El estudio 'Análisis arqueosismológico del tsunami de finales del siglo IV que devastó la ciudad romana de Baelo Claudia' reconstruye los efectos del terrible terremoto-tsunami, que originó una capa de residuos de más de medio metro de grosor dentro y fuera de la urbe, en la que quedaron mezclados todo tipo de restos cerámicos, constructivos, huesos de animales, elementos marinos y hasta muy probablemente de contaminación de la bahía, según recoge el periódico El País.
Expertos de la Universidad de Salamanca, la Universidad Técnica de Aquisgrán (Alemania) y el Instituto Geológico Minero de España (IGME), junto con geólogos de las universidades Autónoma y Politécnica de Madrid y Alcalá de Henares, además de arqueólogos de la Universidad de Alicante y del Conjunto Arqueológico Romano de Baelo, han realizado un estudio arqueosismológico del yacimiento para analizar la secuencia de procesos relacionados con el destructor evento.
Se calcula que la altura de las olas que destruyeron Baelo Claudia podrían ser de entre cuatro y cinco metros, penetrando en los pequeños valles interiores, hecho que probaría los daños en un pequeño acueducto al este de la ciudad romana. Hasta el momento las causas del abandono de Baelo Claudia no estaban claras, especulándose entre otras razones la inseguridad del tráfico comercial o un periodo de crisis económica y social en el Imperio Romano a finales del siglo II después de Cristo.
Baelo Claudia era una ciudad romana erigida junto a una ensenada en el siglo I a. C. a orillas del estrecho de Gibraltar, en la actual provincia de Cádiz. El geógrafo Estrabón escribió que era el principal puerto del imperio para cruzar a África. Pero casi dos siglos después, entre los años 40 y 60, sufrió un fuerte terremoto que devastó su zona baja y sus murallas.
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