La ONG Ecologistas en Acción analiza cada año los 8.000 kilómetros de costa que aguarda el litoral español y asigna dos banderas negras por provincia a las playas más contaminadas o con más problemas medioambientales. El proyecto del puerto de Fonsalía en Santa Cruz de Tenerife o el Mar Menor en Murcia son algunas de las 48 playas españolas que vuelven a izar las Bandera negras este verano dada su situación de agravamiento con el paso del tiempo.
Entre los problemas que denuncia este control de calidad, que cumple su decimoquinto aniversario, destacan la especulación urbanística, vertidos de aguas residuales sin depurar, acumulación de basuras o la erosión de la costa. Este año, como novedad, el informe también incluye una mención especial a las afecciones de origen humano sobre la biodiversidad costera, daños ecológicos que ponen en peligro a cientos de especies vegetales y animales.
Así, se hace referencia a ejemplos claros de especies que están siendo amenazadas actualmente como lapa Patella ferruginea, las praderas de la fanerógama marina Cymodocea nodosa, las algas del género Gelidium spp o la gestión ineficaz sobre el alga invasora Rugulopteryx okamurae.
La crisis sanitaria, económica y social derivada de la COVID-19 también queda reflejada en el informe, que indica el vertido de mascarillas y guantes en los mares como una de las consecuencias de la pandemia.
En los últimos años, se han otorgado un total de 284 banderas negras y "desafortunadamente, no todas las situaciones que se llevan denunciando tantos años han podido solucionarse de manera favorable", como ha denunciado la portavoz de Ecologistas en Acción, Clara Megías.
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