Kiko Rivera ya se encuentra en su casa tras recibir en la tarde del lunes el alta hospitalaria tras cuatro días ingresado en el Virgen del Rocío de Sevilla, hospital en el que se estaba recuperando del ictus sufrido el pasado viernes.
El hijo de Isabel Pantoja, de 38 años, salió por su propio pie del hospital, pero ahora tiene un largo camino por delante de rehabilitación.
Aunque no ha sufrido daños cerebrales importantes, el ictus sí que le ha dejado secuelas que afectan a su sensibilidad. En los próximos meses tendrá que seguir un tratamiento farmacológico para tratar de mejorar en todo lo posible la falta de sensibilidad.
También los médicos le han aconsejado que evite los impactos emocionales. En su estado actual, no es nada conveniente que se someta a situaciones de estrés o ansiedad.
Igualmente, tras el infarto cerebral, el menor de los hijos de Paquirri tendrá que cuidar otros problemas de salud que padece como la diabetes y el ácido úrico.
"Nueva vida, ahora toca cuidarse. Toca pensar en mí", ha señalado el DJ tras llegar a casa. En un mensaje en redes también ha señalado. "He tenido y tengo mucho tiempo para pensar y mi vida ya no volverá a ser la misma y, para darle un poco de humor (aunque sin muchas ganas) ,he vuelto a nacer y va y me toca la misma cara de siempre".
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