El Monasterio de la Cartuja de Sevilla, un BIC con plantas y árboles "talados o muertos"

La Red Ciudadana de Sevilla denuncia el estado en el que se encuentran los jardines y huertas históricas del conjunto monumental catalogado como Bien de Interés Cultural

La Cartuja de Sevilla, en una imagen reciente.
La Cartuja de Sevilla, en una imagen reciente.

La Red Ciudadana de Sevilla denuncia el terrible y preocupante estado en el que se encuentran el Patrimonio Histórico Artístico, verde y natural, y en especial los jardines y huertas históricas del recinto del Monasterio de Santa María de las Cuevas de la Cartuja de Sevilla, conjunto monumental catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), "con centenares de plantas, arbustos, árboles y palmeras talados o muertos y otros a punto de hacerlo por falta de agua y mantenimiento adecuado".

Hasta el 30 de abril de 2016 el mantenimiento de las zonas verdes del monasterio se realizaba por medio de una encomienda de gestión a la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (Agapa), por un importe anual de 89.949,72 euros. La Red Ciudadana señala que desde el 30 de abril hasta el 1 de noviembre de 2016 no existió ningún contrato y que durante seis meses, coincidiendo con los periodos más calurosos de primavera y verano, las zonas verdes no tuvieron ni el mantenimiento ni los riegos adecuados.

A partir del 1 de noviembre de 2016 entró en vigor el contrato suscrito con la empresa Inttersa Proyectos y Ejecuciones, S.L., adjudicado por un importe anual de 52.129,89 euros y para un periodo de 24 meses. La adjudicación a esta empresa, cuya oferta pudo estar incursa en valores anormales o desproporcionados, supuso una reducción superior al 42% en el presupuesto dedicado al mantenimiento de las zonas verdes en relación con años anteriores, apunta la Red.

Las deficientes condiciones del sistema de riego por goteo, de riego por aspersión y de las albercas y canales que regulan el riego por inundación son una muestra más del cumplimiento incorrecto de las obligaciones recogidas en el apartado 3.1 del pliego de prescripciones técnicas que regía el contrato, señalan desde el colectivo. La Red Ciudadana de Sevilla sostiene que resulta contradictorio la tramitación de este expediente cuando ya existía un contrato que recogía dicha obligación de mantenimiento. 

El director del CAAC ha reconocido que durante los dos años de duración del contrato con Inttersa hubo que “apercibir verbalmente a la empresa adjudicataria porque estaba en el límite del incumplimiento”. El 31 de octubre de 2018 finalizó el contrato. El CAAC no propuso la prórroga, pero tampoco inició nuevo procedimiento de licitación para contratar el mantenimiento. La consecuencia fue que a partir del 1 de noviembre de 2018 las zonas verdes del monasterio volvieran a estar sin mantenimiento ni riego.

En abril de 2019 se formaliza contrato menor por importe de 8.633,35 euros, que recogía trabajos de desbroce, recorte de setos y retirada parcial de restos de palmeras. Esta última actuación no se completó; a finales de junio se podían encontrar coronas de palmeras secas en las Huertas Históricas e incluso en las praderas exteriores se mantuvieron estos restos hasta principios de septiembre de este año. Este contrato no incluía ningún trabajo de mantenimiento o revisión del riego de las praderas, huertas y jardines. 

Como la situación se mantenía en el tiempo, la Red Ciudadana de Sevilla inició una campaña en el mes de junio para poner de manifiesto el abandono de los Jardines, Praderas y Huertas Históricas del Monasterio, la necesidad de realizar riegos de emergencia dado el crítico estado en el que se encontraban, denunciar la perdida de centenares de plantas, arbustos, palmeras y árboles talados o muertos por falta de mantenimiento y riego y la necesidad de aplicar tratamientos adecuados a los árboles atacados por diversas enfermedades como la cochinilla y tristeza en los cítricos, mosca blanca en los olivos, hongos en los cipreses, galeruca en los olmos, picudo rojo en palmeras, etc., imprescindibles para evitar más pérdidas de arbolado.

