"Se manipula mucho en nombre de la salud y la sexualidad"

La enfermera, antropóloga y fundadora de la primera delegación de Salud y Género en España, Valentina De Jesús, durante la entrevista con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA.
La enfermera, antropóloga y fundadora de la primera delegación de Salud y Género en España, Valentina De Jesús, durante la entrevista con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA.

Parece que llevan años sin verla, pero hace cuestión de una semana que Valentina se jubiló. El cariño y la admiración que le tienen es apreciable en los abrazos que se prestan. Valentina de Jesús Remella (Badajoz y Jerez, 1955), regresa al Área de Juventud, departamento al que le ha dedicado sus últimos años de trabajo, para conceder su primera entrevista después de que el gobierno municipal hiciese público su galardón en los Premios Ciudad de Jerez. En este caso, Premio a la Igualdad por sus más de 40 años de servicio público ininterrumpido en pos de los derechos humanos de las mujeres, del colectivo LGTBI y todas aquellas minorías que son discriminadas. "Las injusticias me dan dolor de estómago", confiesa.

Diplomada en Enfermería, De Jesús empezó a ser revolucionaria cuando formó parte de la primera promoción de enfermeras tituladas en Extremadura. "El primer año era mixto y querían que las chicas fuésemos con falditas y cofia, y los chicos con pijama. Recuerdo que nos plantamos y dijimos que no, o todos iguales, o nada. Y conseguimos pijamas para todo el mundo en el año 78", cuenta. Además, también es antropóloga y cursó la primera promoción del master de Género en la Universidad de Cádiz al mismo tiempo en que coordinaba las prácticas que sus compañeras de clase tenían que desempeñar en el Área de Salud y Género del Ayuntamiento de Jerez, un departamento pionero que ella misma fundó en 1999 junto a un grupo de "gente luchadora, feminista y, algo fundamental, que trabajaba en equipo".

De familia obrera, sus padres le transmitieron valores como la honestidad, el respeto, la tolerancia, la fuerza... Y aclara que sus referentes no podían ser otras que su madre y su hija, las dos personas que más la enriquecen, junto con a las mujeres que forman y han formado parte de su vida. Según cuenta, fue su madre la que le hizo abrir los ojos, despertar su conciencia feminista para enfrentarse a todas las desigualdades de género que se iba a ir encontrando por el camino.

Mujer, feminista, persona del mundo... Valentina De Jesús se considera sobre todo "una defensora de los derechos humanos". Y deja claro que "siempre he sido política". "Creo que cualquier persona que defiende y es crítica, es política. Ojalá retomáramos el valor de la política desde ahí". En sus inicios como técnica del Ayuntamiento de Jerez, la enfermera formó parte del equipo que en 1982 creó el primer Centro de Planificación Familiar en el municipio, "de los primeros centros en hacer vasectomías públicas gratuitas". Además de que fue el primer centro de Educación Maternal donde impartían talleres de anticoncepción a mujeres. "Ese fue el principio de todo".

¿Con qué obstáculos se encontró por aquel entonces?

Yo he estado en organizaciones políticas, pero nosotras siempre ocupábamos puestos secundarios. Discriminación en cuanto a cualquier historia. Piensa que la mayoría de edad era a los 21 años, que estábamos dependiendo de padres o maridos... Los cambios en legislación se han producido hasta hace bien poco. No teníamos autonomía. La discriminación existía, pero apenas se hablaba de ello. Es que ni el concepto discriminación existía en el propio lenguaje. ¿Cómo que discriminación? Es que vosotras sois naturalmente inferiores, decían. Recuerdo también que nosotras al trabajar en Enfermería no podíamos llevar anillos porque es antihigiénico. Pero vi que algunas sí llevaban la alianza. ¡Imagínate, la alianza no contamina! (Ríe) O todos o ninguno.

Valentina De Jesús durante la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA.

"Tanto en la salud como en la sexualidad con respecto a las mujeres existe una gran utilización y discriminación. Se manipula mucho en nombre de la salud y la sexualidad. Entonces entendíamos que eran unos elementos que teníamos que trabajar", destaca la técnica. Dentro del Área de Salud y Género también se constituyó el Programa de Hombres por la Igualdad, pionero a nivel nacional, al igual que la propia delegación de Salud y Género, "que no había existido nunca". "Teníamos claro que o contagiábamos al resto de las áreas o hablar de igualdad desde una de las parcelas no tenía mucho sentido".

No contentos con tanto avance, el Ayuntamiento de Jerez también fue el primero, a nivel estatal, en colocar la bandera LGTBI en el balcón del Consistorio. "Se pueden cambiar las cosas siempre y cuando haya voluntad política y presupuesto, a pesar de las críticas que recibimos... En esa delegación no hay nada más que maricones y tortilleras...". Valentina De Jesús también vivió de cerca la construcción de una de las primeras asociaciones feministas en Andalucía, la Asociación Gaditana de la Mujer La Pepa, en 1975. "Y a día de hoy sigo con ellas, continuamos con nuestro feminismo... Le debo mucho a ese grupo y a todas las asociaciones de mujeres, que me he tirado toda la vida trabajando con ellas", incide.

¿Cómo entiende el feminismo?

Para mí el feminismo es la lucha por los derechos de las mujeres discriminadas. Y en el fondo es una lucha por los derechos humanos, ya que las mujeres no hemos estado catalogadas como humanas. El feminismo es de alguna manera la vía que tenemos para poder llegar a serlo. Hablan de igualdad y esto hay que aclararlo, porque yo no quiero ser igual que tú ni que él. Sino igualdad de oportunidades. Y, por ser mujer, no nos discrimines, ni por ser hombres. Aunque hay temas en los que la discriminación positiva es necesaria.

