Estados Unidos ha iniciado uno de los mayores experimentos sobre el desarrollo de una vacuna para la Covid-19, ya que 30.000 estadounidenses participarán en la fase tres del ensayo clínico desarrollado por la empresa biotecnológica Moderna, que se realiza en 89 puntos del país, según informa el Instituto Nacional de Salud.
La vacuna de Moderna podría estar lista para el próximo mes de noviembre tras empezar esta semana su fase 3 de pruebas, consistente en la realización de dos inyecciones, en un plazo de 28 días, a los participantes. La mitad recibirá la vacuna y la otra mitad una dosis de placebo, para comprobar si puede “prevenir la enfermedad sintomática de Covid-19”, además de la infección con el virus que la provoca, SARS-CoV-2, así como de los casos graves.
La inscripción de participantes se completará a finales del verano, por lo que los resultados pueden estar disponibles para antes de final de año. "Estamos batiendo un récord mundial de velocidad en el desarrollo de una vacuna", ha asegurado Anthony Faucci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas.
El objetivo, según la compañía, es optimizar sus procesos productivos para "poder fabricar cientos de miles de viales de vacuna en poco tiempo". Faucci es optimista: "Esperamos tener los primeros datos sobre efectividad y seguridad de la vacuna a finales de verano, y resultados definitivos en torno a noviembre, quizá antes".
Moderna ha señalado en un comunicado que ha modificado su contrato con Barda (Biomedical Advanced Research and Development Authority) para que amplíe en 472 millones de dólares la cantidad inicial que iba a destinar al desarrollo de la vacuna. "Tras discusiones con la Administración de Alimentos y Fármacos de EEUU y consultas con la Operación Warp Speed en los últimos meses, la compañía ha decidido ejecutar una tercera fase del ensayo clínico significativamente más grande, lo que dejaba una brecha en la financiación de BARDA que se cerrará gracias a esta modificación de contrato", ha explicado.
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