El hombre que pinta azulejos de Trebujena con la técnica de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina

Este pintor de brocha aprendió hace 14 años el mundo de la cerámica y, desde entonces, ha fabricado números para casas y letreros de calles, plazas y fincas de la localidad

Gaspar pinta azulejos de Trebujena, a veces, con la técnica del estarcido, que Miguel Ángel usó en la Capilla Sixtina.
Gaspar pinta azulejos de Trebujena, a veces, con la técnica del estarcido, que Miguel Ángel usó en la Capilla Sixtina. MANU GARCÍA

Intensos ladridos provienen de la calle Golondrina en Trebujena. Unos azulejos indican el nombre de esta vía donde reside el hombre cuyas manos han creado los trazos de sus letras. Su perra, Luna, mira a su dueño desde la entrada. Gaspar Ganfornina, de 59 años, la acaricia. Este trebujenero está detrás de muchísimos rincones del callejero de este pueblo gaditano.

A pulso, ha pintado sobre azulejos nombres de fincas, campos, plazas, calles o establecimientos. El rincón de Manué, Villa hormiga, Pescadería Manteca o Librería El Quijote exponen estos objetos en su entrada, también visibles en la calle Juan de Mariana, Pasaje de la Soléa o plaza de la Igualdad.

“Viene mucha gente a encargar números para sus casas”, dice. Probablemente, la mayoría de sus vecinos tengan una obra suya junto a sus puertas. Letreros con letras bonitas, a veces acompañadas de elementos decorativos, que se unen a tableros de ajedrez o parchís o a una imagen de Nuestra Señora de Palomares, la patrona de su tierra.

Detalle de algunos números fabricados por Gaspar.
Detalle de algunos números para casas fabricados por Gaspar.   MANU GARCÍA

“Al número 61 de la calle Rafael Alberti le puse ese dibujo y le encantó”, comenta Gaspar señalando el azulejo, con un cuadro del poeta portuense. Siempre suele decantarse por escenas relacionadas con el lugar donde nació, por eso, se distinguen desde la Ermita de Palomares hasta el río Guadalquivir o su mascota.

"Era su alumno más aventajado"

El trebujenero dio sus primeros pasos en el mundo de la cerámica en 2008 cuando tuvo curiosidad por aprender. Era una de las actividades que, por entonces, ofertaba la escuela de adultos. “Allí estaba Guadalinfo, yo iba mucho por allí y un día vi que estaban haciendo cerámica”, recuerda.

Sin pensarlo dos veces se apuntó al taller y en septiembre de ese mismo año se sumergió en las clases impartidas por el artista Juan Galisteo. “Fue él quien me impulsó, parece que yo era su alumno más aventajado, me animaba a comprame un horno”, dice desde su espacio de trabajo donde se divisa ese horno, adquirido en Sevilla.

El trebujenero durante la entrevista con lavozdelsur.es.
El trebujenero durante la entrevista con lavozdelsur.es.    MANU GARCÍA

Desde entonces, Gaspar ha dado rienda suelta a esta práctica artística que considera “como un hobby”. Funciona por encargos pero, cuando no tiene, sigue moviendo el pincel. “Aquí hecho el día entero y me distraigo mucho”, comenta el trebujenero que a lo largo de su vida se ha dedicado a muchos ámbitos.

Su oficio siempre ha sido pintor de edificios, pero también ha trabajado en la construcción como albañil y en el Ayuntamiento, donde actualmente es conserje y, en verano, se dedica durante cuatro meses a la limpieza y el mantenimiento de la piscina municipal. “Los años no perdonan pero sigo con mi brocha gorda”, expresa risueño.

Gaspar no pierde la sonrisa de su rostro mientras enseña algunos de sus trabajos guardados en el taller, repleto de herramientas y materiales. “En este me he pegado más de una semana y ese lo he hecho hoy”, añade. Entre sus creaciones, además de encargos del Ayuntamiento, se observan regalos y recuerdos, retratos de vecinos y de bebés recién nacidos junto a su nombre, su peso, su medida y la fecha y hora en la que vinieron al mundo.