En este sentido, ¿son necesarias las cuotas de género?

Creo que las cuotas de género han podido mejorar en determinados espacios, por ejemplo en política... Pero claro, esa no es la panacea y yo creo que se ha vendido como la panacea. ¿Cuál es el tema? El tema ha sido necesario para obligar a que los partidos políticos, las organizaciones, las instituciones... pongan a mujeres en la misma medida. Pero la clave no está aquí. A mí no me vale ni una mujer ni un hombre que no pelee por una serie de derechos. Esto tiene trampa. Pero a mí lo que me preocupa es que quieran representar a todas las mujeres sin escuchar, hay otras voces. Ha costado mucho pasar del Día de la Mujer al Día de las Mujeres, porque ni tú ni yo somos iguales y nuestras realidades son distintas. Y hay que darle cabida a las mujeres que están en los márgenes.

La ganadora del Premio a la Igualdad en los Premios Ciudad de Jerez 2018, tras la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA.

¿Han cambiado mucho las conversaciones que mantenían en ese grupo inicial de La Pepa a los encuentros que pueden tener hoy?

Curiosamente el otro día nos vimos y debatimos sobre la prostitución. La gente que me conoce sabe cómo soy con este tema: yo no soy abolicionista. Soy una defensora de los derechos de todo el mundo. Y este sigue siendo un debate que en los años 70, en Granada, durante unas jornadas provocó una división del movimiento feminista y aún seguimos erre que erre. Yo noto que hay mucha intolerancia. Yo no voy a tratar de convencerte a ti de nada, pero sí me gusta sentarme en una mesa y hablar, escucharnos. Pero resulta que hay muchísima intolerancia.

Yo estoy muy enamorada de una antropóloga, se llama Dolores Juliano, y para mí es un referente. Es una señora sabia que lo único que plantea es poder ser tolerante, escuchar. Y yo lo comparto. Ella dice que el problema del feminismo es pensar que vamos a salvar a alguien. Y no. Las feministas no vamos salvando. Y segundo, tiene el mismo error que le ocurrió al marxismo en su época, que no incluye a todos los sectores marginales. Hay mujeres en los márgenes que son transexuales, prostitutas... Y el feminismo se cree que estas mujeres hacen eso porque son menores de ala, las sabias somos nosotras, ¿no? Y creo que eso no está bien. Son casi los mismos problemas.

El pasado 25 de septiembre, cuatro asesinatos por violencia de género en cuestión de 9 horas. Y este mismo jueves encuentran en Málaga el cadáver de una mujer apuñalada presuntamente por su pareja. ¿Qué no se está haciendo bien desde los servicios públicos para que esto ocurra?

Las leyes están muy bien, pero la solución no está en las leyes. Primero, no es que esté en contra de la Ley de Violencia de Género, sino que creo que se está confiando mucho en las leyes, que son importantes, pero no son la panacea. No pienso que con penas más altas en los casos de violencia, solucionen el tema. Cuando se empezó a trabajar con las penas más altas se hablaba de que los hombres maltratadores se les iba a formar y no se está haciendo nada de eso. Resulta que la Ley todavía lo que hace es que yo estoy en mi casa pero tú me pegas y en vez de llevarme al señor a una casa de acogida, soy yo la que salgo con mis niños a la calle a una casa de acogida. Fíjate cómo está todo cambiado.

Cuando nosotros empezamos aquí iniciamos una campaña que se llamaba Da la cara, porque claro, nosotras las mujeres no teníamos que estar con los asesinatos de ese día y el otro, y el otro... Tendrían que estar ellos. A mí me causaría un malestar que mis compañeras estuvieran matando. Y no son locos eh. ¿Solución? Formación, educación... Si yo no empiezo a respetar a mi compañera de aula de Infantil, mal asunto. Están matando a todo lo que se considera más débil, todo lo marginal, y nosotras entramos ahí, es una manera acabar con todo lo que no nos gusta. ¿Cómo se soluciona? ¿Con una Ley? ¿Con un presupuesto?

De Jesús, durante la entrevista concedida a lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA. Para Valentina De Jesús el movimiento feminista afecta de manera transversal tanto a hombres como mujeres, porque "nosotras tenemos que reconstruirnos, pero ellos tienen que deconstruirse y volverse a construir. Transformarse en hombres que sientan, que se emocionen, que no vayan por ahí teniendo que ser los más guais del mundo". Y es que en esta sociedad, según la feminista jerezana, desde que nacemos se nos trata de una manera distinta: "Desde que nace un niño o una niña, a la niña se la coge, se la acuna. Ay mi chochete. Pero al niño se le coge así, se le agarra y se alza al bebé —como si fuera Simba del Rey León—, hay un estudio de esto muy interesante". Ella, que creció con deseos de lucha por mejorar las condiciones de vida, justicia y libertad en España, teme que se estén normalizando los asesinatos machistas. "Se habla ya de más de 70 feminicidios en lo que va de año", apunta. ¿Cómo recibe este Premio a la Igualdad y a quién se lo dedica? Nadie tiene un premio único, yo creo que siempre hay un equipo detrás. Para mí este premio es un premio de las mujeres, de las mujeres de las asociaciones, y también a la política municipal que durante años unas veces con más voluntad y otras con menos han apoyado este proyecto. Y de unos equipazos dentro de la institución que son fantásticos. Y evidentemente,  a mi madre.

Sobre el autor:

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Claudia González Romero

Periodista.

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