"Hay demasiada gente pensando que todo el mundo quiere mentirle"

El doctor en Información y Propaganda Vázquez Liñan se plantea por qué no hay un pin parental para la religión en las aulas. "La derecha ha intentado controlar la educación desde hace siglos"

El profesor Vázquez Liñán. FOTO: US
El profesor Vázquez Liñán. FOTO: US

Miguel Vázquez Liñán (Vélez-Málaga, 1970) lleva ya una buena época siendo maestro de periodistas en la Universidad de Sevilla. Ha pasado de investigar la propaganda soviética en la Guerra Civil española (materia de su tesis doctoral) a la memoria histórica de ambos países. Coordina el Observatorio Eurasia y el grupo de investigación Memoria y Comunicación: los usos políticos del pasado en la Hispalense.

¿Se ha encontrado bots rusos por la calle?

Claro, son altos rubios y de ojos azules.

¿Pero existe injerencia como dicen?

Depende de lo que entendamos por injerencia. Parece probado que el estado ruso, igual que otros como EE. UU., intenta influir a través de las redes. Lo que pasa es que como estamos en un momento en que las relaciones internacionales se han polarizado, quizás se está exagerando. Que el alcance sea lo que dicen, lo dudaría. No creo que sea tanta la fuerza de la Federación Rusa, ni tanta como a Putin le gustaría tener.

¿Ni siquiera en Cataluña?

Me da la impresión de que esa es una exageración, venían a decirnos que realmente Putin tenía mucho que ver en lo que pasaba en 2017. No tengo ni una sola prueba. Creo que la intervención, si la ha habido, es testimonial. No creo que tenga tanta intención ni tanto poder.

Se culpa a los periodistas, y una parte está ahí y es cierto, pero por otro lado no podemos olvidar que los niveles de precariedad del periodismo dan verdadero miedo"

Pasada la época de esos carteles artísticos y belicistas de Guerra Civil, II Guerra Mundial... ¿La nueva propaganda son los memes?

No. Si los propagandistas hacen bien su trabajo, irán a través de los canales que lleguen a la población: series de TV, plataformas de internet, o el propio cine. Hay propaganda clásica, pero esa es menos influyente.

Entonces, la mayor injerencia de propaganda, ¿es americana?

A ver, no he estudiado la propaganda de Estados Unidos como para decir eso. Si hablamos de series, sin lugar a dudas, Estados Unidos tiene más capacidad. Como mínimo, la misma que Rusia.

¿Le tiene miedo a las noticias falsas, ahora llamadas 'fake news'?

La mentira ha existido siempre. La desinformación rusa existe, pero siempre ha existido la desinformación... Otra cosa es que ahora tenemos unos canales a través de los cuales esa información va deprisa y le dedicamos menos tiempo a contrastar. A lo que tengo miedo es a la desconfianza que generan los medios de comunicación, en un momento en que hay demasiada gente pensando que todo el mundo quiere mentirle.

El profesor Liñán, durante una conferencia. FOTO: UPO

No contrastamos pero a la vez desconfiamos.

El ciudadano medio se informa a través de medios de comunicación. Le llega por diferentes canales a una velocidad que no nos permite parar. Estar informado es un trabajo. Es normal que la gente no esté dispuesta a hacer ese trabajo.

¿La culpa es de los periodistas?

Me temo que no solo de los periodistas. Se culpa a los periodistas, y una parte esta ahí y es cierto, pero por otro lado no podemos olvidar que los niveles de precariedad del periodismo dan verdadero miedo. Tiene que vender las piezas permanentemente y rápido porque ni siquiera está contratado. En esa situación, la calidad no puede más que bajar. Periodistas en precario que no hacen gran periodismo de investigación, porque eso tarda cuatro meses. La opción es hacer una pieza rapidita que creo que puedo vender. Y si solo fueran los periodistas... Pero es toda la sociedad la que vive en desigualdad.

¿Cuál es la solución?

