Rocío Jiménez y Juan Castro, después de verse en la calle tras ser desalojados el pasado 8 de febrero, han encontrado un piso de alquiler gracias a la ayuda social de su vecindario, el polígono de San Benito. "Aquí estoy, limpiando el piso. Es una cuarta planta, acostumbrada a un bajo...", expresa Rocío a lavozdelsur.es a través del teléfono. "No está malito. Como está amueblado, nada más que he tenido que poner la cuna de la niña, las sábanas... El lunes pasamos la primera noche aquí", continúa.
“En la calle con dos niñas no te ves", le dijeron las trabajadoras sociales del Ayuntamiento de Jerez a Rocío Jiménez (Jerez, 1978). “Pues ahora mismo estoy en la calle”, manifestó la jerezana el día en que tuvo que entregar las llaves de la que fuera su casa durante los últimos 14 años. Una residencia que abandonaron el pasado viernes 8 de febrero por la orden de desalojo de Bankia, además de la mala gestión de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Jerez que no supieron actuar a tiempo. “Que sepan que estoy en la calle y no hagan nada… Estoy muerta en vida”, dijo Rocío entonces. “¿Qué hago, dónde me voy ahora?”, se preguntó.
No obstante, el vecindario actuó rápido. Esta familia jerezana con dos niñas, de 12 y 3 años de edad, buscaba un "alquiler urgente" desde el pasado 7 de febrero, cuando los Servicios Sociales telefonearon por primera vez a Rocío para decirle que el banco no les hacía un alquiler social, que tenían que abandonar el piso y buscarse ellos mismo un alquiler privado, el cual el Consistorio pagaría. Sin embargo, no pudieron encontrar nada en 24 horas, y a la mañana siguiente fueron desalojados. Fue entonces cuando acudieron al Ayuntamiento, y las técnicas municipales le dieron una solución temporal: cuatro noches en un hotel y un cheque de 150 euros para gastar en Carrefour.
Aparte, ese mismo día la familia jerezana informó a este digital que una vecina de la barriada le había comunicado que había un piso libre cerca. Rocío, rápidamente, se puso en contacto con la propietaria, que se encontraba viviendo en otra región de España. Entonces, parecía que podrían tener suerte. Y así ha sido. "La propietaria quería un escrito por parte del Ayuntamiento que le garantizara que se iban a hacer cargo del alquiler. El lunes hablé con la trabajadora y me dio el cheque para cobrarlo. Se lo dije a la mujer del piso y me dieron las llaves por la tarde", relata Rocío.
Aun así, la familia sigue a la espera de que los Servicios Sociales le encuentren una vivienda de protección oficial (VPO), "un piso que yo diga, esto es mío", dice la jerezana. Para poder echar raíces y no desestabilizar más a sus hijas. "Está toda la familia trastornada. La pequeña se ha llevado todas las noches llorando porque quería volver a casa, y la mayor no quería ir al colegio porque le daba vergüenza. Tenía miedo de que se fueran a meter con ella", comparte su madre. Pero Rocío llamó a sus amigas para que le dieran fuerza y "calorcito". Así que ya ha vuelto a clase, después del mal trago.
Por otro lado, Rocío, que padece colitis ulcerosa, dice que ha tenido un brote de la enfermedad tras el estrés y la ansiedad que le provocado el desalojo. Una situación que "no le deseo a nadie, ni a mi peor enemigo". Ante este trágico episodio que ha tenido que vivir esta familia, amigos del matrimonio jerezano han abierto una página de donaciones en Facebook para recaudar fondos en beneficio de Rocío Jiménez y Juan Castro. "Han desahuciado a esta familia amiga. Vamos entre todos a apoyarlos, somos muchos, podemos colaborar con lo que se pueda, para que puedan alquilar algo digno, mientras se buscan alternativas. Muchas gracias", firma Juan Paredes.
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