El teatro se improvisa en la plaza

Juan Carlos Viñi impulsa un taller que cada miércoles lleva a la plaza Belén de Jerez a una veintena de participantes que ríen, corren y juegan durante unas sesiones que les sirven de "antidepresivos"

Uno de los juegos realizados en el taller de improvisación, en plaza Belén. FOTO: MANU GARCÍA
Uno de los juegos realizados en el taller de improvisación, en plaza Belén. FOTO: MANU GARCÍA

Cada miércoles, desde hace unas semanas, una veintena de personas se reúne en la céntrica plaza Belén de Jerez, donde ríen, corren y juegan. ¿Qué hacen exactamente? Participar en un taller de improvisación teatral nacido hace una década, y que ha recorrido distintos bares y locales de la ciudad, hasta que el coronavirus lo ha sacado a la calle. “Es un antidepresivo, yo siempre salgo súper contento”, expresa Juan Carlos Viñi, payaso y animador, e impulsor de la iniciativa.

El núcleo duro que participa cada semana se conoce desde hace años. “Llevan tanto tiempo que se saben todos los juegos”, explica Viñi. Luego siempre hay alguna incorporación. “Nos funciona el boca a boca”, explica, “tengo una amiga de 59 años que viene, y también hay veces que participan niños pequeños, los juegos son muy fáciles”. Desde que se hace en la plaza Belén, el efecto llamada es mayor, y tienen hasta público. “El que pasa se queda a mirar”, dice Viñi.

“La improvisación no es solo para la gente que actúa, puede venir todo el mundo”, explica el payaso jerezano, quien agrega que sirve para desarrollar “la agilidad mental, la creatividad y los reflejos”. Juan Carlos Viñi relata que empezaron realizando los talleres en bares de Jerez, “pero como con la pandemia estaba todo cerrado, propusimos hacerlo en plaza Belén". Allí se reúnen cada miércoles a las 21:00 horas.

Uno de los participantes en el taller de improvisación. FOTO: MANU GARCÍA

La dinámica es más o menos repetida. “Primero hay una fase juegos de calentamiento, de coordinación, de reflejos, eso te activa”, explica, y luego improvisan por turnos en torno a una palabra o una frase que los participantes han escrito previamente en un papel. “El público luego vota con una cartulina amarilla o verde”, reseña.

“Hay muchos tipos de juego. Nosotros no hacemos equipos porque se trata de un taller para aprender y divertirnos”, apunta Juan Carlos Viñi. “Cada equipo coge una frase del público y sobre eso improvisa lo que quieras. En diez o 15 segundos alguien del grupo dice stop, se paran, y solo se queda uno haciendo un gesto, y sobre esa postura se crea otra historia. Todos los juegos van así. Hay que desarrollar la imaginación y siempre hay que decir que sí, el no está prohibido”, relata. Viñi lleva una década organizando y participando en talleres de improvisación. “Empecé con Gaditana de improvisación”, recuerda, “que es de lo mejorcito que hay en impro. Ellos me enseñaron los juegos y la dinámica”.

Un juego del taller de improvisación realizado en plaza Belén. FOTO: MANU GARCÍA

Viñi, aunque estudió electrónica y también ha trabajado como albañil o fontanero, intenta vivir de la interpretación. “Me gano la vida como payaso”, reseña, “estuve en el musical del Ratón Pérez, en Madrid, y ahora hago un espectáculo con pompas de jabón con un colega”. Ahora, tras el tortazo que ha supuesto el coronavirus, va “picando” de lo que puede. “Hago payaso de calle, esculturas de arena en las playas, también fabrico marionetas de hilo…”, relata.

El padre de Viñi también es payaso y él fue quien le introdujo el veneno por una profesión que vive desde muy pequeño. “Trabajaba en una bodega, pero el payaso siempre lo ha llevado dentro. Yo lo ayudaba con micrófonos y la música, me fijaba”, recuerda. “En la barriada San Juan de Dios montamos un centro de tiempo libre y trabajé con niños, ahí descubrí que los niños me enganchaban y yo a ellos”, cuenta sobre sus inicios. “He ido descubriendo que es mi vocación”. “Lo que te da un escenario no te lo da nada”, añade, aunque ahora mismo sea complicado subirse a uno. De momento, se confirma con los talleres de improvisación de los miércoles. “Gracias a esto no son tan malos tus días, te da un subidón”.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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