Jesús Sierra, el doctor en Farmacia chiclanero que ha orquestado uno de los mayores estudios sobre Covid-19

Desde casa, mientras está de permiso de paternidad en el Hospital de Jerez, ha puesto en marcha un registro que pone en común la evolución de casi 5.000 pacientes, fundamental para la investigación. "La ciencia no es un dogma, tiene que saber autocuestionarse siempre"

Jesús Sierra, en su casa en Jerez, desde donde ha organizado el registro nacional mientras está de permiso paternal. FOTO: MANU GARCÍA
Jesús Sierra, en su casa en Jerez, desde donde ha organizado el registro nacional mientras está de permiso paternal. FOTO: MANU GARCÍA

Jesús Sierra (Chiclana, 1977) es doctor en Farmacia por la Universidad de Granada, además de Jefe de Sección del Uso Racional del Medicamento de la Farmacia del Hospital de Jerez. Esta pandemia le ha pillado de permiso paternal. Su labor es importantísima, pero la de su esposa, también. Así que él continúa con esta baja mientras ella está en primera línea. Él, cuida de los hijos, el recién nacido y otro mayor. Pero le llamaba la obligación. Algo tenía que hacer. Y vaya si lo ha hecho.

Todo empezó con un mensaje de texto a la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. La posibilidad era habilitar un registro a través de este organismo asociativo de los profesionales para conocer el desarrollo del coronavirus, cómo se estaba tratando y qué medicamentos resultaban más efectivos. Tratándose de un virus nuevo, sin apenas estudios en el mundo, había mucho que hacer. Y desde su salón de casa, entre lo que cuida a uno, juega un poco con el otro, acaba dedicando incluso sus madrugadas a esta labor. El registro es el mayor de España y, al menos que tenga constancia, tan solo uno en Estados Unidos aporta tanto número de pacientes. No influyen en qué medicamentos usan los especialistas, pero sí pone en común los que han usado y el resultado obtenido. Esta entrevista es, en sí, una llamada a la ciencia, al método científico, que se basa en el estudio, frente a los vendehumos que ofrecen resultados a corto plazo.

¿En qué consiste su labor en el Hospital y cómo se relaciona con el estudio del coronavirus?

Nos dedicamos a valorar qué estudio están detrás de los medicamentos, si tienen más calidad o menos. No todos son útiles. Cuando ha llegado el Covid-19, nos hemos dado cuenta de que no había estudios, porque no ha habido tiempo ante una enfermedad nueva. No ha habido tiempo para desarrollar, hemos tenido que utilizar las herramientas de China, Italia o incluso del resto de hospitales en España, sin tener una idea clara de si resultaban o no. Ése ha sido el contexto en los hospitales. Y al ver esto ha surgido la necesidad de al menos recoger los resultados en un registro. Hablé con los responsables, y entendieron que era necesario. Con ayuda de su soporte, hemos recogido datos conjuntamente de 140 hospitales españoles.

¿Cuándo lo vio? ¿Con el primer caso en Jerez?

Esto lo empiezo a ver al ser consciente de que se están usando tratamiento que no sabemos si funcionan. Yo he trabajado en Madrid, y veía lo que me comentaban que hacían allí, antes de que tuviéramos en Jerez muchos casos. Estábamos usando fármacos que no sabíamos si iban a funcionar. Me parecía muy importante. Había mil casos en toda España, sería el 8 de marzo. Por entonces eran unas cifras muy pequeñas. Yo pensaba que nos quedaba mucho camino por andar. Todavía hoy se diagnostican 1.500 casos al día. Ahora se puede aplicar lo aprendido.

¿Cuál es su labor?

Formar un equipo y escribir un protocolo de trabajo común para todo el mundo, para diseñar el cuaderno de recogida de datos electrónicos y que lo pueda sacar cada investigador.

¿En qué situación se encuentran los estudios de coronavirus?

Lo que tenemos ahora mismo son estudios de China, con pocos pacientes y sin conclusiones sólidas. Con 250 como máximo, menos de 300 pacientes. Y hace falta tener mucha población en estudio para llegar a conclusiones que sean sólidas. Hoy llegamos a tener cerca de 5.000 casos en ese registro, que ahora mismo es de los mayores a nivel nacional. Nos va a permitir tener una foto muy clara de lo que hemos hecho a nivel nacional y qué resultados ha tenido. No hay resultados publicados por ahora, pero por lo que estamos viendo, lo hemos hecho bien. Tenemos al menos una primera orientación, creo que hemos hecho lo mejor que se podía hacer.