Números para casas en Cerámica Trebujena.
Números para casas en Cerámica Trebujena.   MANU GARCÍA

Su huella permanece en los hogares, en la calle y en otros puntos de Trebujena cargados de historia. En el Cerro de la Memoria se encuentra una obra encargada por la Mesa por la Recuperación de la Memoria Histórica para la celebración del día de la República que refleja nombres de represaliados junto a una escena.

“Los fascistas entraron por el parque de La Toya y allí fueron los jornaleros con las escopetas que tenían de caza”, cuenta Gaspar mirando el boceto que el Consistorio le facilitó. Sus azulejos también reposan en el cementerio donde una ilustración, de Ismael Pinteño, recuerda un fusilamiento.

El camposanto también se convirtió en un lugar más de su rutina durante un tiempo. “Fui de voluntario a ayudar en la fosa, les gusté y me propusieron trabajar con ellos, estuve cuatro meses, 76 cuerpos”, comenta Gaspar.

Escena de un fusilamiento que se encuentra en el cementerio de Trebujena.
Escena de un fusilamiento que se encuentra en el cementerio de Trebujena.   MANU GARCÍA

Sus detalles calcados minuciosamente visten al pueblo tras horas de un trabajo totalmente artesano con el que disfruta mucho. Desde su taller, el trebujenero cuenta el proceso de creación de las piezas, desde que selecciona la dimensión de los azulejos hasta que abre el horno para ver el resultado.

Según explica, “pongo los azulejos por la cara B y le pongo cera por los bordes. Si tienes los dedos manchados por esta parte no lo puedes tocar”. Después, los baña en esmalte blanco y espera a que escurra y, a continuación dibuja sobre ellos.

"Hay que atinar"

“Esto es más difícil que pintar un lienzo, este puedes retocarlo pero aquí no puedes porque le quitas el esmalte”, comenta frente a numerosos botes con pigmentos de colores. Apoya su mano en el tiento, varita para controlar el pulso, y acerca con delicadeza el pincel al azulejo. “Aquí hay que atinar”, expresa al mismo tiempo que finaliza una frase: “A todos lados se va pero a Trebujena se vuelve”.

Detalle de las pinceladas de Gaspar.
Detalle de las pinceladas de Gaspar.    MANU GARCÍA
Azulejos utilizados por Gaspar.
Azulejos utilizados por Gaspar.   MANU GARCÍA
El artesano cubre el azulejo con esmalte blanco.
El artesano cubre el azulejo con esmalte blanco.    MANU GARCÍA
Así queda el azulejo tras bañarlo en esmalte.
Así queda el azulejo tras bañarlo en esmalte.    MANU GARCÍA

Cuando a Gaspar le toca hacer números, sí utiliza una plantilla diseñada por él y aplica la técnica del estarcido, la misma que usó Miguel Ángel en la Capilla Sixtina para realizar los frescos. Tras pasar polvo de carbón envuelto en tela por encima, calca las líneas.

Una vez que ha terminado los dibujos, es hora de introducir el azulejo en el horno. “Ahora está a 25 grados. La temperatura que tiene que alcanzar es cerca de 1.000 grados y tarda unas 8 o 9 horas en hacerlo. El resto, tiene que enfriarse”, explica este artesano que, en sus inicios, montaba un puesto en el Trebufestival y alguna otra fiesta para mostrar sus piezas.

Gaspar posa delante de los azulejos en su taller en Trebujena.
Gaspar posa delante de los azulejos en su taller en Trebujena.   MANU GARCÍA

Delante de un enorme Guernica —muestra La Lectura, también de Picasso—, reconoce que “muchas veces tiene uno la cosilla de querer abrirlo para ver cómo ha salido el trabajo, pero lo mejor es esperar porque en cuanto entra aire frío, salta el azulejo y te lo cargas”.

Luna espera en la puerta a que su dueño termine de descubrir los entresijos de su taller. Un hombre que, sin duda, ha dejado una estela en su localidad con cada trazo que calienta en su horno. “Algo va a quedar ahí”, ríe.

Sobre el autor:

profile_picture

Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

...saber más sobre el autor

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído