El teniente coronel retirado de la Guardia Civil Antonio Tejero, conocido por ser el autor del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, se encuentra hospitalizado en un centro sanitario de la Comunidad Valenciana. Su familia ha emitido un comunicado en el que detalla su situación médica y desmiente los rumores que circularon en las últimas horas sobre su supuesto fallecimiento.
El entorno familiar ha asegurado que Tejero “está rodeado de toda su familia, con un poco de fiebre y consciente y sereno”. El comunicado busca aclarar su estado actual tras la aparición de informaciones erróneas que apuntaban a su muerte.
El documento lamenta que algunos medios de comunicación publicaran noticias falsas sobre su deceso. “Nos vemos en la obligación de desmentir categóricamente la noticia falsa que ha sido difundida en diversos medios de comunicación y plataformas digitales sobre su supuesto fallecimiento”, señaló la familia en su comunicado.
El recorrido militar y político de una figura controvertida
Nacido en Alhaurín el Grande (Málaga) en 1932, Antonio Tejero ingresó a los 19 años en la Academia General de Zaragoza, donde inició una carrera militar marcada por su firme oposición al sistema democrático. Sirvió en distintos destinos, como Manresa, La Cañiza, Vélez-Málaga y Canarias, y llegó a ser jefe de la Comandancia de Málaga. Su rechazo al proceso de democratización tras la dictadura franquista le valió sanciones disciplinarias y un arresto.
En 1978, participó en la conocida ‘Operación Galaxia’, un intento de golpe contra el Gobierno de Adolfo Suárez, por el que fue condenado a siete meses de prisión. Años después, lideró el asalto al Congreso de los Diputados el 23 de febrero de 1981, durante la sesión de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo. Aquel episodio, retransmitido en directo por televisión, se convirtió en una de las imágenes más recordadas de la historia reciente de España, especialmente por su orden “¡Quieto todo el mundo!”, con la que irrumpió en el hemiciclo.
El golpe fracasó tras la negativa del rey Juan Carlos I a respaldarlo, y Tejero se rindió a la mañana siguiente junto a los 250 guardias civiles que lo acompañaban. Su figura, desde entonces, ha permanecido como símbolo de uno de los momentos más tensos de la transición democrática. Hoy, a sus 93 años, su crítico estado de salud vuelve a situarlo en el foco mediático.