Estas historias no son fáciles de encontrar e incluso, si se producen, son muy pocas. Encima, ha ocurrido a las puertas de Navidad, por lo que el gesto cobra aún mayor simbolismo. Sin embargo, tal vez por ese tan cacareado espíritu de estas fiestas o por el buen corazón de la gente, aún siguen saltando a una actualidad tan oscura en demasiados frentes. Es como si de un relato navideño se tratara.
María Cruz Jimena, de 37 años de edad, y María de Gracia Arroyo, ambas de Jerez, son las protagonistas de este cuento que habría firmado Dickens. La primera perdió su cartera conteniendo más de 1.600 euros —1.659 euros exactamente—. Evidentemente, el disgusto de ésta fue mayúsculo porque ese dinero era para pagar una serie de gastos, ya que acaba de mudarse de domicilio. La segunda fue la que se la encontró y dudó un instante en hacer lo posible para devolverla a su propietaria.
María Cruz Jimena, que ahora está en excedencia en su trabajo, tras hacer una compra en un supermercado, sobre las 20 horas, se subió a su coche y se marchó. Llegó a su casa y no era consciente de haber perdido la cartera. Más tarde, ya de noche, recibía la llamada del Cuerpo Nacional de Policía que le informaba de tener la cartera en la Comisaría y que la había entregado otra mujer, no mucho más mayor que ella, con todo el dinero que tenía. Como es lógico, su alegría fue inmensa. Pensó que si no hubiera aparecido esa persona, el mundo se le hubiera venido abajo dado que la pérdida de ese dinero le procuraba un serio problema.
“El sofoco hubiera sido tremendo porque el dinero era para pagar varias cosas debido a que me acabo de mudar”, ha explicado María Cruz, asegurando que esa cantidad de dinero no es habitual que la lleve encima, “creo que con esta habrán sido dos veces las que la he tenido en efectivo”. Hoy ha agradecido a María de Gracia Arroyo, que fue quien se encontró la cartera, ese gesto incomparable regalándole una cesta de Navidad, acto que se ha celebrado en las instalaciones de la Comisaría jerezana, en La Asunción.
Se da la circunstancia de que la madre de María Cruz, le recordó a ésta, que se encontró hace pocos meses una cartera en la calle y también la devolvió.
María de Gracia contó a los muchos medios de comunicación reunidos en el acto que “lo primero que pensé fue en dejarla en el supermercado, pero lo medité mejor porque yo sé qué iba a hacer con el dinero; no si lo dejaba en otras manos. Miré el DNI y fui al domicilio que reseñaba para entregársela; pero no abría nadie”. Así que se fue a la Comisaría, explicó lo sucedido y localizaron a la propietaria, que se había cambiado de domicilio. La llamaron y le dieron la sorpresa de su vida.
“¿Le hará falta, sería para algo importante, para medicinas, para pagar algo importante…?”. Todo esto se le pasó por la cabeza a María Gracia, que se topó con un cartera negra en un parking de un supermercado de la ciudad. Y no era una cartera de las pequeñas, más bien de las grandes y muy abultada. María Gracia es autónoma, trabaja en el diseño y confección de trajes de gitana y también a la docencia en este mismo oficio. Jamás se le pasó por la cabeza quedarse con los 1.600 euros; su conciencia no se lo permitiría.
"Me puse en la piel de esa otra persona; si nos pusiéramos en el lugar de los otros las cosas serían diferentes”, ha afirmado. Por cierto, como es modista le ha regalado a su ya amiga María Cruz una pequeña cartera, “para que se acuerde de mí y para que diversifique el dinero cuando lo lleve encima”.
“Por esta gente buena es por lo que sigue mereciendo la pena trabajar aquí”, dijo el responsable de Relaciones con la Ciudadanía de la Policía Nacional, Adrián Dominguez, que entregó a ambas unos recuerdos por parte de la Comisaría.
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