"Estoy muerta de miedo y mi hijo también lo tiene", cuenta Fátima, madre de una supuesta víctima del organista Ángel Hortas, quien ingresó en prisión provisional el pasado mes de abril, tras ser detenido después de que la Policía Nacional recibiera al menos una decena de denuncias hablando de presuntos abusos sexuales a menores.
En pleno mes de julio, tres meses después de entrar en prisión provisional, Ángel Hortas está en la calle tras entender el Juzgado de Instrucción número 1 de Jerez que la investigación ha terminado y no hay riesgo de destrucción de pruebas, atendiendo así a la solicitud de su defensa y del Ministerio Fiscal.
Los familiares de las supuestas víctimas están indignados. "Mi hijo ha desarrollado una psicosis y no se quiere quedar solo con hombres", señala Fátima, que no se llama así, pero quiere preservar el anonimato, sobre todo, por su hijo.
En el momento de su detención, que provocó una gran conmoción en Jerez y otras localidades, la Policía Nacional hizo un relato de los hechos estremecedor: "Presunto autor durante décadas de agresiones sexuales cometidas contra niños, menores siempre de 14 años, residentes en Jerez y Sanlúcar", añadiendo que "las agresiones habrían sucedido tanto en las dos ciudades gaditanas como en otros municipios de la provincia de Cádiz como Arcos de la Frontera y Bornos, así como en Sevilla capital y en la ciudad autónoma de Ceuta".

Los denunciantes, cuyo número es difícil de determinar, pero que superarían la docena, relatan hechos sucedidos desde 1992, aunque la primera denuncia no se interpuso hasta 2004. Fue Mariluz, madre de otra víctima, la que se decidió a denunciar, aunque en su momento hubo quien la tildara de "loca", porque no se creían que Hortas pudiera hacer algo así.
El hijo de Mariluz, cuando detectaron que podía estar siendo víctima de abusos sexuales por parte del organista, tenía ocho años. El pequeño no contaba nada. Como otros menores, cuyos padres hablan con lavozdelsur.es, tenía muy interiorizado que debía guardar silencio. A cambio, recibía regalos. Desde dulces a rotuladores.
"No entendemos a la Justicia", comenta esta madre, que no comprende cómo puede estar libre Hortas. En su día, hace más de 20 años, cuando detectaron conductas anómalas en su hijo, y empezaron a investigar, se enteraron de posibles abusos perpetrados durante su labor como docente en Sanlúcar, que fue constatada por la Policía Nacional cuando fue detenido el pasado mes de abril.
"Una vez me dijo que llevara a mi hijo a un examen oral por la tarde. Sacó un 9. Aquella noche me dijeron que nunca lo dejara solo con él. Ahí me quise morir, porque encajé todas las piezas", denuncia Mariluz.
Fátima, que cuenta un relato parecido, denunció en 2009. Su hijo entonces tenía nueve años. "No me di cuenta de nada hasta que hizo un comentario inocente", recuerda. "Dijo que le hacía masajes, porque le dolía el cuello de tocar el piano. Luego con sutileza le fuimos sacando información", señala.
Más tarde, dice, constató que su hijo "había sido uno de los elegidos; a cambio de portarse bien le hacía regalos y le subía las notas". La familia interpuso una denuncia, pero se archivó en tiempo récord, apenas dos meses después, porque "la jueza dijo que era la palabra de un niño muy pequeño".

"Durante mucho tiempo desaparecieron las denuncias", se queja Fátima, quien ha enviado durante estos años varios escritos a la delegación territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional en Cádiz. Recientemente, mantuvieron una reunión con la delegación en la que su hijo relató muchos hechos que ella desconocía.
Hortas, en libertad condicional
El auto del Juzgado de Instrucción número 1 de Jerez recoge que Hortas debe cumplir una serie de medidas cautelares tras su puesta en libertad provisional, como comparecer en sede judicial semanalmente, tiene prohibido salir del país, y también acercarse o comunicarse con las presuntas víctimas que han denunciado.
La propia Policía Nacional, en una amplia nota de prensa remitida a los medios el pasado mes de abril, contaba que los presuntos acosos tenían lugar en el contexto de las formaciones musicales que impartía Hortas, que "utilizaba su posición como docente y su reputación en el ámbito musical para ganarse la confianza de sus víctimas, tanto en entornos presenciales como a través de plataformas digitales".
"Estas situaciones eran propiciadas por el mismo detenido con la excusa de llevar a cabo tutorías, clases personalizadas, convivencias y viajes organizados. Todo ello con el objetivo final de conseguir un entorno seguro y a solas con los afectados para llevar a cabo las agresiones con total impunidad", relataba la Policía Nacional.
El CNP detallaba que los supuestos abusos se habrían producido en sedes académicas y eclesiásticas, o durante viajes y otras actividades relacionadas con la enseñanza, pero también "en el interior de iglesias, conservatorios y domicilios". Incluso en el interior de la Catedral de Jerez.
Los investigadores han identificado, al menos, a una decena de víctimas, algunos ya adultos, "que fueron víctimas desde el año 1992 al año 2000, tres víctimas de agresión sexual actuales menores de edad, otras dos víctimas de ciberacoso sexual menores, y otras dos posibles víctimas cuyos casos siguen en investigación".