Los tres años y cuatro meses sin mantenimiento o con un mantenimiento deficiente, inadecuado e insuficiente han supuesto un gravísimo e irreparable daño a las zonas verdes del monasterio, critican desde la Red Ciudadana, quien relata que se han talado, arrancado o están secos centenares de árboles como cipreses, acacias, olivos, cítricos, perales, manzanos, melocotoneros, membrilleros, pomelos, albaricoques, palmeras, etc. También alerta de que han desaparecido parterres con plantas aromáticas, medicinales y rosaledas. Otros árboles están en situación límite como algunos olivos centenarios, árboles de júpiter, cítricos y encinas entre otras especies.

La realización de multitud de conciertos de música ha empeorado notablemente la situación. Los conciertos ocupan diversos espacios del conjunto monumental como el Patio del Padre Nuestro, el Patio de Pérgolas, el Paseo del Ombú y Jardines de Colón, el Patio del Ave María o de las Cadenas y las Praderas. No obstante, en los últimos cinco años se han incrementado notablemente el número de conciertos celebrados, alcanzando el número de 85 durante este ejercicio 2019. Especialmente preocupante, sostiene la Red, es la utilización del Paseo del Ombú para la celebración de conciertos. Baste con algunos ejemplos, el 14 de septiembre con 4.500 personas y el fin de semana del 3, 4 y 5 de octubre con un aforo de 3.500 personas por cada día.

Los daños y el deterioro que producen estos conciertos en el conjunto monumental inciden tanto en su Patrimonio Histórico Arquitectónico, como en su patrimonio verde y natural, incluida la avifauna protegida. Un ejemplo de los daños producidos por los conciertos y que fue asumido por el presupuesto del CAAC es la aprobación, en septiembre de 2018, de un contrato menor por importe de 6.226,66 euros para la sustitución de 155 aspersores de la pradera dañados durante la celebración del concierto Interestelar. 

La Red Ciudadana de Sevilla también alerta de que existen graves irregularidades en relación con los conciertos y el cumplimiento de la normativa relativa a la protección en materia de ruidos y vibraciones, la venta y consumo de alcohol a menores, las medidas y protocolos de seguridad, el aforo y la licencia de actividades para la celebración de los citados conciertos.

Por todas estas razones ha dirigido un escrito a la delegada territorial de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Histórico de Sevilla, Susana Cayuelas Porras, para que inicien investigación e incoen el oportuno expediente sancionador por infracción muy grave en materia de protección del Patrimonio Andaluz por el incumplimiento reiterado de la normativa vigente. Además, solicita que intervengan la comisión de Bienes Culturales y los Departamentos y Servicios de Protección de Bienes Culturales y de Conservación del Patrimonio. 

La desidia, dejadez y olvido también se plasma en el mantenimiento del patrimonio arquitectónico del monasterio, grietas que presentan muros y paredes, caída de revestimientos, daños en la yesería y en las cerámicas, etc., que en parte también son producidos por los altísimos decibelios de los conciertos. Muestra del volumen de sonido que alcanzan los conciertos es una noticia publicada el pasado 25 de mayo, haciéndose eco de las denuncias por el ruido generado durante la celebración del Interestelar 2019 dirigidas a la Policía Local de Tomares y que ésta trasladó al Ayuntamiento de Sevilla. 

La avifauna protegida que alberga el recinto se encuentra afectada y está desapareciendo por diversos motivos. Aves especialmente protegidas como chotacabras, autillos, cernícalos primilla, lavanderas blancas y algunas especies más comunes, pero también protegidas, como vencejos, aviones y gorriones. Hasta hace unos cuatro años anidaban allí cigüeñas. La pérdida de árboles, plantas y arbustos, la utilización de acaricidas, funguicidas, herbicidas y glifosatos (ver documento 5, pag. 6) unida a los altísimos decibelios (130dB) que generan muchos de los conciertos, hacen que mueran o huyan las aves y la microfauna.

Las aves también se verán afectadas por el expediente de contratación para la prestación del servicio de control de aves, en especial de palomas, a través de rapaces y jaulas. El importe anual del contrato asciende a 13.552,00 euros. Esta contratación agrava notablemente la dramática situación que atraviesa la avifauna en el recinto, dado que dichos sistemas no hacen distinción entre los tipos de aves sobre las que ejercen el control. 

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