Un árbol es sinónimo de vida. Un árbol proporciona numerosos beneficios a todos los seres vivos. Los árboles coexisten y conviven con los seres humanos en las ciudades y hacen del entorno, un espacio más limpio, bonito y amable para su habitabilidad. Pero de un tiempo a esta parte, diferentes formaciones ecologistas, entre las que destacan la Plataforma El Árbol y AGADEN-Ecologistas en Acción, están denunciando la poda y talado "de forma incriminada" de estos habitantes vitales en Cádiz y San Fernando.
Entre los numerosos beneficios que los árboles aportan a los espacios urbanos, la ingeniera forestal, Ángela Garrote, destaca la producción de oxígeno, su contribución a la reducción del consumo energético, pues "con sus grandes copas nos dan sombra en verano y al perder las hojas en invierno, permiten el paso del sol, así como la mejora de la calidad del aire al generar oxígeno y la retención de gases y partículas contaminantes con sus hojas".
Su poder embellecedor es patente gracias a sus flores y colores primaverales y otoñales. Además, añade Garrote, "son refugio de biodiversidad para la fauna urbana, mantienen el suelo, regulan la humedad y contribuyen a la actividad del clima". Al igual que "conservan y mejoran la calidad del entorno urbano, haciendo que la percepción de la ciudad sea más confortable y agradable, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas", anota.
Para Garrote, nuestra existencia presente y futura "están unidas a la existencia de los organismos vegetales". Y sostiene que sin la presencia de las plantas, no sería posible la vida en la Tierra, tal y como la concebimos ahora. A pesar de todos estos beneficios, lamenta que cada otoño se les someta "desgraciadamente" a unas "inexplicables prácticas arboricidas".
"Se cortan de forma incriminada, sufren una continua y recurrente agresión que los desestabiliza, que ponen en peligro su existencia. Y el resultado es un aspecto desolador del arbolado, mermando el patrimonio arbóreo, ciudadano y contribuyendo a su muerte y a su desaparición", expresa. Garrote avisa de que un árbol que esté situado en un medio adecuado, al que se va adaptando poco a poco, y que no tenga problema para desarrollar su parte aérea o subterránea, así como que no presente debilidad o ataques parasitarios, no necesita poda.
La única poda que puede beneficiar a un árbol es para que fructifique, como en el caso de los frutales, pero no en el arbolado urbano. "Lo que se pretende con los árboles ornamentales que están en nuestros parques y calles es que cada ejemplar se aproxime al aspecto que tendría en la naturaleza sin la intervención humana, ahí está su belleza", asegura la ingeniera. "Cuando a un árbol se le elimina alguna o todas sus ramas, el resultado es un lugar peligroso e inseguro porque se originan cavidades, pudriciones, y se crea un punto débil de anclaje de las nuevas ramas, que son mucho más inestables, con un mayor riesgo de fractura".
Aquí aparecen los problemas. "Cuando se poda, se reduce la capacidad productiva del árbol, es decir, su esperanza de vida, porque favorece la aparición de plagas y enfermedades, además de eliminar su valor patrimonial y su contribución al paisaje del lugar", declara. Desde un punto de vista económico, considera que tampoco tiene mucho sentido, ya que "las podas resultan caras, aumentan el volumen de leña a retirar y si el árbol sobrevive, necesitará podarse todos los años porque las ramas saldrán de forma desordenada".
En el mejor de los casos, los árboles quedarían muy débiles, explica, "teniendo que prever los costes de los posibles daños –caídas, enfermedades, plagas–. Y si se muere, poner otro ejemplar". Motivos suficientes por los que Garrote apela a la responsabilidad ciudadana para que traten a los árboles como seres vivos y no como mobiliario urbano. "No tiene sentido que se tomen como farolas o bancos, por eso es importante luchar contra la generalización de estas prácticas excepcionales –las podas– que se transforman en una herramienta normal de gestión". "Porque los árboles son nuestro marco de vida, nuestro paisaje", concluye.
Recorrido arboricida de la Bahía de Cádiz
La bióloga y activista ecologista, Paula Marchena, revela a lavozdelsur.es algunas de las zonas donde se están realizando estas prácticas arboricidas, que han ido registrando en los últimos tiempos.
San Fernando, según cuenta, es el caso más sangrante. Se han visto podas a lagunarias en Puerto de Palos; en Périz Junquera, junto al puente de Bahía Sur; General García Herrán con unas moreras "casi mutiladas"; Avenida poeta Rafael Alberti, Calle Real; Federico García Lorca, "donde hay árboles podados en forma de chupa chups", que es, asegura, "lo peor que se le puede hacer a un árbol", sobre todo para las aves que viven en la zona. Y en los algarrobos de la Avenida Ponce de León.