No podemos querer periodismo de calidad mientras sea precario. Todo pasa por reducir niveles de desigualdad en este país, trabajar con dignidad, algo que no existe en España.

¿Por quién manipularía un doctor en propaganda?

Manipulamos cada vez que hablamos, cada vez que mandamos un mensaje, porque seleccionamos, y desde ese punto de vista, pasa por nuestras manos y eso es manipular. Otra cosa es hacerlo por mis propios intereses, que no coinciden con lo que es lo mejor para la sociedad. Y en ese caso, no manipularía.

No hablan de protección al rico, incluso cuando sus políticas pudieran llevar a esos objetivos. Buscan una serie de enemigos fáciles. Tienen estos movimientos un mensaje social muy claro, contra la inmigración, diciendo que porque nos roban"

¿Y por qué idea sería capaz de engañar?

Uf, la verdad es que no me la he planteado. No lo sé.

¿Qué pasa por la cabeza de alguien que genera a sabiendas noticias falsas? Como vídeos de supuestas agresiones de inmigrantes en nuestro país pero que han sucedido en otros países donde ni siquiera son extranjeros. O cuando alguien coge una foto de nueve personas que han naufragado y muerto en una patera y dicen, a sabiendas, que son los autores de una violación múltiple.

Bueno, yo entiendo que personas sin escrúpulos puede haber en cualquier lugar y momento. Creo que es una minoría habitualmente la que lleva estas cosas a cabo, por un fin concreto. Si intenta enviar mensajes de odio y tiene entendido que estamos en una época en la que no todo se comprueba, puede colar, pues está buscando un fin, ideológico o monetario. Suelen ser las dos motivaciones y no están reñidas.

Esto es teoría de las ideologías, pero... ¿Por qué la gente vota a partidos que van contra sus intereses colectivos?

Yo entiendo que quien vota a un partido que podría parecer que va contra sus intereses es porque no lo cree. Parte de la idea de que ese voto le puede venir bien a él, apelan con el populismo, y el populismo es porque apela al pueblo en abstracto. No hablan de protección del rico, incluso cuando sus políticas pudieran llevar a esos objetivos. Buscan una serie de enemigos fáciles. Ha funcionado bien. Tienen estos movimientos un mensaje social muy claro, contra la inmigración, diciendo que porque nos roban. Esto se mezcla con un mensaje patriótico absolutamente triste y patético, basado exclusivamente en una abstracción de la patria, en la que cabe todo y de la que nadie se pregunta qué es.

¿No teme diciendo estas cosas que quieran ponerle el pin parental en sus clases de la Universidad?

El asunto al pin nos lleva a hablar de un detalle en lugar de lo serio. Estoy seguro de que siendo una estupidez no es el más grave de la educación. Cómo seleccionamos a nuestro profesorado, las ratios por aula..., son increíblemente más importante. Queda muy bien porque es un nombre pegadizo y el intento de control de la derecha de la educación es un clásico de siglos. Podríamos decir que yo debería tener un pin para excluir por completo a la Iglesia de la educación, la religión, pero a alguien podría parecerle además que las matemáticas son un peligro. Es una excusa para hablar de un detalle que atenta contra la libertad de cátedra, pero los problemas son más profundos.

Los últimos jóvenes a los que ha dado clase, es decir, los jóvenes de hoy en día, ¿son peores que en otros tiempos?

Mientras más viejo me hago, más difícil me resulta valorarlo. Sí me parece que hemos tenido una educación bastada en la en palabra escrita, que te da una serie de habilidades de pensamiento complejo, mientras que hoy se lee menos, menos textos largos, densos, que necesitan de mayor concentración. Nuestra atención la mantenemos menos tiempo. Esas capacidades, con otros ritmos, se están pediendo.

Pues a leer más, profesor.

A leer. Y a leer menos tuits. Porque en 240 caracteres caben muchas tonterías, y solo sirve pelear.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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