El obispo de Sant Feliu de Llobregat, Xabier Gómez, ha centrado su última carta dominical en Rosalía, tras la repercusión internacional del lanzamiento de su disco Lux, una obra que ha llamado la atención por la abundancia de referencias espirituales. El prelado inicia su reflexión con una declaración frontal: “No consigo entenderte, pero me gustaría hacerlo”. Con estas palabras admite que tanto la artista como su propuesta creativa le generan interrogantes.
En su mensaje, reconoce que el estilo de Rosalía resulta para él “hipnóticamente ecléctico y performativo”, y se pregunta por el trasfondo de su proceso creativo. “Quizá no hay que entenderlo. Me pregunto qué hay dentro tuyo, en tu mundo interior, en esta etapa o ciclo de tu vida como mujer y artista”, afirma, apuntando a una posible búsqueda personal en la obra reciente de la cantante.
Arte y espiritualidad como travesía
El obispo interpreta que Rosalía experimenta el arte “como una travesía espiritual”, en la que la creación se convierte en una forma de camino hacia lo trascendente. Sin embargo, expresa que falta algo en ese recorrido: “Pero no acabas de hacerlo... y sin dejar ir amarres no será fácil llegar al puerto que anhelas. Si es que quisieses llegar”.
Gómez subraya que las letras de la artista le provocan desconcierto, pero también apertura hacia una conversación sobre la complejidad de la experiencia humana. Para él, Rosalía parece concebir el amor como una fuerza ambivalente: “Entiendes el amor como una fuerza que puede ser dolorosa, liberadora, incluso divina. Tu arte es un espacio donde la vulnerabilidad y la fuerza conviven, donde el deseo y la fe se pueden encontrar”.
El obispo también reflexiona sobre el silencio como parte del proceso espiritual y emocional. Recuerda que existen silencios “que hablan más que mil canciones” y plantea una pregunta directa: si Rosalía encuentra en su camino “paz o ruido”. Y concluye que “quizá la respuesta no está fuera, sino dentro tuyo”, insistiendo en que la transformación personal no depende del entorno, sino de un diálogo interior.
Lux es el cuarto disco de estudio de la cantante catalana, una obra en la que, según su discurso artístico, se adentra en la espiritualidad para desprenderse de decepciones previas y reivindicar una forma de poder interior. En la portada se muestra abrazándose a sí misma, en una imagen que simboliza ese proceso de afirmación y una dimensión casi divina.