En Cádiz, aunque se realizan podas de forma sistemática, asegura no ser tan drásticas. En la Avenida Andalucía, a parte de las podas, se han realizado talas de las que han dejado los tocones, o zonas donde está el alcorque y no han repuesto. Plaza de Mina, Acacias o el Campo de las Balas donde quitaron unas melias. También talaron algunos ejemplares a la altura del edificio de Actividad Portuaria y otros los podaron casi a punto de matarlos, expresa. En la Avenida Sanidad Pública hay árboles talados. El recorrido se extiende por la Alameda en el Paseo Santa Bárbara, 4 de diciembre, Canalejas y en la avenida de la muralla de San Carlos, donde hay unas melias que las podan varias veces al año y se encuentran esqueléticas. "En breves enfermarán y morirán", alerta la bióloga.
Reunión con las instituciones
Desde la Plataforma El Árbol aseguran haber tenido una reunión hace una semana con el Ayuntamiento de San Fernando para abordar el tema de las podas y denuncian su "falta de compromiso". "No es la primera vez que nos reunimos, pero siempre se justifican en la falta de personal, que los árboles molestan a los vecinos y que hay gente alérgica o que pide que se quiten los árboles para ver el paisaje", revelan.
Además, advierten que de una lista de 500 árboles que prometieron plantar no han visto ninguno, y que tampoco les facilitaron el Plan de Arbolado que solicitaron. "También quieren quitar las palmeras y algunos ficus de la Plaza del Rey, que llevan allí más de 40 años, y poner en su lugar veladores para que den sombra", apuntan.
A la concejala de Medioambiente y el técnico del Ayuntamiento de Cádiz le han trasladado las mismas quejas. "Parece que quieren hacer un plan de arbolado y se comprometieron a empezar a elaborarlo en colaboración con nosotros", asegura Marchena. No obstante, advierte que se están llevando a cabo más podas e incluso talas en obras de edificios en construcción, pero "nos dicen que el Ayuntamiento no tiene nada que ver", que es competencia privada.
La respuesta del Ayuntamiento de San Fernando
"Creemos que habrá pocas ciudades del país que cuenten con un Plan de Arbolado tan ambicioso como el nuestro", han declarado a lavozdelsur.es desde el consistorio isleño. En este sentido, aseguran que van a dedicar este año 2022 "1,3 millones de euros –es un plan específico de arbolado y vegetación que incluye unos 600 ejemplares–, ya presupuestado y pronto se empezará a ejecutar".
Además, informan sobre la inversión de otros 600.000 euros para nuevas zonas verdes en Constitución o Fadricas II, este mismo año. Y ayer mismo, empezaron los trabajos para mejorar las zonas verdes del Parque Sacramento (vamos a destinar unos 100.000 euros).
Por otro lado, destacan "grandes actuaciones", como la que representan "los más de 97.000 metros cuadrados del Parque de La Magdalena, con zonas verdes y vegetación prevista de enorme valor para poder disfrutar desde el minuto uno de su finalización de un gran parque arbolado". Asimismo, esperan firmar en breve "el contrato de este gran proyecto y van a comenzar las obras esta misma primavera".
Respecto a la Plaza del Rey, dicen que "las palmeras que ocupan el espacio central se retiran, pero se van a replantar en otra zona de la ciudad y así está diseñado el operativo con expertos en este aspecto". Y en cuanto a los ficus, advierten que "ya se modificó el proyecto de remodelación de la plaza en su momento bajo la premisa del mantenimiento y conservación del arbolado".
De esta forma, explican, "se diseñó una nueva propuesta en la que se preservan el mayor número posible de ellos y los que están en mejor estado, y se ha posibilitado la convivencia de los árboles con la actividad hostelera existente y con las múltiples posibilidades de uso, encuentro de la ciudadanía y dinamización que estamos poniendo en marcha en este espacio".
Para ello, prosiguen "se han buscado técnicas complejas para que lograr que la conservación del arbolado no dañe las canalizaciones del reformado espacio de la Plaza del Rey, y no provoque complicaciones como el levantamiento de la solería y problemas de falta de accesibilidad". Tras analizar otras ciudades, hacen saber que "los ficus como los que hay en ese espacio generalmente se emplazan en zonas verdes y parques, y no en plazas".
Aseguran finalmente que "los pocos ficus que se retiran se llevan por el momento al vivero municipal, para conservarlos ahí hasta que se puedan replantar en otras zonas verdes de la ciudad ya existentes o proyectos de zonas verdes".
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