La construcción en España atraviesa una crisis silenciosa, pero profunda: faltan albañiles y profesionales cualificados, mientras el oficio envejece sin relevo generacional. Lo que antes era una salida laboral estable y con alta demanda, ahora se enfrenta a la ausencia de jóvenes dispuestos a aprender y asumir la dureza del trabajo.
Según un estudio de BBVA Research, en 2007 uno de cada cinco albañiles (20%) tenía menos de 30 años; hoy ese porcentaje apenas alcanza el 5%. En cambio, los trabajadores mayores de 45 años superan ya el 65%, lo que evidencia que el relevo generacional prácticamente ha desaparecido.
Un oficio que ya no atrae a las nuevas generaciones
Durante décadas, la construcción ofrecía oportunidades rápidas y seguras. Sin embargo, factores como el esfuerzo físico extremo, los horarios largos y sueldos que no siempre reflejan el desgaste, han alejado a los jóvenes. A esto se suma la falta de prestigio social y escasas opciones de crecimiento profesional, lo que empuja a las nuevas generaciones hacia sectores como tecnología, marketing digital o diseño.
"No hay relevo generacional", asegura Pascual a Lecturas, albañil y dueño de una constructora. "Tengo cuatro obras en marcha y necesito personas que sepan gestionarlas, pero me encuentro con poca gente preparada. Necesito jóvenes que quieran aprender, pero no los encuentras".
Profesionales escasos y formación cara
La escasez de trabajadores preparados ha llevado a muchos empleadores a contratar inmigrantes, que llegan con voluntad, pero a menudo sin la formación técnica necesaria. Además, el aprendizaje se ha encarecido: antes se aprendía como peón en el día a día hasta convertirse en oficial, ahora los costes de formación y seguros dificultan crear cantera. "No sé si la solución es dar más facilidades a los empresarios para tener jóvenes en formación, porque si cada seguro cuesta 700 euros y la persona todavía no rinde, no sale a cuenta", añade en la entrevista Pascual.
Un futuro con oportunidades y mejores salarios
A pesar del panorama complicado, los expertos ven una oportunidad para los jóvenes. El economista Gonzalo Bernardos predice que los oficios técnicos de la construcción se revalorizarán rápidamente. "Pronto verás cobrar al yesero entre 5.000 y 6.000 euros", asegura, destacando que la escasez de profesionales unida a la alta demanda generará salarios competitivos y estabilidad laboral.
El cambio de mentalidad será clave para que las nuevas generaciones reconsideren la construcción no como un trabajo de segunda, sino como una profesión esencial y bien remunerada.