FOTO: MANU GARCÍA

¿Ve a las administraciones haciendo lo que pueden? Estamos en un contexto en el que el político con más poder en el mundo, Trump, lanza al aire unas sugerencias peligrosas como inyectar desinfectante en los órganos afectados, una barbaridad.

Mi sensación es que sí. Cuando se me ocurre esto del registro, lo primero que hago es hablar con los conocidos que tengo en el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española del Medicamento. Por entonces tienen problemas mayores, a mediados de marzo, como la falta de mascarillas. Pero sí han reaccionado, y han facilitado la investigación. Hay muchos estudios observacionales, estudios con calidad pero con menos pacientes, y bien dirigidos para encontrar tratamientos eficaces. A Trump me gustaría no valorarlo. Pero la situación se presta mucho a opinar de forma no documentada, pero por un tema muy sencillo: hay muchas decisiones que tomar y no hay estudios suficientes.

El mensaje entonces es que hay gente trabajando, y que no se puede exigir prisa al método científico.

En mi ámbito, todas las decisiones, de cualquier terapia, se toman maximizando beneficios y minimizando el riesgo. Lo llevamos a cabo si entendemos que tiene unas mínimas garantías de resultado. Eso está en el método científico, es la medicina basada en evidencia. Si ha habido problemas con pseudoterapias para afrontar el coronavirus, tiene que ver con que ese problema existía de antes. Hay iniciativas para desmentir esa mala ciencia. ¿Qué ocurre? Que en este momento agudo de mucha necesidad de conocer un tratamiento, todo se centra en eso. Como ejemplo, antes del coronavirus, teníamos problemas con la terapia oncológica. Hay pacientes que acuden a pseudoterapias, porque el cáncer no está vencido en todos los terrenos. Es posible que no haya una respuesta o no se haya podido encontrar todavía. Difícilmente desde la pseudoterapia creo que se va a encontrar.

Parece que en un sector desciende la confianza hacia la ciencia, porque hemos visto algunos casos de expertos que se desdicen. Más allá de lo que signifique políticamente, ha ocurrido con la desconfianza hacia Fernando Simón o hacia la OMS en el asunto de la transmisión por aire y si usar o no mascarillas.

En eso, hay algo que creo que es fundamental entender: la ciencia es capaz de autocuestionarse, no es un dogma. No es algo que no sepa reconducirse. Siempre toma la decisión con la mejor evidencia en la mano. Esto es objeto de corrección siempre, y menos mal, porque no llevas adelante en el tiempo los errores. Un error siempre tiene que ser interpretado en positivo. Sobre todo ante una enfermedad tan nueva. Hay una parte de conocimiento certero y otra de aceptación de incertidumbre, porque la ciencia siempre tiene margen de error. Y con eso hay que seguir trabajando, porque, si no, no avanzaríamos nunca.

Ahora hay un tratamiento prometedor, un antiviral, que parece finalmente no ser tan efectivo según estudios, pero su laboratorio insiste en que es el mejor medicamento. ¿Qué opina?

El rendesivir. Hoy se publica un estudio negativo. la realidad es que no tenemos estudios, porque hay uno con alta calidad pero una población de pacientes pequeña, y otro con poca calidad. No podemos decir que no sirva, pero tampoco que sirva. Lo que sí se está haciendo es una combinación de hidroxicloroquina, habitualmente usado para enfermedades reumatológicas, con un medicamento del VIH, lopinavir-ritonavir. Esa es la combinación que se utiliza en la mayor parte de los pacientes. Nuestro estudio es observacional, no decidimos con qué se trata, sino viendo qué ocurre con el tratamiento habitual. El Ministerio recomendó los fármacos, y vemos qué resulta. Hay centros que han decidido modificar las pautas, han introducido o dejado de utilizar algunos medicamentos, y estamos viendo qué resultados ha tenido.

¿Necesita más recursos públicos o privados?

Estaría bien disponer de recursos públicos. Los privados son los de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, de la que soy un asociado. Mi sociedad se ha prestado a promoverlo desde el primer mensaje, con una respuesta positiva, aunque es cierto que son los recursos privados de una sociedad científica. No hemos obtenido financiación pública. En un primer momento era un proyecto para 13 hospitales. Podría interpretarse entonces como de poco alcance, con una proyección de 500 pacientes. Pero, claro, al empezar a unirse tanta gente y ser ya unos 140 ó 150 centros y tener 5.000 pacientes... De hecho, estamos de nuevo buscando financiación.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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