El escritor Camilo De Ory fue denunciado por la familia de Julen, el niño que murió tras caer a un pozo en Málaga, por diversos tuits en los que hacía humor negro con los hechos, en los días en los que aún no se conocía el desenlace fatal de la muerte del menor. La familia respondió finalmente con una denuncia, lo que abrió de nuevo, por enésima vez, el debate sobre la libertad de expresión.
La Audiencia Provincial de Madrid archivó la causa el pasado mes de diciembre porque entendió que, si bien era "reprobable" escribir y lanzar mensajes con carga ofensiva en las redes sociales, estaban amparados por la libertad de expresión. Ahora, la familia reclama la reapertura del proceso.
Según informa SUR, los mensajes son el "summum del trato más degradante que puede se le puede dar a unos padres que temían por la vida de su hijo". Los delitos de los que se acusan son contra la integridad moral, y contra la dignidad de las personas. La Fiscalía apoyó la causa de la familia pidiendo 18 meses de prisión, mientras que la familia elevaba la petición de pena a 20.
En el escrito contra el archivo de la causa, la letrada de la familia de Julen indica que con los mensajes "se producen burlas insistentes y un desprecio absoluto por la vida del menor y el sufrimiento de los progenitores", y que el escritor tenía idea de que se trataba de una red en la que los mensajes podían tener alcance nacional.
Según la defensa, lo que en realidad quería hacer el tuitero era denunciar el "circo mediático" referente al caso. La acusación, en cambio, indica que el autor de los mensajes "tuvo que recibir una llamada de atención por parte del juez, ya que se reía al escuchar la lectura de algunos de sus comentarios en Twitter".
Por todo ello, la clave del asunto está en si estos mensajes generaron dolor en la familia. Será el Tribunal Supremo el que abra la vía o no.
Comentarios