Carlos, después de acudir al dentista para que le extraigan dos muelas del juicio, que le hagan un empaste y una endodoncia, comienza a notar poco después que habla raro. Será de la anestesia, pensó. Pero no era por eso. No tenía nada que ver con sus visitas al dentista. Tras acudir al neurólogo y someterse a todo tipo de pruebas, unos meses después llegó el diagnóstico. Ese día se colaron en su vida las tres letras que debían marcarla para siempre: ELA. O lo que es lo mismo, Esclerosis Lateral Amiotrófica, una enfermedad degenerativa que va debilitando los músculos progresivamente. Eso fue a finales de 2014. Carlos es Carlos Matallanas, periodista y futbolista de equipos como el Alcobendas, el Rayo Majadahonda, el Coslada B, o en la provincia, el Racing Portuense o la Roteña.
En todos estos clubes, y en más que se quedan en el tintero, dio rienda suelta a su gran pasión, el fútbol, al que también se dedicaba en su faceta periodística, ya que era coordinador de la sección deportiva de El Confidencial. En este medio fue donde sorprendió a todos —excepto a sus más allegados, claro— cuando el 1 de octubre de 2014 estrenó un blog, con una entrada titulada: “Hola, soy Carlos Matallanas y me acaban de diagnosticar ELA”. Lejos de maldecir su suerte o de abonarse al pesimismo, Carlos optó por luchar. En ese momento escribió: “Tuve muy claro que una de mis prioridades iba a ser pelear sin descanso hasta el final, no sólo por mí, sino por todos los demás, sobre todo los que vengan detrás”. Y en esas sigue.
Carlos es madrileño, pero reside desde hace unos años en El Puerto, desde donde escribe las respuestas a unas preguntas enviadas previamente por correo electrónico. Lo hace con la mirada, gracias a un ordenador que interpreta qué letra quiere escribir. Así elabora informes para varios clubes —obtuvo el primer nivel de entrenador después de ser diagnosticado de ELA— e incluso intercambia comentarios técnicos con Germán el Mono Burgos, segundo entrenador del Atlético de Madrid, íntimo amigo suyo. Como también lo es el futbolista Fernando Torres, que participó en la edición del libro ¿Quién dijo rendirse?, que cuenta la historia de Carlos, escrito por José Antonio Martín 'Petón'. Carlos Matallanas pasa los días en la cama de su domicilio de El Puerto, desde donde contesta a las preguntas que le traslada lavozdelsur.es.
¿Qué pensó cuando le dieron el diagnóstico?
No fue algo súbito, como cuando te descubren un cáncer. La ELA se diagnostica por descarte, en un proceso lento donde van apareciendo cada vez más síntomas. En mi caso duró un año, para cuando llegó el diagnóstico oficial hacía tiempo que ya había perdido la esperanza de sufrir algo más leve. Fue un trámite necesario y triste más que un hecho traumático. Así lo recuerdo.
"Para cuando llegó el diagnóstico oficial hacía tiempo que ya había perdido la esperanza de sufrir algo más leve"
¿Es consciente de la ayuda que ha podido suponer para enfermos y familiares?
Sí, soy muy consciente porque no paran de escribirme para hacérmelo saber. Con ese propósito usamos todos los altavoces que tenemos a nuestro alcance, porque somos muy conscientes de que no todos los afectados tienen esa posibilidad. Y es importante que cada vez se conozca más este problema.
¿Qué es más: periodista o futbolista?
Me considero hombre de fútbol principalmente. Obviamente, ser periodista me permite manejar la comunicación en general, también en lo relativo a mi enfermedad. Pero al fútbol es a lo que he dedicado más tiempo y energías en mi vida.
¿Qué es para usted el fútbol?
Un juego mágico, que se ha vuelto universal. Y desde el que se puede ser muy feliz y vivir una vida intensa.
¿Se considera un valiente?
Eso me han dicho algunas personas. Yo no sé, depende de con quién se me compare. Además, el valor se puede gastar, no es una cualidad eterna. La labor de racionalización y mantenimiento de la calma las considero mucho más importantes que el valor en sí. Son realmente los que permiten vencer todos los miedos.
Carlos Matallanas, luchando por un balón durante su etapa como futbolista. FOTO: SOMOSELFUTBOLMODESTO
¿Cuánto tiempo al día puede dedicar a ver partidos?
No es mucho tiempo, porque no me sobra, mi tiempo efectivo es mucho menor que el de alguien sano. Lo importante es cómo veo esos partidos, mi mirada es mucho más analítica que la del aficionado medio.
¿Para qué equipos elabora informes actualmente?
La temporada que acabó la dediqué sobre todo al Móstoles, equipo madrileño de Tercera que jugó playoff de ascenso a Segunda B. Luego también hice un pequeño asesoramiento a los cadetes del Villarreal. Y mantengo una relación muy cercana con Mere Hermoso, entrenador del Cádiz B y que me entrenó en el Racing Portuense. Para esta temporada la idea es centrarme exclusivamente en el Cádiz B, que juega en Tercera. Tengo poco tiempo y he de elegir.
Un entrenador.
Luis Aragonés.
Un jugador.
Diego Armando Maradona.
Un partido.
El España-Italia de la Eurocopa 2008.
Un periodista.
No puedo quedarme con uno solo.
"Mantengo el mismo carácter de antes de la enfermedad. La gente que me conoce ve al mismo Carlos detrás de la parálisis que me ataca"
¿Qué daría por volver a moverse?
Daría todo mi esfuerzo y empeño. Quiero decir que sólo me planteo una pregunta así no como un ojalá, sino como si me plantearan una rehabilitación tras una hipotética cura. Ahí digo que me dejaría el alma en el esfuerzo. Aunque sólo recuperara el movimiento de un dedo.
Un consejo para quien se ve en la misma situación que usted en 2014.
Digo siempre que no soy nadie para aconsejar grandes verdades. Cada persona tiene sus circunstancias concretas. Lo único que puedo decir es que se trate de acudir a una unidad especializada en ELA del sistema público, y que se preparen para una situación que va a estar cambiando constantemente. Por desgracia y hasta que la ciencia dé con la tecla, siempre a peor.
He leído en una entrevista que dice que, aunque la enfermedad le impida mover los músculos de la cara, seguirá riéndose. ¿Es la clave de que se mantenga tan fuerte mentalmente? ¿Se define como un hombre alegre a pesar de todo?
No sé si es la clave, pero supongo que ayuda seguir riéndome y emocionándome con las mismas cosas que antes de la enfermedad. No podría definirme como alegre, también tengo mi genio. Lo que sí creo es que mantengo el mismo carácter de antes de la enfermedad. La gente que me conoce ve al mismo Carlos detrás de la parálisis que me ataca.
¿Qué valora más de la vida?
Esta es la más fácil. Estar vivo y sentirme tan querido por la gente que me importa.
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