Un hospital de Murcia y una entidad aseguradora deberán pagar una indemnización de 38.000 euros a los padres de un menor que perdió un testículo después de que se le diagnosticara erróneamente estreñimiento en lugar de una torsión testicular, una dolencia que requiere atención urgente. Así lo ha confirmado una sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia, que desestima el recurso presentado por los demandados contra un fallo previo del Juzgado de Primera Instancia.
Los hechos se remontan a octubre de 2019, cuando el paciente acudió por primera vez al servicio de urgencias con dolor lumbar y malestar general. Según la resolución judicial, al día siguiente volvió al hospital porque su estado no mejoraba. Fue en ese momento cuando, según la Audiencia, debieron haberse “extremado las medidas para descubrir lo que realmente padecía”, especialmente a través de exploraciones físicas específicas.
Alegaciones rechazadas y peritajes enfrentados
En su recurso, los responsables del centro sanitario y la aseguradora defendieron que en ambas visitas “se hicieron al paciente todas las pruebas pertinentes” y que en ningún momento el menor manifestó síntomas que hicieran pensar en una torsión testicular, como dolor en el escroto o la ingle. Sin embargo, el tribunal subraya que el joven sí expresó molestias compatibles con una dolencia grave, lo que debió alertar al equipo médico.
La Audiencia considera que el retraso en el diagnóstico fue determinante para la pérdida del testículo afectado, y responsabiliza de ello a la actuación del centro. Según el fallo, “al no obrar así, el retraso en el diagnóstico condujo a la pérdida traumática del testículo afectado”, confirmando que se trató de una omisión médica que tuvo consecuencias irreversibles.
La sentencia otorga mayor valor al informe pericial presentado por los padres del menor, elaborado por un especialista en peritación médica judicial, en contraposición con el aportado por la parte demandada, que correspondía a un pediatra sin formación específica en urología, ámbito clave en este tipo de dolencias.
El tribunal también impone a los demandados el pago de las costas procesales, respaldando así la decisión del juzgado de primera instancia. La resolución consolida la importancia de un diagnóstico precoz y certero en casos de síntomas inespecíficos, pero persistentes, especialmente cuando se trata de pacientes pediátricos.


