas".

Y el Xerez Deportivo Fútbol Club, ¿nació con la idea romántica del fútbol?

Más que romanticismo es la realidad actual del fútbol. Al Xerez CD, equipo de toda la vida, han ido llegando a lo largo de sus años de historia señores que se han preocupado más en llenarse los bolsillos que en solucionar los problemas. Tuvimos la suerte de subir a Primera, donde entró una cantidad de dinero importante y en vez de usarlo para salvar o ayudar al equipo pues el club acabó con déficit. Lo que ha pasado es que una serie de xerecistas de toda la vida se cansaron de esta situación y fundaron el club. Yo no me encuentro entre los que fundaron el club pero estos xerecistas hablaron conmigo para que yo fuera el presidente. Cuando deje mi mandato espero que el equipo esté en Tercera División y con las cuentas claritas.

¿Siente pena y rabia por lo que ha pasado y está pasando en el Xerez CD?

Me da una pena tremenda. El Xerez CD ha sido el equipo donde he jugado nueve temporadas de mi vida. Creo que muy pocas personas en el mundo han sido lo que he sido yo en el Xerez. He sido jugador, entrenador, socio, accionista, soy el tercer futbolista que más partidos ha jugado, el segundo máximo goleador de la historia del Xerez. Pocas personas en el mundo han sido lo que he sido yo en el conjunto xerecista. Me dieron la insignia de oro y brillantes por jugar 108 partidos consecutivos, de liga y copa. Creo que cuando pasen unos añitos muchos más xerecistas se van a alegrar por nosotros y serán bien recibidos.

Pues parece que hay mucho resentido con la creación del nuevo club.

Es normal porque este nuevo equipo es un sentimiento y hay personas que no están de acuerdo con las cosas. Los sentimientos no se pueden comprar. A mí particularmente me resbala todo lo que se diga. Yo ya estoy curado de críticas. Mi conciencia está muy tranquila, he vivido una dictadura donde había cosas que no se podían decir pero ahora estamos en democracia y cuando alguien se pase de la raya pues se pone una querella. Por defender al Xerez no me importa que me critiquen.

Comenzó a jugar al fútbol desde que era niño aunque su primera oportunidad fue en la selección de Tenerife. FOTO: PÀBLO URIEL.

Les llaman incluso traidores...

Cuando dicen eso me dan ganas de reírme. Cada uno tiene su criterio, que cada uno diga lo que quiera. De la junta directiva del nuevo club, la mayoría éramos socios del Xerez CD. Yo soy el primero que digo que si viene algún loco un día a salvar el club de toda la vida, poniendo todo el dinero de la deuda encima de la mesa, yo soy el primero que como presidente pediré que desaparezca éste o que se una como filial. Sabemos que eso es prácticamente imposible.

¿Ha tenido que ver la política algo con el fútbol en Jerez?

La política siempre ha estado metida en el fútbol. En los más de cuarenta años que llevo en Jerez, al Xerez CD le ha salvado el Ayuntamiento en varias ocasiones. Algunos directivos están hasta embargados. El Consistorio ha echado siempre un cable pero el daño al club no se lo ha hecho la política sino las personas que han llegado a dirigirlo. Han venido a hacer su negocio, se han llevado el dinero y los que nos hemos quedado aquí pues nos quedamos con la trampa.

¿El nuevo Xerez no está politizado?

El partido político de nosotros es el propio club. Nosotros tratamos de llevarnos bien con quién esté. Los ayuntamientos están para ayudar a todo el mundo pero hay cosas más importantes que el fútbol. Nosotros pretendemos ser un club grande en el futuro y queremos contar con nuestro Ayuntamiento pero aquí no hay signos políticos.

 "Este club no ha nacido en contra de nadie, pensamos que el futuro está aquí, le deseo lo mejor al Xerez CD".

Jerez es diferente.

Siempre se ha dicho que Jerez es muy especial, han ocurrido cosas aquí pero también en otros lugares han sucedido casos similares. Cada uno es libre de hacer lo que quiera en su vida. Las puertas de nuestro club están siempre abiertas y aquí nunca vamos a tener problemas económicos porque lo dicta nuestro reglamento que cuando acaba un mandato no puede haber ni un euro de déficit. Este club no ha nacido en contra de nadie, pensamos que el futuro está aquí, le deseo lo mejor al Xerez CD. Si hay personas que quieren continuar con ellos pues que vayan hacia adelante. Yo no deseo el mal a nadie pero es razonablemente complicado que el otro club pueda seguir hacia adelante.

Hablando de dinero, ¿cree que se está perdiendo dinero en el centro de Jerez?

Se ha perdido mucho el comercio de aquí y se va a seguir perdiendo con el tiempo. El centro hay que revitalizarlo como sea. Los Ayuntamientos, mande el que mande, deben de darle un cambio porque es una pena que se cierren comercios o bares, el centro de una ciudad es parte de su historia.

¿Cómo ve la situación de los jóvenes?

Me da mucha pena la situación laboral de los jóvenes. Jerez siempre ha sido una capital mundial del vino, las bodegas aquí trabajaban a tope cuando llegué, la fábrica de botellas, todo eso son cosas que se han ido perdiendo. Se deben potenciar muchas cosas de esta ciudad. Ha habido también una crisis mundial. Hemos vivido una serie de años como ricos y de adinerados teníamos poco. Estos últimos ocho años han sido un batacazo grande. Estábamos acostumbrados a comer jamón y ahora comemos mortadela. Esta ciudad tiene que ir hacia arriba.

¿Ha perdido o ha ganado más amigos?

He ganado más amigos de los que he perdido. Voy por Jerez y hay mucha gente que me saluda y aprecia. La vida en Jerez ha sido fácil para mí porque cualquier problema que haya tenido siempre ha habido alguien a mi lado. Luego hay otras personas que por envidia a lo mejor no hablan bien de ti pero es algo que no me preocupa. Me prometí a mí mismo que por el fútbol nunca me iba a pelear con nadie. Hay cosas más importantes que el fútbol, es un deporte en el que a veces se gana o se pierde.

"Estos últimos 8 años han sido un batacazo grande. Estábamos acostumbrados a comer jamón y ahora comemos mortadela".

Una vida intensa, ¿le han marcado especialmente en su corazón?

Me gusta leer las biografías de las personas que han hecho cosas por este mundo. En lo deportivo principalmente me marcó un entrenador que tuve que se llamaba Juan Ramos, que murió con 37 años, y en Jerez, Pepe Varela. La parte cercana pertenece a mi familia, mi mujer, mis hijos, mis padres… de todas las personas se aprende y te quedas con lo mejor de cada uno. Mi principal preocupación es que cuando caigo en la cama mi cerebro esté relajado. Tengo la conciencia tranquila.

Sobre el autor:

Borja García Tejero

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