La indignación y rabia de una madre y una hermana sin consuelo: "Que se ponga Marlaska el traje de neopreno"

Francisca y Celia han mostrado su malestar por lo vivido con el ministro del Interior durante el funeral de Miguel Ángel González, el guardia civil asesinado en Barbate junto a David Pérez

Francisca y Celia, madre y hermana de Miguel Ángel, guardia civil asesinado en Barbate, en 'Espejo Público'.
Francisca y Celia, madre y hermana de Miguel Ángel, guardia civil asesinado en Barbate, en 'Espejo Público'.

Francisca Gómez y Celia González, madre y hermana, respectivamente, de Miguel Ángel, el guardia civil de San Fernando asesinado en Barbate junto a David Pérez, han expresado su indignación y rabia con la presencia del ministro del Interior, Grande-Marlasa, en el funeral llevado a cabo en la Catedral de Cádiz. 

Celia ha contado en Espejo Público que cuando llegó Marlaska la apartaron del féretro de su hermano en la capilla ardiente. "Yo estuve todo el tiempo a su lado. Cuando me enteré de que llegaba ese hombre –por Marlaska–, pedí que me avisaran porque no le ponía cara en ese momento con tantísima gente que había allí que no conocía. Hubo un momento en el que una chica guardia civil y otro chico que creo que era político, me dijeron que estaba un poco mal y que me fuese a tomar algo para relajarme. Cuando regresé, me enteré de que acababa de venir el señor este". 

"Cuando me escucharon, pensaron que la va a liar. Mi madre estaba llorando y no iba a decir nada. Mi padre sí tuvo cuatro palabras con el ministro. Tengo entendido que le dijo que mi hermano había muerto por falta de medios", ha añadido Celia. 

Por su parte, Francisca, la madre de Miguel Ángel, también ha mostrado su malestar con Marlaska y las declaraciones que realizó en las que calificó la operación desarrollada por los agentes como "técnicamente impecable". Sobre esto, ha señalado: "Es un mentiroso igual que su jefe. Que se ponga él el traje de neopreno y se monte en la zódiac, a ver qué es lo que siente".

Francisca ha confesado que a lla le cogió en fuera de juego cuando llegó Marlaska. De haber estado en mejores condiciones, "a mí no se me acerca y no me da el pésame ese hombre. Para mí es una alfombra donde yo me pueda limpiar los pies. Lo siento mucho, no quería entrar en política. Se acercó al padre de mi hijo para ponerle la medalla en el féretro y hacerse la foto. Mi hijo no quería eso. Mi hijo tenía muchas medallas por haber hecho muy bien su trabajo. Tenía medallas de honor, a la valentía... Él estaba muy orgulloso de su uniforme e iba con todas sus medallas colgadas. No le hacía falta una más y menos así, de esta manera".

Sobre el autor:

R. G.

Periodista con más de veinte años de experiencia en los medios de comunicación (prensa escrita, digital, radio y televisión). Autor de 'Nosotras. Historias del olvidado deporte femenino' y otros seis libros más. Recuperando la ilusión por contar la vida en lavozdelsur.es

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